Capítulo 28.

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En ese momento, Harry entró al baño de mujeres como si fuera una cosa cualquiera, y miró la situación consternado.

-¿Qué pasó?- preguntó impasible.

-Nada, Edward, nada más queríamos ayudarla a verse mejor, ese vestido estaba muy apretado.- respondió sínica Michelle.

-A mí me parece que no fue así, además en ese vestido, se te veía hermosa.- dijo guiñándome el ojo. Yo no respondí y la otra chica, creo que se llamaba Catie, me dio una patada en la costilla, me quejé y Harold regresó a verme, -¿Qué mierdas le hacen? Déjenla en paz, ¡Largo!- las chicas me miraron mal una vez más y salieron del baño.

-_________, cielo, ¿cómo estás?-

-Mal.- alcancé a susurrar, malditas, me golpearon fuerte.

-Vámonos de aquí.- afirmó Harry, me ayudó a levantarme,  cuando lo hice, los pedazos de mi vestido cayeron regados al suelo como simples tiras de tela. Harry me miró embobado, mierda, estaba únicamente en ropa interior, pero la mirada de Harry me calentó, mi corazón golpeaba fuerte y mi sangre corría acelerada por mis venas. Harry continuó mirándome y un momento después sacudió la cabeza, se quitó su chaqueta y me la puso.

-Gracias.- susurré sonriéndole, nuestra relación ha estado cambiando, nos llevamos bien. Estábamos saliendo cuando me acordé de mi tío. –Harry, mi tío, está adentro, no sabe nada.- dije.

-Tranquila cielo, yo me encargo, ¿Puedes mantenerte en pie por ti misma?- asentí con la cabeza y él se fue hacia la mesa de mi tío, se acercó y habló con él un momento, después vi a mi tío mover la cabeza afirmativamente, a Harry sonreír, decir algo más y volvió hacia mí.

-Listo cielo, está todo en orden.- dijo, me volvió a sostener por la cintura y caminamos juntos hasta la salida.

-Harry, ¿qué estabas haciendo allá?- pregunté mientras nos encontrábamos en el auto, sí, aparte de tener a Betty, tenía un auto.

-Debo acompañar a mi padre, siempre, al menos si quiero heredar la empresa.-

-Ah, yo también.-

-¿Ves? Tenemos más cosas en común de lo que piensas.- dijo Harry prendiendo la radio. Sonaba una canción que no había escuchado, pero al parecer Harry sí, puesto a que empezó a tararearla, tenía una bonita voz, muy bonita. Al rato, y sin querer ni darme cuenta, caí dormida.

-Cielo, despierta, ya llegamos.- me susurró Harry mientras acariciaba mi mejilla.

-Déjame dormir.- dije molesta –Sí, era de terrible despertar-

-Pero ya llegamos.- volvió a insistir Harry.

-No me importa, quiero dormir.- dije y le di la espalda acomodándome en el asiento.

-Bien.- dijo Harry y sentí su puerta abrirse y luego volver a cerrarse. Después de unos segundos, mi puerta se abrió y unos brazos me rodearon mientras me alzaban, sólo me volví a acomodar y ahí sentí el dolor en mi cuerpo, no me importó mucho y volví a dormir. Así sentía como Harry caminaba hasta que me dejó en una superficie acolchada y cómoda. Besó mi frente y salió. Al rato escuché que la puerta se abría y la cama se hundía bajo el peso de otro cuerpo, Harry puso un algodón en mi labio, y eso me ardió, por lo que grité.

-Idiota, me duele.-

-Lo siento cielo, pero se va a infectar.- dejé que continuara, quejándome en momentos. Me desinfectó los rasguños y me puso hielo en el ojo para que se deshinchara.

-Ya estás casi lista, ahora déjame ver tus costillas, ahí te duele, ¿cierto?-

-Sí, pero no es necesario, ya estoy mejor, gracias.- no quería que Harry me viera, por Dios, que vergüenza.

-Sólo te pondré una crema para que no te duela más.-

-Bien, pero ten cuidado.-  pedí. Harry me quitó su chaqueta de encima y puso un poco de crema en sus manos, al momento estaba masajeando suavemente la zona afectaba, me dolía, y estaba segura de que mañana estaría llena de moretones. Cuando terminó me dio una pastilla con un vaso de agua y dijo que dejaría que siguiera durmiendo, le agradecí y dormí un rato más. Al despertar, me incomodé ya que estaba en la casa de Harry, en su cama, y en ropa interior. Como no sabía qué hacer, lo llamé.

-Ya despertaste.- me dijo mientras entraba con una sonrisa.

-Sí.-

-¿Necesitas algo?-

-¿Tienes algo de ropa que puedas prestarme?

-Déjame ver.- salió hacia su ropero, de donde sacó una camiseta con el logo de los Ramones, y un pantalón de mujer, que en realidad, y sabiendo cómo era Harry, prefería no usar. Al ver mi cara creo que se dio cuenta de que no me confiaba del dichoso pantalón y dijo.

-Es de mi hermana mayor, Gemma, espero que te quede.-

-Gracias.- sonreí y entré al baño de la habitación.

La camiseta me quedaba grande, así que le hice un nudo para que subiera un poco, y el pantalón me quedaba largo y un poco apretado así que lo doblé hasta media pantorrilla. Salí del baño y Harry estaba sentado en la cama haciendo algo en su celular. Ya que no tenía zapatos, me calcé los mismos tacones que estaba puesta en la mañana, Harry me regresó a ver y sonrió de lado.

-¿Es que nunca puedes dejar de verte tan bien?- preguntó, y no por primera vez, mis mejillas volvieron a traicionarme quemando.

-Y bien… ¿quieres hacer algo?- pregunté para cambiar de tema.

-¿Vamos a Starbucks? Hay uno cerca de aquí.- dijo Harry.

-Sí eso está bien.- dije sonriendo, quedamos en que iríamos caminando, por lo que salimos de la casa y tomamos rumbo.

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Nuevo capítulos.

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xx.

They Don't Know About Us.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora