Dedicado a Hobicientaa ¡Gracias!
POV. Kim Namjoon
La primera vez que le dije a mi padre que quería ser artista fue cuando tenía doce años, recuerdo su risa resonando en el enorme estudio. Sus ojos me fulminaron y con palabras frías y llenas de autoridad me dijo que olvidará aquella estupidez.
Pese a sus palabras continúe pintando, plasmando mi visión del mundo en los lienzos y toda superficie que fuera posible, pero a la edad de quince conocí la rebeldía de la adolescencia y sin importarme las consecuencias comencé a conocer los placeres mundanos. Mi padre era un hombre con un carácter imponente, cuando descubrió mis salidas nocturnas tomó la decisión de enviarme a un colegio en Inglaterra con la intención de moldear mi conducta.
Dos años habían pasado y pese a lo que mi padre esperaba, mi comportamiento y visión del mundo seguían intactos. Poco tiempo después, en la estación de otoño, Taehyung, mi hermano menor, fue enviado al mismo colegio. Fue cuando lo conocí, Choi ChanHee, era amigo de Taehyung y quedé embobado por él, no sé realmente qué fue lo que me atrajo, quizás su belleza, tal vez fue su personalidad tranquila o tal vez por el hecho de que no era como el resto de personas que conocía, pero neciamente me gustó.
Demasiado.
En ese entonces tenía diecinueve y él diecisiete, nos conocimos por casualidad en una cafetería local mientras él esperaba por Taehyung, eventualmente yo llamé su atención, tuvimos algunas citas inofensivas y terminamos saliendo como una relación.
Encajábamos de alguna manera.
Yo siempre había sido silencioso y discreto, pese a mi rebeldía, y él era dócil y paciente quizás por ello nunca tuvimos problemas, él era mi lugar de paz y confort, se convirtió en alguien importante para mí.
Yo lo amé.
Sobre cualquier cosa, lo amé.
Todo estuvo bien, demasiado bien, pero pronto todo comenzó a desmoronarse.
Dejé que mi insensatez se apoderara de mi razonamiento y lo perdí antes de intentar salvarlo.
Lloré.
Lloré porque intenté reanimarlo pese a que el cuerpo de mi amado estaba totalmente frío y el charco de sangre se hacía cada vez más grande inundando el blanco piso.
Apreté a ChanHee contra mi pecho sin dejar de llorar; y ese día entendí y jamás olvidaré:
Los sentimientos son efímeros, las emociones pueden cambiar como las estaciones. Yo no debo amar a nada más que a mi arte.
No volvería a ser débil.
Pero... Él apareció en mi vida.
Tan roto... Tan hermoso.