cincuenta y ocho

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Después de casi una semana estaba llegando a Argentina de nuevo. Como Iván estaba bastante ocupado como para venir por mí, había decidido mandar a alguien más a recogerme. Estaba sentada en el aeropuerto hasta que la vi acercarse así que me levanté y la abracé 

—¡Angie!.— me aferré a aquella argentina 

—Pará, debería estar molesta con vos. La última vez que viniste nos hicimos re amigas y después ni un mensajito.— se quejó mientras me alejaba —Ni me invitaste a la celebración de navidad que hiciste.— 

Había olvidado por completo que nos habíamos hecho amigas, después de todo, mi cabeza estaba procesando tantas cosas que nadie podría culparme 

—Sobre eso...— iba a defenderme 

—Córtala, era te estaba jodiendo solamente.— exclamó entre risas —Igual me hubiera sentido incómoda con tanta gente, pero a la siguiente escríbime.— 

Asentí, pero ella entrelazó nuestros meñiques como si eso fuera un juramento más importante. 

Salimos de aquel lugar. Mientras me llevaba a casa de Spreen íbamos charlando de bastantes cosas, no me había dado cuenta de cuanto había necesitado hablar frente a frente con una de mis amigas, no supe ni en que momento ni porqué, pero simplemente me derrumbé y cuando le estaba contando sobre mi separación empecé a llorar 

—Sé que las separaciones son duras.— dijo ella —A mí me re cuesta soltar a las personas, no sabes cuanto me dolió mi última relación.— 

—¿Tú crees que podamos volver a funcionar?.— cuestioné limpiándome las lágrimas —He ido este tiempo a terapia y sé que lo mejor para ambos es tomarnos este tiempo, pero a su vez el silencio me está matando, ¿entiendes?.— 

—Ustedes se aman, lo sé por todo lo que me has contado y por lo que he visto de ustedes en redes.— indicó y asentí dándole la razón en eso —Pero a veces el amor no lo es todo, él te derrumbó haciendo bromitas estúpidas, mientras vos te enganchaste a él como si fuera lo único que existiera. Se dieron un mes para ver si su plan funcionaba y es de admirarse, muchos hubieran preferido terminar todo sin luchar, ahora solo deben centrarse en lo que dijeron.— 

Tenía razón, así como todos los que hablaban sobre nosotros la tenían. Igual solo debía esperar unos cuantos días para ver si nuestro pequeño experimento había tenido frutos

—Cambiemos de tema, ya no quiero verte así.— pidió y la miré —¿Vos no tenes ropa o porque no traes maletas?.— 

Reí un poco aún con lágrimas en mis mejillas

—La última vez que vine me perdieron las maletas.— recordé —Esa vez compré mucha ropa y aunque me llevé la mayoría no pude con toda y Spreen no me la envió así que en este viaje esa es la que ocuparé.— 

—¿Cuantos días te quedarás?.— cuestionó ahora 

—Cuatro días, esta vez no será mucho.— respondí 

—Si queres podemos salir a cenar mañana, invitaré a otras amigas que te hará bien conocer.— indicó

—Acepto.— sonreí ante su invitación 

Llegamos al hogar de mi amigo así que ella me dejó y se despidió con una gran sonrisa. Subí y cuando toqué el timbre esperé unos pocos minutos hasta que él me abrió, su sonrisa era tan linda como siempre 

—Ando en directo, si queres podes saludar.— avisó mientras me dejaba entrar 

—No, gracias.— reí —Prefiero esperar al día de tu stream en el obelisco.— 

—Vos te lo perdés.— se burló cerrando la puerta —Ya sabes donde está tu habitación, si queres algo avisame y te lo consigo.— 

Sonreí mientras asentía y me alejaba. Esta vez había aceptado quedarme en casa de Iván sin muchos rodeos, lo que más quería era sentirme acompañada.

Llegué a la habitación en la que me había quedado la última vez y me acosté en la cama, pasaron algunos minutos hasta que miré como Micha entraba para acurrucarse sobre mi estomago, reí al sentirla, me había olvidado de ella 

—¿Cómo está mi mejor amiga?.— cuestioné acariciándola —Te extrañé.— 

Ella empezó a ronronear, así me hizo sentir que también le agradaba mi regreso




















(.....)

Desperté, me había quedado dormida, al parecer el vuelo me había dejado cansada. Me levanté de la cama y caminé por la casa, estaba vacía, supuse que Iván había salido por algo para cenar, pero al no querer despertarme prefirió no avisarme 

Me acerqué a la mesa de la cocina y noté que había un paquete, quedé bastante intrigada al ver que tenía mi nombre en una pequeña nota. Lo tomé y arranqué la pequeña nota que tenía mi nombre, había una frase escrita...

"No te rindas, por favor, no cedas. Aunque el sol se esconda, te amaré hasta que la última flor de cerezo caiga de su árbol"

Mi corazón latió rápidamente y el deseo de abrir la caja fue más fuerte. Cuando la abrí y vi lo que había adentro me quedé sorprendida... Era mi broche, ese que había perdido en mi maleta la última vez que vine.. ese con el que le había pedido matrimonio a Roier

Si lo pensaba un poco, desde que lo perdí, todo había empeorado entre nosotros, ¿Qué significaba volverlo a encontrar? o más bien, ¿Quién me lo había regresado?

𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐄𝐎𝐍 [Roier X Tú] (FDC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora