𝐂 𝐀 𝐎́ 𝐓 𝐈 𝐂 𝐎 ↝ ᴷᵃⁱˢᵒᵒ

Capítulo 44: Suicidas del amor

Taemin se mantuvo de pie viendo como Insung con las pocas fuerzas que aún tenía se arrastraba por el suelo pidiendo ayuda. Él tenía razón cuando decía: [No vas a vivir sin mi... de igual manera.] no planeaba hacer aquello, era un hombre que no tenía nada que perder, había perdido a su padre, y con él a su familia. Así que ambos irían al infierno.

Insung se giró boca arriba para mirar por última vez los ojos de Taemin, ardidos en furia, pero así mismo de dolor por haberle traicionado de tal manera. No eran amantes, no eran amigos, tampoco enemigos, eran algo más, algo que ninguno de los dos se había tomado el tiempo para decírselo de frente.

— Ya no dudes más... —le dijo como pudo—termina lo que viniste hacer.

Taemin se colocó sobre sus rodillas para mirar fijamente a Insung mientras llevaba el cuchillo a su cuello. podía ver una sonrisa dibujarse en su rostro, aún todo embarrado de sangre, no le importaba. De momento alguien interrumpió su momento, JongIn apareció frente a él con la cara de sorpresa. Descendió su mirada a Insung para ignorar totalmente su presencia.

— ¿Dónde está KyungSoo?

Taemin hizo un movimiento leve con su cuello indicándole la puerta de la habitación en la que KyungSoo asustado se había encerrado. JongIn fue por él, y de inmediato Taemin volvió a su tarea, esta vez decidido a asesinarlo enserio, deslizó el filo del cuchillo por el cuello de Insung. En ese momento alguien lo empujó haciéndole a un lado, más personas ingresaron a aquel lugar.

Oh Sehun se había arrodillado al lado del cuerpo agonizante de Insung. Intentaba detener la hemorragia que estaba sufriendo en esos momentos. Nunca antes había visto tal acto, un asesinato a sangre fría. Había desesperación en su mirada mientras pedía a su seguridad llamar a alguna ambulancia, mientras toda la sangre comenzaba a ensuciar no solo sus manos, pero también su ropa.

— Sehun... ¿Qué estás haciendo? —preguntó JongIn mientras lo veía.

— Insung es la pieza clave para llevar a JiHoon a la cárcel, también es un testigo importante en el caso contra mis hermanos...—respondió mientras Taemin seguía observando como Insung comenzaba a agonizar.

Entendía que su trabajo estaba finalmente completado, a lo que levantó el cuchillo para traspasarse con el mismo, pero fue misión fallida gracias a que JiSung en un forcejeo le logró quitar el cuchillo lanzándolo a un lado para luego someterlo en el sofá.

— La policía ya está en camino...

KyungSoo estaba escondido detrás de JongIn, no quería presenciar la muerte de Insung, pero tampoco podía apartar la mirada de la misma. Fueron los segundos más largos que pudo presenciar hasta que Sehun se alejó de él sin haber logrado nada más que haber ensuciado su ropa. Su rostro estaba pálido.

— Maldición... —dejó salir Sehun.

Taemin comenzó a reírse, todo el mundo lo miró con cierto desconcierto mientras Sehun solo sentía nauseas al ver toda su ropa sucia al igual que sus manos. Se escucharon pasos rápidos acercarse.

— ¡La policía! ¡Todo el mundo la mano arriba!

Esa noche, nadie pudo descansar. Nadie pudo eliminar el rostro de Insung en sus últimos momentos, el charco de sangre que había quedado en aquel lugar y por supuesto la risa macabra de su asesino. Todos fueron interrogados, todos dieron su versión de los hechos, así que se emitió una orden de arresto inmediata para Kwon JiHoon.

JiHoon acababa de regresar a casa con su linda esposa luego de una cena, estaba totalmente confiado en que los oficiales que había enviado llevarían sus órdenes a cabo palabra por palabra. Pensaba que Taemin estaría en la cárcel dentro de poco tiempo y que luego se encargaría de él, pero el mismo ya se encontraba con la policía diciendo todo lo que sabía.