La mañana siguiente llegó suave, el sol apenas asomando por el horizonte. Dabi abrió los ojos y se encontró a Izuku durmiendo a su lado, su respiración tranquila y regular. Una sensación de paz lo invadió al verlo allí, tan sereno, como si el caos que había vivido por años finalmente hubiera encontrado un respiro. Era raro para Dabi sentirse así, tan vulnerable y a la vez tan fuerte por el simple hecho de tener a alguien a su lado que lo entendía.Aunque Izuku era sordo, la forma en que conectaban no dependía de las palabras. Había un entendimiento más profundo, una comunicación que trascendía los gestos y las miradas. El amor que habían comenzado a construir era sutil pero sólido, como los cimientos de algo que, con el tiempo, se convertiría en inquebrantable.
Dabi se levantó cuidadosamente, tratando de no despertar a Izuku, y se dirigió a la ventana. Observó el cielo despejado, sintiendo que algo había cambiado dentro de él, como si el peso de su pasado se hubiera aligerado, aunque no desaparecido por completo. Su lucha interna aún estaba ahí, pero por primera vez en años, se sentía capaz de enfrentarlo.
Un ligero movimiento detrás de él le indicó que Izuku estaba despertando. Dabi se volvió y lo vio frotándose los ojos, con una sonrisa adormilada. Sin decir nada, Izuku se levantó y caminó hacia él, apoyándose suavemente en su hombro. A pesar de no poder escuchar el silencio que llenaba el ambiente, Izuku siempre parecía entender la calma en los momentos como este.
Dabi tomó un trozo de papel y un bolígrafo, escribiendo unas pocas palabras antes de mostrárselo a Izuku: "Hoy será diferente. Vamos a hacer algo especial."
Izuku leyó y levantó la vista, sonriendo con entusiasmo, aunque con una pequeña pregunta en sus ojos. Dabi lo notó, y aunque no tenía un plan concreto en mente, decidió improvisar. Quería sorprender a Izuku, mostrarle que incluso alguien como él, con toda la oscuridad que cargaba, podía ofrecer luz en los momentos adecuados.
Un día para ellos
Horas más tarde, Dabi e Izuku se encontraban en las afueras de la ciudad, en un parque rodeado de árboles y flores. Izuku se había sentido emocionado al ver el entorno natural, sabiendo que sería un día diferente. Desde el primer momento en que Dabi lo llevó allí, la tensión en sus hombros había comenzado a desaparecer.
Caminaron juntos por los senderos, Dabi tomando la mano de Izuku de vez en cuando, guiándolo por los caminos sinuosos. El parque estaba casi vacío, lo que les dio la oportunidad de disfrutar de la tranquilidad sin interrupciones. Izuku observaba todo a su alrededor con una mirada brillante, como si estuviera absorbiendo cada detalle del lugar.
En un momento, se detuvieron cerca de un lago pequeño. Dabi observó cómo Izuku miraba el agua, los reflejos del sol bailando en la superficie. Se agachó y escribió algo rápido en su libreta, luego le pasó el papel a Izuku.
"Este lugar me recuerda a cómo me siento cuando estoy contigo. Tranquilo, pero profundo."
Izuku sonrió y tomó la mano de Dabi con más fuerza, su rostro iluminado por una felicidad silenciosa. El simple hecho de estar juntos, sin la necesidad de hablar, los hacía sentir conectados de una manera que ni siquiera las palabras podían describir. Para Izuku, el mundo sin sonido estaba lleno de significados que iban más allá de lo audible, y con Dabi, todo eso cobraba más sentido.
Un paso más cerca
Con el paso de las horas, Dabi se dio cuenta de que había algo más que quería decir, pero no estaba seguro de cómo hacerlo. El peso de su pasado aún le dolía en el pecho, y aunque Izuku lo había aceptado, él mismo seguía luchando con sus propios demonios. Había momentos en los que se sentía como si estuviera al borde de caer en la oscuridad de nuevo, pero Izuku siempre lograba mantenerlo en la luz.
Al final del día, después de un largo paseo, se sentaron bajo un árbol grande, con las hojas susurrando a su alrededor. Dabi miró a Izuku, quien descansaba con la cabeza apoyada en su hombro, observando las hojas moverse con el viento.
—Izuku —escribió Dabi en su libreta, pasándosela a su compañero—, hay algo que quiero que sepas.
Izuku lo miró con curiosidad, tomando la libreta y leyéndola con atención.
"No soy perfecto. He cometido errores. Y probablemente cometeré más. Pero quiero que sepas que, a pesar de todo, haré lo que sea necesario para protegerte, para amarte. No soy el mejor, pero contigo, siento que puedo ser mejor."
Izuku lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de emociones. Tomó la libreta y escribió rápidamente una respuesta.
"Nadie es perfecto, Dabi. Pero eres perfecto para mí. No importa lo que hayas hecho en el pasado. Lo que importa es quién eres ahora, y lo que queremos construir juntos. Te amo."
Al leer esas palabras, Dabi sintió que algo dentro de él se rompía, pero no de la manera que esperaba. Era como si las barreras que había erigido durante años finalmente se estuvieran desmoronando. Izuku lo aceptaba por completo, sin reservas, sin condiciones.
En ese momento, Dabi lo tomó de las manos y lo miró a los ojos. No necesitaban palabras, no necesitaban gestos extravagantes. Todo lo que había entre ellos estaba allí, en el silencio compartido, en las miradas que lo decían todo.
Dabi se inclinó y, con una ternura que nunca había sentido antes, besó a Izuku. Fue un beso suave, lleno de promesas no dichas, pero entendidas. El tipo de beso que marcaba un antes y un después.
Cuando se separaron, ambos sonrieron, y Dabi supo, en lo más profundo de su ser, que no importaba cuántos desafíos vinieran, mientras Izuku estuviera a su lado, todo valdría la pena.
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ESPERO QUE LES ALLÁ GUSTADO MI HISTORIA, Y GRACIAS POR LOS VOTOS :D💗
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RandomPos no se que decir DABIDEKU -++++ Espero que les guste mi historia