—Bloque Uno para Grupo de avanzada —dijo Alfonso haciendo accionar el botón del radio, un chillido crepitante se instauró en el mismo.
Alfonso tamborileó sus dedos sobre la superficie de la radio, al tiempo que chasqueó su lengua impacientemente.
—Bloque Uno para Bloque Dos, respondan —repitió, una vez más, no había respuesta.
Desenfundó su arma reglamentaria y comprobó que estuviera cargada, tras asegurarse de que todo estuviera bien, volvió a intentar comunicación con sus hombres. Una vez más, fue en vano.
Esperó par de segundos y al no haber señales de sus hombres, ajustó el dial a una frecuencia que tenían codificada para casos de emergencia. Era primera vez que tenía la necesidad de usar dicha señal.
—Habla el Coronel Alfonso del Escuadrón de los Gallos Rojos encargado de la misión especial: BMS9.
Una fina capa de sudor se instaló en su frente, temiendo lo peor. No tenía el conocimiento exacto de lo que estaba sucediendo en el pueblo, ni siquiera podía imaginarse la magnitud del problema que tenían a las puertas. A pesar de poseer un alto cargo, las órdenes venían de un nivel superior y la información que le había sido brindada era escueta.
—Aquí central, ¿qué sucede Coronel? —La voz detrás de la radio denotaba cierto grado de asombro.
—Se ha perdido comunicación con el grupo de avanzada —informó a toda prisa—. El grupo del segundo punto de control tampoco responde a las comunicaciones.
—Coronel, es de suma importancia que no deje salir a nadie del perímetro, repito: no deje salir a nadie del perímetro. Estamos ante una amenaza biológica desconocida.
Alfonso palideció por un instante, miró a sus alrededores cruzando miradas con el soldado encargado de las comunicaciones. Se llevó ambas manos al rostro y alargó sus mejillas en un gesto de frustración.
—¡¿Por qué carajos no se me informó del peligro biológico?! —reclamó molesto, su voz era lo suficientemente seria para intimidar a cualquiera.
—La misión BMS9 es de información clasificada, no puede estar en manos de cualquiera, usted tuvo el privilegio de ver el video donde se muestra un comportamiento anómalo de los militares de la base, no es de su interés conocer nada más. Confórmese con saber que no puede salir nadie con vida, ni sin ella del lugar.
El rostro contraído en una expresión seria, reflejaba la impotencia que recorría cada célula del cuerpo de Alfonso. Le molestaba cuando las órdenes no eran dadas por él, estaba acostumbrado a mandar y a tomar decisiones por él mismo. El hecho de tener que acatar órdenes de un nivel superior no era mucho de su agrado y menos cuando se le había ocultado información valiosa que podría ponerlos a todos en peligro.
—Lamento informar que hubo un soldado que salió. —Sus palabras denotaban además de frustración, cierto grado de preocupación—. Regresó herido de su incursión al pueblo y presentó una crisis convulsiva, tras lo cual fue trasladado, con vida aún, al Hospital Militar Carlos J. Finlay.
—¿Qué tipo de herida poseía el soldado?
—Según dijo el Dr. Gutiérrez, le impresionaba una mordedura, pero no estaba seguro de ello.
Se instauró un silencio en la tienda por varios instantes, apenas veinte segundos que parecieron ser eternos. Tanto el encargado de la radio como el Coronel, cruzaban miradas constantemente en buscas de respuestas que nunca encontrarían.
—Sepa usted Coronel Alfonso que —dijo la voz a través de la radio volviendo a emitir sonido el aparato y haciéndolos saltar del susto—, una vez solucionado este problema, usted y todo su equipo serán destituidos de sus puestos. De momento, permanezcan en el lugar y que no salgan de ahí ni las moscas. Cualquier cambio debe de informarnos de inmediato. Resistan, los refuerzos van en camino. Cambio y fuera.
La comunicación se cortó de golpe dejando un crepitar molesto a los oídos. Alfonso estaba recostado con sus brazos sobre la mesa procesando y asimilando las órdenes dadas y las decisiones tomadas por sus superiores.
—Con su permiso mi Coronel —dijo con voz cargada en urgencia un soldado que recién había entrado en la campaña—. Se acercan tres civiles gravemente heridos por la carretera.
Alfonso ni siquiera se volteó a ver al soldado. Puso los ojos en blanco y expulsó una fuerte bocanada de aire desde sus pulmones.
—Emitan una advertencia para que se detengan. Si no lo hacen...—Vaciló unos instantes como pensándose la orden—. Si no lo hacen, disparen a matar.
El soldado quedó petrificado al escuchar semejante orden. Eran personas heridas que se estaban acercando en busca de ayuda, ¿cómo iban a negárselas? O peor aún, ¿cómo iban a arremeter contra la vida de civiles indefensos si lo que necesitaban era ayuda?
—¿Acaso no escuchó soldado? —recriminó molesto el Coronel.
—A sus órdenes señor.
El coronel asintió con la cabeza mientras el soldado se retiraba y volvió a poner en frecuencia el dial.
—Bloque Uno para Bloque Dos, ¡contesten carajo!
Estaba empezando a rozar la paranoia cuando de repente la radio emitió una voz desconocida para él.
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Macrófago vitae: Infección.
Science FictionTras un experimento fallido, en un laboratorio secreto de una base militar cubana; un pequeño pueblo de campo sucumbe a un apocalipsis zombi. Historias llenas de terror y desesperación, les esperan a las personas; las decisiones que tomen les cambia...