El día siguiente amaneció con un cielo despejado, pero algo en el aire se sentía diferente. Aunque la vida de Izuku y Dabi estaba en un punto de paz, había una sensación palpable de que algo más estaba por venir. Los pequeños gestos entre ellos, las miradas, y los silencios cómplices hablaban de una confianza mutua que habían cultivado, pero también de algo que ambos sabían, aunque no habían mencionado en voz alta: había un nuevo capítulo en sus vidas que estaba a punto de comenzar.Izuku estaba sentado en la terraza, observando el horizonte mientras el sol bañaba la costa en tonos dorados. La brisa era suave, y el murmullo del océano llenaba el silencio con una tranquilidad que le permitía perderse en sus pensamientos. En su mano, jugaba distraídamente con el colgante que Dabi le había dado el día anterior. Lo frotaba con el pulgar, como si al hacerlo pudiera captar cada recuerdo, cada promesa silenciosa.
Dabi apareció detrás de él, envuelto en su chaqueta habitual, y se sentó a su lado sin decir una palabra. Había algo diferente en su mirada, algo más profundo. El peso de los años, del pasado, siempre estaba presente en él, pero en ese momento parecía especialmente concentrado.
—¿En qué piensas? —preguntó Dabi, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.
Izuku sonrió, girándose para mirarlo. A pesar de los años, nunca se acostumbraba a la intensidad con la que Dabi lo miraba. Era una mirada que atravesaba cualquier fachada, que buscaba algo más profundo, algo más real.
—En nosotros —respondió Izuku, sincero—. En todo lo que hemos pasado… y en lo que vendrá.
Dabi asintió lentamente, como si sus pensamientos hubieran estado en el mismo lugar.
—Es extraño, ¿no? —dijo Dabi después de un momento—. Estar aquí, después de todo. A veces me pregunto si esto es real, si de verdad merecemos esta paz.
Izuku frunció el ceño, dejando el colgante descansar sobre su pecho. Tomó la mano de Dabi y entrelazó sus dedos con los de él.
—Lo merecemos —dijo Izuku con firmeza—. Hemos luchado por esto, Touya. Hemos sacrificado tanto. Y ahora estamos aquí, juntos. No hay duda de que merecemos este momento.
Dabi lo miró fijamente, como si quisiera absorber la fuerza que Izuku siempre había tenido. A veces, esa fuerza lo sorprendía. Izuku, el chico que había sido rechazado por el mundo, había encontrado dentro de sí una resiliencia que superaba cualquier cosa. Y ahora, esa misma fuerza era lo que los mantenía a flote.
—Tienes razón —dijo Dabi finalmente, apretando la mano de Izuku—. Pero… no puedo evitar sentir que algo más está por venir.
Izuku lo miró con curiosidad, notando la sombra en los ojos de Dabi.
—¿Algo más? —preguntó—. ¿A qué te refieres?
Dabi suspiró y se apartó ligeramente, como si le costara encontrar las palabras adecuadas. Había aprendido a confiar en Izuku completamente, pero había partes de su pasado que aún le pesaban. Aunque ya no era el villano que una vez fue, el eco de ese pasado aún resonaba en su mente.
—He estado pensando en mi familia —dijo Dabi, finalmente dejando salir lo que había estado guardando—. En mi padre, en mis hermanos… en lo que dejé atrás.
Izuku lo miró en silencio, permitiendo que Dabi hablara a su propio ritmo.
—Sé que tomé una decisión —continuó Dabi, sus ojos perdiéndose en el horizonte—. Decidí que no quería seguir ese camino, que no quería ser el monstruo que mi padre trató de crear. Pero, a veces, me pregunto si realmente terminé ese capítulo. Si simplemente lo dejé incompleto.
Izuku entendía ese sentimiento. Sabía lo que era vivir con cicatrices emocionales que nunca terminaban de sanar completamente. Aunque Dabi había dejado atrás su vida como villano, el peso de su familia, de Endeavor y todo lo que representaba, seguía siendo una sombra en su vida.
—Tal vez no lo has cerrado del todo —admitió Izuku suavemente—. Pero eso no significa que no puedas hacerlo. No estás solo en esto, Touya. Estoy contigo, siempre lo he estado. Y si necesitas enfrentarlo… entonces lo haremos juntos.
Dabi lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de gratitud y algo más profundo, algo que siempre había sentido por Izuku, pero que rara vez expresaba en palabras. Era esa sensación de estar a salvo, de tener a alguien que lo entendía completamente, incluso en sus momentos más oscuros.
—Eres lo mejor que me ha pasado, Izuku —dijo Dabi con una voz ronca, pero sincera—. Y a veces no sé si puedo dejar todo eso atrás, pero contigo… siento que puedo intentarlo.
Izuku sonrió suavemente y apretó la mano de Dabi.
—No tienes que hacerlo solo. Siempre hemos sido un equipo, y siempre lo seremos. Si necesitas enfrentarte a tu pasado, lo haremos juntos.
Dabi asintió, sintiendo cómo una parte de su corazón, esa que siempre había estado cerrada, comenzaba a abrirse lentamente. Había partes de él que seguían siendo frágiles, pero con Izuku a su lado, sabía que podía enfrentarse a cualquier cosa.
—Gracias —murmuró Dabi—. Gracias por estar aquí, por no rendirte nunca conmigo.
Izuku le sonrió, acercándose un poco más.
—Nunca lo haría —dijo suavemente—. Porque te amo, Touya. Siempre lo haré.
Dabi no dijo nada más. En lugar de eso, se inclinó hacia Izuku y lo besó, con una intensidad que hablaba más que cualquier palabra. Era un beso lleno de promesas, de amor y de la certeza de que, sin importar lo que viniera, lo enfrentarían juntos.
Y en ese momento, bajo el cálido sol del amanecer, se dieron cuenta de que no necesitaban respuestas inmediatas, solo la certeza de que el camino que estaban recorriendo, lo estaban haciendo lado a lado. El futuro aún era incierto, pero mientras tuvieran el uno al otro, sabían que nada podría separarlos.
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ESPERO QUE LES GUSTE :D💓💗
Y GRACIAS POR LOS VOTOS, LOS AMO 💗
Byeee~
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ও𝕊𝕆ℝ𝔻𝕆ও⟬ܻժׁׅ݊ɑׁׅ֮ϐׁꪱׁׁׁׅׅׅժׁׅ݊ꫀׁׅܻ݊ƙׁׅυׁׅ⟭
RandomPos no se que decir DABIDEKU -++++ Espero que les guste mi historia