El día amaneció con un cielo despejado y soleado, un contraste sorprendente con la tormenta emocional que había tenido lugar la noche anterior. Dabi se despertó en el techo, aún sintiendo la calidez del cuerpo de Izuku a su lado. Al abrir los ojos, una sonrisa involuntaria se formó en su rostro al recordar el beso, ese momento mágico que había sellado su conexión. Pero también sabía que tenían un camino complicado por delante.Mientras Izuku seguía dormido, Dabi se levantó cuidadosamente y se asomó por el borde del techo. La ciudad se extendía ante él, vibrante y llena de vida. Sin embargo, en su mente, las sombras de su pasado seguían acechando. ¿Qué pasaría si su antiguo yo volvía a salir? ¿Y si su familia decidía buscarlo? La ansiedad se apoderó de él, pero trató de ahuyentar esos pensamientos.
Decidido a cambiar su día, bajó del techo y se preparó un desayuno simple, consciente de que necesitaba hablar con Izuku sobre cómo avanzar. Mientras el aroma del desayuno llenaba el aire, Izuku se despertó lentamente, estirándose como un gato antes de sentarse, sus ojos aún un poco somnolientos. Dabi le sonrió, sintiendo su corazón latir con fuerza.
—Buenos días, pequeño héroe —saludó, usando el apodo que le había dado en los últimos días.
Izuku sonrió al leer los labios de Dabi y se levantó rápidamente, haciendo un gesto hacia la cocina.
—¿Qué hay para desayunar?
Dabi se encogió de hombros, haciéndose el desinteresado.
—Solo algo simple. Tortillas y un poco de jamón. No hay mucho, pero espero que te guste.
Izuku se acercó y se sentó en la mesa, observando cómo Dabi colocaba el desayuno. Había algo en su forma de moverse, una mezcla de confianza y nerviosismo, que hizo que Izuku se sintiera emocionado. Aunque aún estaban en la etapa de conocerse mejor, había un entendimiento tácito entre ellos que parecía crecer cada día.
—Gracias, Dabi —firmó Izuku, su expresión llena de gratitud.
Comenzaron a comer, el silencio entre ellos era cómodo, pero había algo más en el aire. Dabi podía sentirlo; ambos estaban conscientes de que debían abordar la conversación sobre su pasado y su futuro.
—Izuku… —comenzó Dabi, poniendo down su tenedor y mirándolo a los ojos—. Necesito hablar sobre lo que dijimos anoche.
Izuku lo miró con atención, asintiendo con la cabeza para animarlo a continuar.
—No quiero que pienses que soy solo un villano —continuó Dabi—. No soy eso. He hecho cosas horribles en el pasado, pero quiero cambiar. Quiero ser mejor, por ti, por mí, por… por nosotros.
Izuku lo observó en silencio, sus ojos llenos de comprensión. Luego, extendió su mano y la puso sobre la de Dabi, dándole una calidez que parecía disipar todas las dudas.
—Lo sé, Dabi. —firmó—. Todos tienen un pasado, pero eso no define quiénes somos hoy. Lo que importa es cómo elegimos vivir en el presente y en el futuro.
Las palabras de Izuku resonaron en el corazón de Dabi. Sentía que había estado buscando esa aceptación durante tanto tiempo. Un suspiro de alivio escapó de sus labios, y por un breve momento, se permitió sentir esperanza.
—Gracias —dijo Dabi, sintiendo la carga de la culpa y el miedo que llevaba durante años comenzar a levantarse—. Quiero intentar dejar atrás todo lo que he hecho. Quiero encontrar una manera de hacer las cosas bien.
Izuku sonrió, iluminando la habitación con su calidez. —Entonces hagámoslo juntos. Comencemos a construir un futuro, paso a paso.
Dabi sintió un impulso de felicidad que no había experimentado en años. Nunca había imaginado que pudiera compartir su vida con alguien que realmente lo entendiera y aceptara, cicatrices y todo. La conexión que estaban formando parecía más fuerte que cualquier cosa que había experimentado antes.
Después del desayuno, decidieron salir a caminar. Dabi se sintió un poco nervioso al salir a la luz del día, pero la presencia de Izuku a su lado lo tranquilizaba. Caminaban por las calles de la ciudad, donde la gente iba y venía, ajena a la transformación que estaba ocurriendo en el corazón de Dabi.
Mientras caminaban, Izuku notó una tienda de libros de arte. Sus ojos se iluminaron, y antes de que Dabi pudiera protestar, Izuku lo arrastró hacia dentro. Dabi se sintió un poco fuera de lugar, pero se dejó llevar por la curiosidad de Izuku.
Izuku se sumergió en la sección de arte, hojeando libros con entusiasmo. Dabi lo miró, observando cómo su rostro se iluminaba con cada nuevo descubrimiento. Esa chispa de alegría lo hizo sentir que todo era posible.
—¿Te gusta? —preguntó Dabi, intentando entablar conversación.
Izuku se volvió, su rostro radiante. —Sí, hay tanto que aprender sobre el arte. Cada imagen cuenta una historia. Como nuestras vidas.
Dabi frunció el ceño, procesando las palabras de Izuku. Nunca había visto la vida de esa manera, siempre se había sentido como si su historia estuviera marcada por el dolor y la destrucción. Pero ahora, con Izuku, algo empezaba a cambiar en su perspectiva.
—Me encantaría saber más —dijo Dabi, sintiéndose un poco más abierto a la idea.
Izuku tomó su mano, y Dabi sintió una oleada de calidez. Mientras caminaban por la tienda, Dabi se dio cuenta de que no solo estaba aprendiendo sobre el arte, sino que también estaba aprendiendo sobre la vida. Izuku le estaba enseñando que había belleza incluso en las sombras.
Después de un rato, decidieron salir de la tienda con un par de libros que Izuku había elegido, y Dabi sintió que estaba siendo arrastrado hacia un nuevo mundo, uno lleno de colores y matices que nunca había considerado.
Al salir a la calle, el sol brillaba intensamente, y Dabi sintió una extraña mezcla de miedo y esperanza. Se dio cuenta de que su vida estaba empezando a tomar un nuevo rumbo, y por primera vez en mucho tiempo, estaba emocionado por lo que vendría.
—Gracias por mostrarme esto, Izuku —dijo Dabi, mirando al chico que había cambiado su vida.
Izuku sonrió y le apretó la mano. —No hay de qué. Estamos en esto juntos, ¿recuerdas?
Mientras continuaban su paseo, Dabi sintió que los muros que había levantado a su alrededor estaban comenzando a desmoronarse. La conexión que estaba formando con Izuku era más fuerte que su pasado, y por primera vez, sentía que podía mirar hacia el futuro sin el peso de la culpa y la tristeza.
Esa noche, mientras se acurrucaban juntos en el techo, Dabi miró las estrellas con una nueva determinación. Sabía que el camino hacia la redención no sería fácil, pero estaba listo para enfrentar lo que viniera, siempre y cuando tuviera a Izuku a su lado.
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Eu gente ya actualice :DPALABRAS:1111
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ও𝕊𝕆ℝ𝔻𝕆ও⟬ܻժׁׅ݊ɑׁׅ֮ϐׁꪱׁׁׁׅׅׅժׁׅ݊ꫀׁׅܻ݊ƙׁׅυׁׅ⟭
RandomPos no se que decir DABIDEKU -++++ Espero que les guste mi historia