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-¿Cómo me queda esto?-pregunta Barty al salir con su nuevo conjunto de cuero negro y una chispa de orgullo en sus ojos.

-¿Y si te compras algo para trabajar?- propone Rosier, arqueando una ceja, como si estuviera evaluando cada detalle.

-¿Hablas de ropa de pordiosero?-Barty hace una mueca de asco, moviendo la mano como si se sacudiera una molestia.

-No, hablo de ropa para trabajar. Puedes comprar eso, pero no puedes estar en el campo con esos pantalones tan ajustados que se te pegan como una segunda piel. Es incómodo.

-Sí, está bien-concluye Barty, cruzando los brazos y sonriendo de lado—. Pero tú también debes comprarte ropa horrible de campo

-Claro que lo haré. Trabajaré contigo en cuanto me recupere, lo prometo.

Barty asiente y se dirige de nuevo al vestidor, sus pasos son ligeros.

[...]

-Intenta bañarte- pide Crouch con una sonrisa- Yo haré la cena.

-No quemes la casa, por favor.

-Tú no te mueras mientras tanto.

Ambos asienten, compartiendo un momento de complicidad.

Diez minutos después, un grito resuena desde el baño, interrumpiendo la tranquilidad. Barty se asegura de que todo fuego esté apagado antes de subir las escaleras con prisa.

-¡Barty!-grita Evan, su voz llena de urgencia-¡Ayúdame!

—Estoy aquí, tranquilo. ¿Estás bien? —responde, apresurándose hacia la puerta del baño.

-Me caí-Evan se muerde el labio, un leve rubor se asoma en sus mejillas mientras siente la vergüenza apoderarse de él.

Barty asiente, y al entrar, su primera sorpresa es ver a Evan totalmente desnudo. El instante se detiene; por un momento, se olvida de todo lo demás.

-Sí, claro, te ayudo-dice después de observar detalladamente su anatomía, extiende una mano para ayudarlo a levantarse.

-Bien, ok, ahora vete-pide Evan, apretando los dientes, consciente de su vulnerabilidad.

Crouch intenta soltarlo, pero Evan, sin equilibrio, vuelve a caer. La risa nerviosa asoma en la garganta de Barty, un sonido que intenta contener.

-Creo que no podré-confiesa Evan, su voz temblorosa, con una mezcla de frustración y resignación.

-Te ayudo, solo tienes que sostenerte de mi.

-Pero estoy desnudo-se queja Evan, el rubor en sus mejillas se intensifica. Nunca nadie lo ha visto así, y la sensación de desprotección le resulta abrumadora.

-No importa, no te miro. Deja que te bañe, ¿va?-propone Barty, su tono suave y decidido, intentando aliviar la incomodidad del momento.

Evan asiente, entendiendo que no tiene muchas opciones. Barty se acerca, y comienza a lavar su cabello con delicadeza, el agua los moja a ambos. Barty no parece molestarse por el agua.

Mientras el agua cae, Evan traga con dificultad, sintiéndose vulnerable, un estado que le resulta extraño y aterrador. Las manos de Barty son suaves y firmes, y por un momento, olvida la incomodidad de estar expuesto hasta que debe lavarse las partes íntimas, con Barty ahí a su lado, pegado a él.

Together//RosekillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora