Tres meses después
Rebecca deja el bolígrafo con el que está firmando libros y sacude la mano para liberar la tensión de los músculos. Ella y Sarocha se encuentran en la habitación de un hotel, sentadas frente al mismo escritorio mientras firman las trescientas copias que el editor ha hecho llevar hasta allí para, posteriormente, enviarlas a algunas librerías en el extranjero.
La gira de presentación comenzó hace dos semanas y las dos escritoras no han parado de viajar desde entonces por distintas ciudades españolas. Ahora, en concreto, están en Granada, y quieren dejar firmados todos los ejemplares porque al día siguiente tienen la mañana libre y han planeado ir a visitar el pueblo de Monachil y recorrer la famosa ruta de los Cahorros.
—¿Estás bien? —pregunta Sarocha, que también deja su bolígrafo y aprovecha para estirar la espalda.
Rebecca, sin ser consciente de ello, vacía los pulmones con un deje de ansiedad y asiente.
—Me duele un poco la mano —dice y le sonríe.
—Y estás nerviosa —afirma Sarocha levantándose de su silla para situarse detrás de Rebecca.
La relación entre las dos funciona mucho mejor de lo que hubieran esperado, aquella misma complicidad que se forjó entre las paredes de la casa de Vinuesa, se ha trasladado también a sus vidas fuera de ella. Además, Sarocha ya se ha ganado la confianza de Yuki y Iring y Rebecca está tan pendiente de Song como su propia madre.
—No estoy nerviosa —responde Rebecca aferrándose a esas manos que Sarocha, situada a su espalda, le ha puesto primero en los hombros y ahora sobre la clavícula.
—Sí que lo estás —insiste la escritora toledana, que en estos meses ha aprendido a reconocer los síntomas de Rebecca mejor de lo que lo hace ella misma.
Rebecca sonríe y se le vuelve a escapar otro de esos suspiros.
—Bueno, puede que un poco —reconoce y le besa los dedos de una mano.
—¿Por qué?
Primero encoge los hombros, pero después responde.
—Porque ya se ha filtrado lo de que estamos juntas y que Heng le dé tanto bombo, me agobia, desde que lo saben, nos hacen más preguntas sobre lo que tenemos que sobre el libro.
—Ya conoces a Heng, aprovecha cualquier circunstancia que le sirva para conseguir ventas o publicidad, y reconoce qué, ahora mismo, generamos mucha curiosidad. Pero esto pasará, Mica — Sarocha le da un beso en la mejilla, suave y tan cálido, que todo el cuerpo de Rebecca se estremece—. Es la novedad, solo hemos de aguantar el chaparrón hasta que termine la gira, después, tú y yo nos iremos de vacaciones a algún sitio donde nadie nos conozca.
—¿De verdad?
Rebecca gira la cabeza y mira hacia arriba, buscando la mirada de Sarocha.
—¿A dónde iremos? —pregunta ilusionada.
—No sé —Sarocha se hace la interesante unos instantes—. Así, a bote pronto y teniendo en cuenta que a las dos nos encanta la playa,
¿qué te parece la Riviera Albanesa?
—¿Lo dices en serio?
Rebecca se levanta y abraza con tanto ímpetu a Sarocha cuando esta le confirma con la cabeza, que las dos caen sobre la cama entre risas y besos.
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Palabras en Disputa (Freenbecky)
FanfictionSarocha Chankimha ha forjado una sólida trayectoria en el mundo editorial, destacándose por su humildad y sentido común. Por otro lado, Rebecca Armstrong es la escritora del momento, pero su descomunal ego no pasa desapercibido. Ambas se cruzan en u...