Caléndula [NAMMIN]

26

Estaba seguro de que nunca en la vida tuve tanto la necesidad de decir todo de mí, hasta que Jimin se quedó a mi lado, con su cabeza apoyada en mi hombro escuchándome en total silencio con atención y sin juzgar, mientras yo hablaba y hablaba; jamás me interrumpió, solo me dejó ser y ... Se sintió bien.

Sin embargo, me costaba mucho hablar sobre mi disfuncional y terrible familia, sobre mi hermano y lo que significo su traición, y aunque Jimin no me preguntó nada, sabía que en algún momento le tendría que decir toda la verdad de mi pasado.

— Me siento culpable de ello — repetí en voz baja.

— Lamento mucho todo eso, Namjoon — dijo en voz baja —, me cuesta un poco digerir todo lo que me has dicho...

Me tense, y quise alejarme un poco, pero no llegué demasiado lejos ya que él tocó mi mejilla y me hizo verlo fijamente.

Me sonrió con amabilidad.

— Pero, pese a todo eso, quiero que entiendas que no es tu culpa, mi amor — afirmó.

«"Mi amor"»

— Pensé que al contarte esto, te decepcionarías de mí.

— Estás herrado — dijo —. Todo ésto me dice que confías en mí y que si somos una relación.

Mi pecho se alivianó un poco, al mismo tiempo que esa hermosa tonalidad miel-amarillo se suavizaba y me regalaba amabilidad y comprensión.

— Repito, me cuesta digerir todo esto, pero no por ello significa que te quiero menos.

Enarqué una ceja.

— ¿Tú me quieres? — logré preguntar.

Él frunció sus labios y luego un brillo malicioso alumbró su mirada.

— Quizá — soltó una risita, y mordió su labio inferior — Acción y consecuencias — dijo — mi acción fue seducirlo... Y mi consecuencia quererlo.

Con un movimiento rápido, se posicionó de horcajadas sobre mí regazo y acarició los cabellos de mi nuca.

— Asumiré las consecuencias.

Apoyé mi frente en su hombro, mientras inhalaba su aroma corporal.

— Tú... Realmente me pones en aprietos.

— Lo sé, y no sabes cuánto me encanta hacerlo — dijo con suavidad.

Un agradable silencio se envolvió alrededor de los dos en medio de esa fría estancia.

Tenerlo conmigo me calmaba de una manera u otra — Quizá es porque realmente soy bastante egoísta pero, no quiero que te alejes.

Se alejó un poco y me miró.

— No lo haré — admitió.

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