Los días posteriores a la boda fueron como vivir en un sueño. Izuku y Dabi, ahora esposos, comenzaban a descubrir los pequeños matices de lo que significaba compartir una vida juntos, más allá de la pasión que siempre los había unido. Con cada gesto, con cada mirada, parecían conocerse más profundamente, como si ese lazo invisible entre ellos se fortaleciera con el tiempo.La luna de miel no fue un viaje exótico ni lujoso. Habían decidido quedarse en casa, alejados del caos del mundo, disfrutando de la compañía del otro en la calma y la quietud. Izuku, en su paz, encontró en esas tardes soleadas con Dabi una felicidad que jamás había creído posible, especialmente cuando estaba rodeado de un silencio que para él siempre había sido su mundo.
Dabi, por su parte, descubría una nueva faceta de sí mismo. Estar casado no era solo un título o un cambio en el estado civil, era el compromiso diario de cuidar y ser cuidado. Y aunque eso a veces lo aterraba, con Izuku al lado, se sentía listo para intentarlo.
Los Primeros Retos
A pesar de la paz inicial, no todo fue sencillo. La vida en pareja siempre trae sus propios desafíos, y para Dabi e Izuku, algunas diferencias surgieron rápidamente. La primera vez que discutieron después de la boda fue sobre algo tan simple como quién debía lavar los platos.
Izuku, quien había vivido solo durante mucho tiempo, era extremadamente ordenado. Le gustaba que todo estuviera en su lugar, y se frustraba cuando Dabi, con su naturaleza más relajada, dejaba las cosas tiradas por la casa.
Una tarde, Izuku entró en la cocina y vio un montón de platos sucios que Dabi había prometido lavar la noche anterior. Aunque no podía oír los ruidos de la cocina, el desorden visual le causaba una incomodidad que le costaba explicar. Sin embargo, en lugar de enojarse, se acercó a su libreta y escribió.
"¿Podrías ayudarme con esto? Sé que prometiste hacerlo ayer, pero entiendo si lo olvidaste."
Dabi, al leer la nota, se sintió culpable. Sabía que había sido descuidado, pero no quería que algo tan pequeño se convirtiera en un problema entre ellos. Tomó la libreta y respondió con una breve disculpa.
"Lo siento, lo haré ahora."
Y así, con ese pequeño intercambio, ambos aprendieron algo valioso sobre la paciencia y la comunicación. Izuku entendió que no todo se trataba de su perfección personal, mientras que Dabi se dio cuenta de que el respeto mutuo era fundamental en su relación.
Momentos de Silencio
Una noche, mientras ambos estaban sentados en el sofá, Izuku le pidió a Dabi que le enseñara a sentir la música. Aunque nunca podría escuchar las canciones que Dabi a veces tarareaba, quería experimentar lo que su esposo sentía cuando se perdía en las melodías.
Dabi, sorprendido y emocionado, conectó su teléfono a unos altavoces y puso una canción suave. Luego, tomó las manos de Izuku y las colocó sobre los parlantes, permitiéndole sentir las vibraciones.
Izuku cerró los ojos, concentrándose intensamente en las pulsaciones que viajaban a través de sus dedos, subiendo por sus brazos y resonando en su pecho. Aunque no podía oír la música, el ritmo le daba una sensación de conexión. Abrió los ojos y miró a Dabi, quien lo observaba con una sonrisa suave.
Sin necesidad de palabras, ambos entendieron en ese momento que el amor no dependía de las capacidades auditivas ni de las palabras que se pudieran decir. El amor verdadero era una emoción que se sentía en lo más profundo del corazón, y eso era lo único que importaba.
Dabi tomó la libreta de Izuku y escribió algo que le había estado rondando la mente desde hacía un tiempo.
"Sé que no puedo darte un mundo sin problemas, pero quiero que sepas que siempre estaré aquí, incluso en el silencio."
Izuku leyó esas palabras y sonrió, tomando la mano de Dabi y entrelazando sus dedos. No necesitaba más que eso. Sabía que Dabi era su refugio, su puerto seguro en un mundo lleno de caos.
El Futuro Juntos
Con el tiempo, ambos comenzaron a hacer planes para el futuro. Hablaron de mudarse a un lugar más tranquilo, alejado de la ciudad, donde pudieran construir una vida más simple, lejos del ruido y las distracciones. Para Izuku, un lugar donde el silencio sería más constante era ideal, y Dabi lo comprendía.
A veces, hablaban de tener una familia, aunque sabían que no sería algo fácil. Pero la idea de criar a un niño juntos, de darle un hogar lleno de amor y aceptación, era algo que ambos consideraban con el tiempo.
Cada día que pasaba, Izuku y Dabi descubrían nuevas formas de amarse y de apoyarse mutuamente. Y aunque sabían que la vida no siempre sería fácil, estaban decididos a enfrentar cada obstáculo juntos, porque al final del día, lo único que importaba era que, en medio del silencio, se tenían el uno al otro.
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Es un poco corto, pero espero que les allá gustado :DBYEE~~
PALABRAS:838
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ও𝕊𝕆ℝ𝔻𝕆ও⟬ܻժׁׅ݊ɑׁׅ֮ϐׁꪱׁׁׁׅׅׅժׁׅ݊ꫀׁׅܻ݊ƙׁׅυׁׅ⟭
RandomPos no se que decir DABIDEKU -++++ Espero que les guste mi historia