CAP, 1:SILENCIO Y FUEGO

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La luz del atardecer se desvanecía lentamente, dejando la ciudad en penumbra. Las calles bulliciosas comenzaban a aquietarse, pero para Izuku Midoriya, el mundo había quedado en silencio desde hacía semanas. Sentado en una banca del parque, el joven héroe observaba el movimiento de las hojas caídas sin poder escuchar el crujido bajo los pies de los transeúntes. Un accidente durante una misión había dejado su audición irremediablemente dañada, y la transición había sido más dura de lo que jamás habría imaginado.

Izuku había aprendido a adaptarse, pero el vacío del silencio constante le pesaba en el corazón. Ya no escuchaba la risa de Uraraka, ni las constantes regañinas de Bakugo. Ni siquiera podía escuchar el viento que antes lo relajaba. Todo había cambiado para él. Se sentía solo, atrapado en una burbuja de aislamiento.

Las visitas al hospital habían sido interminables. Recuperar su audición era imposible, y aprender a leer los labios había sido complicado, pero se esforzaba como siempre lo hacía. No había lugar para la desesperanza, o al menos eso se repetía cada mañana al despertar.

Aquella tarde, después de su última visita médica, decidió vagar sin rumbo. Caminaba por calles solitarias, donde la luz de los faroles comenzaba a encenderse, iluminando su rostro con un resplandor anaranjado. Pero, a lo lejos, sintió algo. Un calor que no pertenecía a la atmósfera fresca del atardecer.

Instintivamente, Izuku se giró. Allí estaba él. El hombre que lo había observado en más de una ocasión, siempre desde las sombras, siempre distante: Dabi. El villano de cicatrices visibles y fuego azul, cuyo solo nombre causaba temor en muchos.

Dabi lo miraba con ese semblante frío e imperturbable. Había algo en su presencia que lo inquietaba, pero al mismo tiempo lo atraía. En los encuentros anteriores, Dabi siempre había sido directo, cruel, y mordaz. Pero esta vez, se mantenía en silencio, mirándolo de una manera diferente. No había ninguna amenaza en sus ojos.

Izuku trató de leer sus labios, algo que aún estaba aprendiendo. “¿Qué quieres…?” quiso preguntar, pero las palabras no salieron de su boca. En vez de eso, miró a Dabi fijamente, esperando algún movimiento.

El villano sonrió, apenas un gesto que era más una sombra de burla que de alegría. Entonces, algo inesperado ocurrió. Dabi no habló, ni siquiera se movió de su lugar. Simplemente extendió su mano hacia Izuku, mostrándole algo escrito en su palma con una especie de marcador negro.

"No necesitas escuchar para entender."

Izuku frunció el ceño, confuso. Las palabras eran extrañas viniendo de alguien como Dabi, pero algo en su interior lo impulsó a acercarse. Cauteloso, avanzó unos pasos. Dabi, sin apartar la mirada, se agachó y comenzó a escribir algo en el suelo polvoriento con el mismo marcador.

"El fuego es como el silencio. Te rodea, pero no siempre lo sientes hasta que es demasiado tarde."

Izuku leyó las palabras con detenimiento. ¿Por qué Dabi, un villano, estaba tomándose el tiempo para comunicarse con él? No tenía sentido. Sin embargo, no había hostilidad en sus acciones, y eso lo desconcertaba aún más.

Levantando la mirada, Dabi borró el polvo con la mano y escribió otra cosa.

"No vine a pelear. No esta vez."

Izuku leyó lentamente, tratando de entender el propósito del villano. Entonces, Dabi se incorporó, mirándolo con intensidad. No había agresión en su postura, solo una curiosidad oscura que hizo que el corazón de Izuku se acelerara.

El joven héroe retrocedió un paso, pero algo lo detuvo. Las palabras, el gesto, la manera en que Dabi lo estaba observando. No tenía sentido, pero sentía que había algo más detrás de esa fachada fría. Como si el villano lo hubiera estado vigilando, no para atacarlo, sino para algo más.

Sin previo aviso, Dabi se acercó un poco más, hasta estar a escasos centímetros de Izuku. Sus ojos azules brillaban con una intensidad peligrosa, pero su voz, aunque inaudible para Izuku, formó palabras claras que él pudo leer en sus labios.

"Nos veremos pronto, Midoriya."

Y sin esperar una respuesta, Dabi se giró y se marchó, dejando a Izuku más confundido que nunca, pero con una sensación extraña latiendo en su pecho. Algo había cambiado. No solo el mundo de sonidos que lo había abandonado, sino también la relación que estaba comenzando a formarse con aquel villano de fuego azul. Una relación que, a pesar del silencio, parecía destinada a ser algo más.

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Este es el primer capítulo, donde se establece el vínculo inicial entre Dabi e Izuku, con un enfoque en el impacto emocional que tiene la pérdida de la audición para Izuku, y cómo Dabi comienza a mostrarse de una manera inesperada.

BYEEE💗



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