Capítulo 34.
-¿Estamos todos listos?- preguntó Louis, en realidad según las cosas iban hasta ahora; él tenía toda la pinta de ser el líder de nuestro grupo de salvajes. Había pasado pensando en ello, Louis es el líder, Zayn es el inteligente, Ali es la perseverante, Zoé es la graciosa, Antonela es la que apoya en todo, Liam es la persona más buena que hay... yo, yo soy la que existe; es decir, no doy idea alguna, no trato de hacer reír a las personas, ni tampoco doy soluciones inteligentes. Creo que en el caso, ________ es la bailarina.
-¡Sí!- respondimos al unísono, y todos juntos nos levantamos de la comodidad de los muebles que se encontraban en el lobby, tomamos cada uno nuestras maletas y bolsos y comenzamos a movernos en grupo, decididos a encontrar a Harry.
-Bien, empezaremos por el norte, pasaremos hacia el este, luego al sur y al final al oeste; no importa lo que nos cueste pero lo vamos a encontrar.- dijo Louis.
-¡Vivo o muerto!- gritó Zoé; la regresé a ver horrorizada mientras todos los demás reían a carcajadas, no le encontraba la gracia.
Empezamos a caminar a un paso ligeramente rápido, pero no duramos mucho con él, así que bajamos el ritmo pronto; seguíamos caminando, preguntando por Harry y buscando encontrarlo de cualquier manera, pero sólo queríamos... quería verlo; preocupados por él totalmente y desesperados porque nadie parecía saber nada acerca de él, era como si de repente se lo hubiera tragado la tierra y eso no es el único problema, sino también está el caso de que cada vez que pensábamos que íbamos a dar con algo, terminábamos en nada, una y otra vez tan solo había nada.
Ya estábamos por la parte número tres del plan, el Sur, y en realidad era de los paisajes más hermosos que alguna vez pude ver; las personas, el idioma, los vestidos y todas las cosas que nos rodeaban hacían un entorno hermoso y acogedor, por tan solo un segundo, deseé quedarme así por siempre, entre todo ese blanco, el mar azul, los barcos pesqueros de fondo, un silencio que a pesar de todo no está vacío, incluso en el silencio de este lugar se puede fácilmente descifrar susurros, y es quizá esa la razón por la que me gusta tanto; Santorini está lleno de vida, de amor, de secretos; y en ese momento entendí lo vacía que estaba yo.
-¡Hey, Stewart! Mueve tu gran trasero aquí y ven a ver con nosotras los vestidos; apuesto a que éste te quedará hermoso, te vas a parecer a Afrodita... ¡Estamos en Grecia!- gritó mi mejor amiga, Alison.
-¡_________, apresúrate diosa del amor!, que Grecia no esperará por ti para buscarse alguien a quién también le quede el vestido; es decir no te creas especial.- continuó Zoé.
-¡Corre, que en verdad se te verá bien!- dijo Antonela.
Sentí un golpe muy suave en mi costado, giré mi cabeza y me encontré con Zayn viéndome.
-Hey, Little; si no vas con ellas rápido, nos expulsarán de la isla por el chiste de pegar gritos tan desafinados y fuertes.- terminó su frase con una pequeña risa, al igual que yo, y me dio un pequeño empujón en la parte baja de mi espalda para que diera los primeros pasos que me acercaban a mis amigas, giré una vez más mi cabeza para sonreírle a Zayn y continué caminando con paso vago. Ni bien lograron tocarme me tomaron por los brazos y me empujaron hacia el vestidor, donde me obligaron a ponerme el vestido blanco, en realidad era hermoso; se me veía increíble. Vi como una cabeza se metía por la cortina del probador y los ojos de Ali se abrían increíblemente, me tomó una vez más del brazo y me empujó fuera; cuando el resto de las chicas me vio también se dispusieron a gritar como locas. Se acercaron los chicos junto con el dueño de la tienda, el cual se veía entre molesto y divertido por nuestra actitud ridícula, los chicos al verme sonrieron entre ellos y me dieron miradas de aprobación total.
¿Debes comprártelo, __________.- dijo desesperada Ali. A los que Zoé y Antonela alegaron con "Sí" irregularmente.
