CAP 25:EL SIGUIENTE PASO

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La rutina tranquila que Izuku y Dabi habían construido juntos en Kamakura comenzaba a sentirse más cómoda con cada día que pasaba. A pesar de todo lo que habían vivido, los dos finalmente disfrutaban de la estabilidad y paz que siempre habían anhelado. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, esa sensación de tranquilidad comenzó a despertar algo más profundo en ellos: la necesidad de dar un nuevo paso en su relación.

Era un sábado por la tarde, y la brisa del mar llenaba la casa con su aroma salado. Dabi estaba sentado en la terraza, observando el horizonte mientras Izuku terminaba de preparar la cena. Era una escena sencilla, pero llena de significado. Ambos habían dejado atrás tantas cosas, y ahora estaban listos para crear nuevas memorias juntos.

—Dabi, ¿puedes venir un momento? —la voz de Izuku lo sacó de sus pensamientos.

Dabi se levantó y caminó hacia la cocina, donde Izuku lo esperaba con una sonrisa y un par de platos en la mesa.

—He preparado tu plato favorito —dijo Izuku con un toque de orgullo en su voz.

Dabi sonrió, mirando la mesa. Era un pequeño detalle, pero para él significaba mucho más. Izuku siempre encontraba la manera de hacerlo sentir especial, incluso en los momentos más cotidianos.

—Gracias, Izuku —respondió Dabi mientras tomaba asiento—. Siempre haces todo perfecto.

Izuku sonrió tímidamente, tomando asiento frente a él. —Bueno, quería que este fuera un momento especial... porque he estado pensando mucho en nosotros.

Dabi alzó una ceja, intrigado. —¿En nosotros?

Izuku asintió, su mirada seria pero llena de cariño. —Sí. Hemos construido algo hermoso juntos, y cada día contigo me hace sentir más agradecido por todo lo que tenemos. Pero también siento que... es hora de dar un nuevo paso.

Dabi lo miró con atención, comprendiendo la importancia de lo que Izuku estaba diciendo.

—Sé que hemos hablado de planes, de la posibilidad de una familia en el futuro, pero... quiero que este próximo paso sea para nosotros, aquí y ahora —continuó Izuku, su voz tranquila pero llena de emoción—. Quiero que nos comprometamos a esta vida juntos, a nuestro amor. No necesito nada grandioso, solo quiero estar contigo y construir nuestra vida, un paso a la vez.

Dabi se quedó en silencio por unos momentos, procesando las palabras de Izuku. Sabía que él también sentía lo mismo. Después de todo lo que habían pasado, el siguiente paso era claro. Aunque ya estaban casados, había algo simbólico en lo que Izuku decía, algo que hablaba del deseo de seguir fortaleciéndose como pareja.

—¿Izuku, me estás proponiendo que...? —Dabi comenzó, pero Izuku lo interrumpió con una sonrisa.

—Quiero que renovemos nuestros votos —dijo Izuku con suavidad, sus ojos brillando con emoción—. Quiero que celebremos lo que somos ahora, lo lejos que hemos llegado. Y quiero hacerlo aquí, en este lugar que hemos hecho nuestro hogar.

Dabi sintió una oleada de emociones recorrer su cuerpo. La idea de renovar sus votos, de reafirmar su compromiso en esta nueva etapa de sus vidas, le parecía perfecta. Habían pasado por tanto, y ahora estaban en un lugar donde podían hacer las cosas a su manera, sin las sombras del pasado.

—Me parece una idea increíble —respondió Dabi, su voz firme y segura—. Nada me haría más feliz que renovar mis votos contigo, Izuku. Este es nuestro momento, y quiero vivirlo a tu lado.

Izuku sonrió, sintiendo que su corazón se llenaba de alegría. —Entonces lo haremos. Será algo pequeño, solo nosotros, aquí en la playa... pero será perfecto.

Dabi tomó la mano de Izuku desde el otro lado de la mesa, sus dedos entrelazándose con los de él. —Tú haces que todo sea perfecto, Izuku. No importa dónde estemos o qué hagamos, siempre será especial si estoy contigo.

Los días siguientes estuvieron llenos de preparativos sencillos pero significativos. No necesitaban grandes adornos ni ceremonias elaboradas. Todo lo que querían era un momento íntimo, en la playa que tanto amaban, con el sonido de las olas como único testigo de su amor.

Finalmente, el día llegó. Era una tarde cálida y soleada, el cielo despejado y el mar en calma. Izuku y Dabi caminaron juntos hasta la orilla, vestidos de manera informal pero con una elegancia natural que reflejaba su amor mutuo. No había más espectadores que las gaviotas volando en el cielo y el constante vaivén de las olas.

Izuku miró a Dabi, su corazón latiendo con fuerza pero lleno de calma. Este momento era para ellos, un recordatorio de todo lo que habían superado y de todo lo que aún construirían juntos.

—Dabi —comenzó Izuku, tomando sus manos—, te prometo que estaré a tu lado en cada paso de este camino, en los buenos y los malos momentos. Te prometo que seguiremos construyendo juntos, creando un futuro lleno de amor y esperanza. No importa lo que venga, siempre te elegiré a ti.

Dabi lo miró con una intensidad que solo él podía expresar. —Izuku, te prometo que siempre te cuidaré, que estaré contigo en cada batalla y cada triunfo. Eres mi hogar, mi paz, y nunca dejaré de luchar por lo que tenemos. Te amo, ahora y siempre.

Las palabras flotaron en el aire, ligeras pero cargadas de promesas. Con una sonrisa, Izuku se inclinó hacia Dabi, sellando sus votos con un beso suave, mientras el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados.

Juntos, caminaban hacia un futuro lleno de luz, sabiendo que, no importa lo que el destino les deparara, lo enfrentarían siempre de la mano.

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PALABRAS:925

ও𝕊𝕆ℝ𝔻𝕆ও⟬ܻժׁׅ݊ɑׁׅ֮ϐׁꪱׁׁׁׅׅׅժׁׅ݊ꫀׁׅܻ݊ƙׁׅυׁׅ⟭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora