EL GUIÓN

CAPÍTULO 66: NO DEJAR IR

Fang Li abrió los ojos de repente.

Respiraba frenéticamente, con el pecho palpitándole de dolor. Aunque el golpe no había ido dirigido contra su vida, le había herido de gravedad. Fu Junling no era el Gran Sabio reencarnado por nada. Pensar que tenía la capacidad de desafiar a Xie Huai.

La gente del mundo decía que el Gran Sabio estaba lleno de misericordia y compasión y prestaba su ayuda a todos, e incluso su fallecimiento había incitado calamidades que sacudían la tierra e incendios furiosos debido a la pena del Dao celestial, hasta el punto de que el mundo había sido arrojado al desastre...... Mirándolo ahora, los rumores no eran de fiar después de todo. Tal vez fue precisamente porque había cometido algún tipo de atrocidad que había enfurecido a los cielos por lo que había sido azotado por el anciano de arriba.

Fang Li no tenía claro qué había ocurrido hacía decenas de miles de años. Quizá el Gran Sabio había sido una buena persona al principio y había hecho cosas buenas alguna vez, pero en realidad había vivido demasiado, demasiado tiempo...... Al menos, la persona que había despertado ahora...

--No era el santo misericordioso y compasivo de los rumores, sino una persona sin emociones que se alzaba en lo alto y miraba con desprecio a todos los seres vivos.

En cuanto a por qué Yan Sui había sido capaz de entrar tan casualmente en el dominio secreto y traer tan casualmente los talismanes de jade de vuelta a la reencarnación del Gran Sabio.

Como único verdadero inmortal del Dao Unificado en diez mil años, los trucos del Gran Sabio eran inescrutables y profundos. Tal vez tenía formas de engañar al destino y volver a entrar en el ciclo de la reencarnación sin destruir sus lazos kármicos. Quizá Yan Sui sólo había sido un peldaño para su despertar.

Cuando Fu Junling había revelado su propia identidad, si no fuera por el hecho de que Fang Li se había preparado, y además, que no era el verdadero Yan Sui, su conciencia probablemente se habría sacudido, permitiendo a Fu Junling ganar.......

Fang Li dejó escapar un suspiro sombrío.

Independientemente de si era el libro original o ahora, incluso hasta su misma muerte, Yan Sui no había sabido la verdad. Pero para Yan Sui, eso no era necesariamente algo desafortunado.

Yan Sui no podía perdonarse a sí mismo por traer el desastre a la Secta Portadora del Viento. Él ya había sufrido mucho después de causar ese incidente. Si supiera que todo había quedado grabado en piedra mucho antes, que en el momento en que él personalmente entregó los talismanes blanco y negro a su Shixiong, haría desaparecer al Shixiong que le había cuidado y apreciado......

Si le hicieran enfrentarse a todo en persona ahora mismo.

¿Cuánto dolor sentiría?

Afortunadamente, Yan Sui ya no estaba aquí, y no había necesidad de que él supiera de estas cosas, tampoco.

En cuanto a Fu Junling.

No había sido capaz de obtener el talismán de jade de Fang Li, y ahora que su identidad había sido revelada, al menos, no había necesidad de temer sus planes ocultos.

Fang Li exhaló.

Miró a su alrededor.

El familiar dormitorio le aturdió por un momento. ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente para haber regresado hasta Cresta Hueca?

Recordó que cuando se había desmayado, había sido Xie Huai quien lo había atrapado, por lo que había sido Xie Huai quien lo había traído de vuelta. Entonces, ¿dónde había ido Wu Yimei? Pero Xie Huai no debería causarle problemas a Wu Yimei.