-Está bien, lo haré. Disculpe señor, ¿cuál es el precio del vestido?- le pregunté al vendedor y me respondió que eran 2400 euros.
-¡¿Dos mil cuatrocientos euros?! Joder, no gracias.- dije yo, dándome la vuelta para quitármelo, el vestido podría ser lo más hermoso del mundo, pero no tenía derecho alguno de gastar tanto dinero solo en una pieza de ropa, ya bastante había hecho gastándolo para poder venir a este viaje. Cuando salí todos me mirabas desilusionados, pero estaba en la mente de todos nosotros que el vestido era inalcanzable, así que les sonreí y seguimos caminando por Santorini el resto del día; no hubo ni un solo indicio de que Harry estuviera aquí, empezaba a perder todas las esperanzas.
Llegamos cansados al hotel, ya entrada la noche; y cada uno decidió que iría a su habitación de modo que fuimos chicos y chicas hacia sus respectivos caminos, despidiéndonos entre nosotros y deseándonos dulces sueños; sabía que no sería así, sabía que posiblemente ni siquiera podría pegar un ojo en toda la noche, y sabía bien que eso me cobraría mañana, pero me sentía tan mal por ello, tan triste... Harry, ¿dónde estás, dónde te escondiste?
Abrí ligeramente los ojos, un poco desubicada; regresé a ver a los lados y me encontré con Zoé que me miraba expectante.
-¿Dormiste bien?- preguntó al ver que había despertado.
-Sí, aunque fue extraño, dormí como una roca.- Zoé sonrió.
-Te puse una pastilla para dormir en el jugo anoche, Ali me dijo que no podrías dormir y bueno, me tomé la libertad de ayudarte a descansar un poco tu mente.- dijo sonriente.
-Estás verdaderamente loca, Zoé.- dije negando con la cabeza. -¿Dónde están las chicas?- pregunté luego notando que no se encontraban alrededor.
-Están ya abajo, desayunando con los chicos; ahora que lo pienso yo también iré pronto, puede ser que se acaben toda la sandía, y entonces, ¿qué sería de mí sin ella?- dijo mi amiga dramatizando y alejándose hasta llegar a la puerta. -Rápido, levántate y alístate; te estaremos esperando en el restaurante. ¡Prometo guardarte sandía!- dijo para después sacudir su mano en modo de saludo y cerrar la puerta tras ella. Me levanté en ese momento, caminando hacia la ducha, no tardé mucho en salir luego de esto, me vestí apropiadamente, un short negro junto con una camisa floja y blanca y un par de sandalias.
Salí de la habitación caminando a paso lento, cuando con el rabillo del ojo divisé una cabeza llena de rulos, giré mi cabeza súper rápido y lo vi, era Harry estaba vistiendo elegantemente un terno y se encontraba rodeado de personas, mientras hablaba seriamente, quise acercarme, pero unos guardias no permitieron que pasara hacia donde él estaba, todo este tiempo estuvo tan cerca, no lo podía creer, ahí estaba él, tan hermoso como siempre y sin regresar a verme; pero algo había cambiado, no podía ser así, ¿por qué no nos buscó? ¿por qué no llamó?, algo estaba mal; seguí levantándome en puntillas para ver como se alejaba siendo rodeado por adultos y por un segundo su cabeza se movió, posando su vista sobre mí; sus ojos se abrieron ligeramente, acto imperceptible para todos ellos, pero no para mí; sin embargo cuando esperaba que corriera hacia mí y nos fundiéramos el uno en el otro, su visión cambió de dirección y siguió con su camino. Era como si yo me hubiera vuelto invisible; obsoleta.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Ouch, me imagino que habrá sido duro.
Gracias por leer.
xx.
ESTÁS LEYENDO
They Don't Know About Us.
FanfictionNormalmente, nuestras vidas se ven perfectas; tenemos dinero, amigos, viajes, todo lo que queremos en sí. Es fácil para nosotros, los adinerados. Todo es tan fácil. Pero hay cosas que por más buena vida que lleves, no puedes solucionar con dinero...