POV. Park Jimin.
Esa mañana desperté con el fuerte sonido por los golpes a mi puerta.
— Jimin. Despierta — gritaba Frank desde afuera —. Tienes que levantarme e ir al colegio.
Me giré y tome la almohada para abrazarla con fuerza «Maldito ruidoso» pensé con fastidio. Quise quedarme más tiempo envuelto entre las sábanas, pero claro, eso no era posible. Me levanté y me arreglé para ir a clases, cuando baje a la sala mi tía ya se había ido, por lo que solo me despedí de Frank y salí, no sin antes escuchar su discurso sobre el horario de llegada.
Cuando llegue al salón fui interceptado por el castaño furioso de mi amigo.
— Quiero una explicación — me exigió —. Y quiero un combo de pollo frito con muchas papas fritas, esa será tu disculpa por abandonarme por tres días.
Me reí.
— Claro, pídele dinero al huérfano sin dinero — bromeé, pero el me dió una mirada de reprocho.
— Jimin ...
— Ya, ya — me senté en el asiento detrás de él —. No vayas a regañarme, ¿Si? Te compraré el combo que quieras.
— Bien — asintió contento —. Tengo que contarte algo muy importante.
— ¿De qué se trata? — le pregunté sin demasiado interés, o así fue hasta que él habló.
— Agarrate fuerte, el profesor Kim me preguntó por tí-
— No me mientas — lo interrumpí abruptamente, alcé mi voz tanto que llamé la atención de mis compañeros .
— Buenos días chicos, por favor guarden silencio — dijo el profesor —. Daremos inicio a la clase.
(♣♣♣)
Jin metió una papa repleta de salsa a su boca y sonrió con deleite.
— Es en serio — me aseguró —. Me preguntó por tí.
— No te creo — lo ataque.
Hizo un mohín con sus manos.
— Escúchame — sorbió un poco de su refresco —. Ayer antes de iniciar la clase él me preguntó por tí, yo le dije que estabas enfermo, además — sonrió en grande — Hoseok también fue a preguntar por tí y ... — metió su mano en su bolso y se apresuró a sacar su celular, inmediatamente me lo mostró, había un chat abierto — tiene mi número de teléfono y hemos estado hablando desde ayer en la noche.
— Wow, han hablado mucho — dije mientras deslizaba el chat, realmente habían hablado mucho.
— Si, creo que duramos toda la noche texteando — suspiró.