El siguiente encapuchado se levantó de su asiento y caminó hacia el podio, manteniendo su mirada fija en el frente. Con un movimiento rápido, dejó caer su capa, revelando a un joven de cabellos negros y ojos azules que captó de inmediato la atención de todos.
—Buenos días a todos ustedes, aunque ya casi es media tarde, pero qué va —dijo, encogiéndose de hombros con una sonrisa ladeada, provocando algunas risas entre los estudiantes por la despreocupada lógica del chico—. Me presento, mi nombre es Zander Goyle Dursley, segundo hijo del matrimonio Goyle-Dursley.
El comedor quedó en silencio por un momento mientras el nombre resonaba en la mente de todos. Zander se acomodó en el podio con una postura relajada, como si estuviera acostumbrado a captar la atención de las multitudes, pero se sorprendió al ver como su padre se paraba de su puesto y caminaba hacia su madre y su hermana, captando todas las miradas de asombro del gran comedor.
Zander observó la escena desde el podio, con una mezcla de asombro y alivio al ver cómo su joven padre, Gregory Goyle, se levantaba de su asiento y caminaba hacia su madre, Dudley Dursley. El ambiente en el Gran Comedor se llenó de una expectante sorpresa, mientras todos los ojos seguían los movimientos de Goyle.
Cuando su padre llegó a la mesa y se detuvo frente a Dudley y su hermana, Eloande, el silencio se hizo aún más profundo. Goyle, con una expresión más suave de lo que cualquiera hubiera imaginado, rompió el silencio.
—¿Me puedo sentar a su lado? —preguntó, su voz algo insegura, una rareza para alguien que solía tener una fachada dura.
Las miradas en el comedor estaban llenas de asombro, mientras todos esperaban la respuesta. Goyle, claramente consciente de la tensión, añadió con rapidez:
—Claro, si no les molesta.
Zander, desde el podio, sonrió levemente al ver la incomodidad de su padre joven. Su hermana, Eloande, fue la primera en reaccionar, apartándose un poco de su madre con una sonrisa amplia y cálida.
—Claro, pa' —dijo, usando un tono afectuoso y despreocupado, mientras se movía para hacerle sitio—, siéntate aquí.
Goyle, con una mezcla de sorpresa y alivio en sus ojos, asintió agradecido y se sentó al lado de Dudley. Aunque aún era joven e inmaduro, había algo en su postura que indicaba que, a pesar de sus ideas puristas del pasado, estaba comenzando a abrirse a la idea de un futuro distinto.
Zander lo observó todo desde el podio, una sonrisa ligera curvándose en sus labios. Ver a su joven padre interactuar con su futura familia de una manera tan inesperada era una señal de que, después de todo, las personas podían cambiar, incluso aquellas con los prejuicios más arraigados.
—Bueno, parece que el cambio ya está empezando —comentó Zander desde el podio, con un tono humorístico que relajó aún más la atmósfera—. Tal vez no sea tan difícil de creer después de todo, bueno continuando tengo 11 años - dijo sorprendiendo a varios- si ya se que no aparento esa edad pero es la verdad, mi acta de nacimiento lo dice- dijo haciendo reír a varios presentes, pero varios pensaban de donde carajos este chico había secado esa parte bromista, si Goyle era mas seco que un desierto - soy un alfa, al igual que mi padre - dijo orgulloso, haciendo que su padre sonriera orgulloso -hace poco entre a Hogwarts, donde pertenezco a la casa de Rowena Ravenclaw - haciendo que la casa celebrara a su segundo integrante, junto con su familia, mientras su padre, bueno sorprendente también estaba aplaudiendo - gracias, espero ser premio anual y perfecto en el futuro, actualmente no tengo materias favoritas, pero me va muy bien en todas, mis padrinos por otro lado son los mellizos Graves - Rollaway.- iba a seguir pero lo interrumpieron.
- cual de las dos parejas de Mellizos Drailing y Draco o Hyperion y Mildred, por que si mis cálculos no están mal Teddy y Mei, aun no tendrían la edad para ser tus padrinos legalmente, en el futuro obviamente - dijo Jhon, esperando la respuesta del chico, mientras el gran comedor estaba sorprendido ante la información.
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¿¡VIAJAMOS A 1996!? || Harry Potter
FantasyHogwarts es un lugar tranquilo, donde la magia recorre en todos los rincones. Era un día lluvioso y los estudiantes se encontraban en el Gran Comedor disfrutando el almuerzo, las hojas se caían por el viento causada por esta y unos jóvenes saliendo...