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-Ella se disculpó y me explicó cómo se sentía, pero que no buscaba hacernos daño o separarnos- comenta, mientras desayuna junto a su prometido.

-Nadie va a separarnos, ni la muerte- señala Barty- a menos que me engañes, ahí el muerto serás tú- sonrie inocente.

-Ni pienses que puedo tener ojos para alguien más, eres el único al que amo y realmente me gusta, y fue así desde que me descubrí mirándote de más, en sexto año.

-Oh, cuando comencé a usar faldas- sonrie divertido.

-Mierda, te veías tan sexi, debes volver a usarlas- señala mientras come su fruta.

-Estaba pensando- habla Barty luego de un rato- sé que quieres un niño...- Evan frunce el ceño- vamos, amor, te veo la ilusión en los ojos cuando ves a los hijos de nuestros amigos.

Evan suspira.

-Sí, siempre quise tener un niño pero el embarazo con Aurora fue complicado y sé que sufriste, no quiero  que sufras. Estamos bien- asiente tomando la mano de Barty y besando sus nudillos.

La barba del rubio le hace cosquillas y sonrie.

-Antes de que... bueno, se nos pase el tiempo podríamos probar, ya sabes, tener un bebé.

-No quiero verte sufrir, amor. Lloraste mucho hasta que quedaste embarazado de Aurora, tratabas de disimularlo pero yo te conozco, lo supe.

-Sí pero ahora hay más pociones y hechizos, investigué.

-¿Investigaste?

-Yo también quiero otro hijo, y nos alcanza el dinero para el tratamiento y mantenerlos a ambos, amasamos una fortuna estos años y mi padre se volvió sumamente bondadoso- rueda los ojos- y habilitó mi herencia.

-Sí, lo sé. Y Dora tiene a su nombre la mía y me la pasará, no gastó nada de eso.

-¿Entonces? ¿es que ya no me deseas?- hace un puchero y desliza su mano por la pierna del rubio, ganándose a Evan con eso.

-Mierda Barty, son las ocho de la mañana de un domingo, no puedes hacerme esto- gruñe

Crouch sonrie de lado, listo para soltar alguna descripción detallada de cómo va a chupar su pene o a abrirle las piernas, pero escucha las pisadas de Aurora bajando por las escaleras.

-Papá, papá- exclama llegando junto a sus progenitores.

-¿Sí, cher?- pregunta Evan.

La niña deja una cartulina sobre la mesa y se sienta sobre su padre, a explicarles las razones para tener otro gato.

-¿Cuándo hiciste esto?- pregunta Barty.

-Ayer, Teddy me ayudó. Acá entre nosotros- los mira- es mi segundo primo favorito, no es ruidoso excesivamente ni roba varitas a su padre ni llora porque le tapé el sol parándome a su lado.

-Elara es hija de Sirius, cariño, es comprensible.

-Y Teddy también- señala la niña- solo que él sí me cae bien, escuchen. Razón número quince, son hermosos, razón número dieciséis, siempre me aburro cuando Cedric está visitando a sus abuelos y Rosie no es muy fan de jugar.

Barty mira a Evan quién asiente.

-¿Qué piensas de un hermanito?- pregunta Crouch mirándola.

Aurora mira a Barty y luego a Evan.

-¿Tendré un hermano?- pregunta sorprendida.

-Quizás, pero ¿qué opinas de la idea?

La niña se encoge de hombros.

-Ojalá sea tan cool como Cedric o Teddy.

Evan y Barty sonríen divertidos, sabiendo que va a ser un ruidoso bebé en los primeros dos años de vida.

-Sí, probablemente- responde Barty.

-Pero tendré un gatito también, ¿no, papá?- pregunta volteando a ver a Evan, quién, en pregunta directa y con los ojos de cachorro de su princesa, solo puede asentir. Aunque fue el mismo el que se negó varias veces cuando Barty le pasaba el mensaje de Aurora- ¡gracias, papá! ¡eres el mejor! ¡iré a lavarme los dientes y cambiarme!- se baja y corre escaleras arriba.

-Eres fácil de persuadir, Evan Rosier- señala el pelinegro, divertido.

-Ella es mi pequeña, no puedo decirle que no si me pregunta directamente. ¿Qué harías tu?

-Decirle que no- se encoge de hombros- de hecho lo hago porque tu me lo pediste, dijiste muchas veces que no tendríamos otro gato, que ya tenemos muchos animales, a pesar de que yo también quería otro gato.

-Es que tenemos muchos animales- suspira, dejando caer su cabeza en la barra de desayuno- pero ella tiene tu mismo poder de convencimiento, tiene tus mismos ojos a los cuales es casi imposible decirles que no- revuelve su cabello, algo frustrado- me convenciste de tener un hijo en cinco minutos, Barty, ¿comprendes?

El italiano sonrie divertido y se estira para besar sus labios.

-Deja de ser tan dramático, Rosier. Es solo un gato.

-Y un bebé, y un embarazo en el que no dormiré porque estaré muerto de miedo de que te pase algo.

-Pero tendrás mucho sexo- sonrie ampliamente.

-¿Ves? eres genial convenciendome.

-Evan, te mueres de amor por mi, no es difícil convencerte si me miras así- lo señala, divertido.

Together//RosekillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora