CAPÍTULO 30

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Sarocha llega a la editorial —lugar donde se llevará a cabo la entrevista— diez minutos antes de que empiece. Está tranquila cuando entra, ha estado pensando durante toda la noche, dándole vueltas a todo lo que va a decirle a Rebecca, y cree tenerlo tan claro, que está segura de que todo saldrá como ella espera.

Va directa hacia el despacho de Heng, se saludan y él la acompaña hasta la sala donde se celebrará la entrevista.

—Estoy cerrando fechas con muchas librerías para la gira de presentación —dice él mientras caminan.

Sarocha asiente y le sonríe, no es capaz de compartir ese entusiasmo de su amigo porque, como algo salga mal entre ella y Rebecca, esa gira puede convertirse en un infierno.

—Es en esta sala —dice Heng y asoma la cabeza.

Comprueba que el entrevistador acaba de llegar y se está preparando, así que ellos esperan fuera a que llegue Rebecca.

La escritora de Apellidos britanicos no siente esa tranquilidad con la que ha llegado Sarocha. Desde ayer por la tarde, conforme comenzaron a pasar las horas, empezó a sentirse muy ansiosa. La sola idea de ver a la escritora toledana hace que el corazón le dé saltos por el pecho, y eso le provoca mucha rabia, porque está muy dolida por el comportamiento frío y esquivo de Sarocha. Con el miedo de sentirse débil en su presencia, les ha pedido a sus dos amigas que la acompañen, eso le dará fuerzas para no derrumbarse delante de la escritora y tratar de no mostrar lo mucho que le afecta su rechazo.

Heng le está explicando a Sarocha que ya ha hablado con su marido del divorcio y que este no está muy de acuerdo, eso la inquieta, porque teme que Song se vea involucrado en medio de esa batalla o que le salpique de algún modo.

—Heng...

—Tranquila —dice él adivinando lo que la perturba—. Arturo no sabe nada de Song, yo jamás permitiría que mis problemas personales le afecten a él —la tranquiliza.

—Te lo agradezco —Sarocha le coloca una mano sobre el brazo y le sonríe, pero la sonrisa le dura muy poco en los labios.

Todo su cuerpo se tensa cuando ve aparecer por el pasillo a Rebecca acompañada de dos mujeres, de las cuales, una de ellas es la que salía en la foto que ayer subió a Twitter.

—No me lo puedo creer —masculla entre dientes.

El editor se percata de la escena y tiene que esforzarse mucho para que Sarocha no monte un número delante del entrevistador.

—Relájate, cariño, seguro que solo son amigas —dice poniéndose en pie para recibir a Rebecca.

Heng está buscando una manera de rebajar esa tensión entre ellas cuando el entrevistador aparece justo en el momento oportuno y lo salva del caos.

—Cuando quieran, empezamos.

Las dos escritoras se miran y se dedican un saludo con la cabeza antes de acceder al interior de la sala, dejando a Heng y a las amigas de Rebecca en el pasillo.

Palabras en Disputa (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora