𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟓𝟏

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  -𝐌𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 "𝐓𝐫𝐚𝐧𝐪𝐮𝐢𝐥𝐚" 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝

Rodrigo

Eran las 7:40 cuando salí a caminar por la ciudad, con la idea de despejarme un poco y dejar de pensar en tantas cosas a la vez. Había dormido mal, dándole vueltas a esos recuerdos que aparecían sin permiso, esos que de repente me llevaban de vuelta a ciertos momentos que creía haber superado. Necesitaba salir, caminar sin rumbo, escuchar el ruido de la ciudad y, por un rato, perderme entre las calles.

El aire de la mañana estaba fresco, y el movimiento de la ciudad apenas comenzaba. Las primeras tiendas abriendo, la gente que iba apurada a trabajar, otras personas caminando tranquilas, como yo, cada uno en su propio mundo. Después de vagar un rato, pasé por una cafetería que ya conocía, de esas que uno siempre tiene en mente como punto seguro. Entré, más por costumbre que por necesidad, pero el aroma del café me ayudó a confirmar que había sido buena decisión.

Me acerqué al mostrador y pedí un café para llevar. La chica que me atendió era nueva, nunca la había visto antes, pero me resultó familiar de alguna manera. Tenía esa mirada tranquila, como si el tiempo no le apurara en lo más mínimo. Sonreía de una forma tan ligera que me hizo pensar en Valen. De repente, me vi recordando esos momentos con ella, como si el solo hecho de estar ahí, en esa cafetería, hubiera traído su imagen de vuelta. Cuando me entregó el café, le sonreí en agradecimiento y salí sin decir mucho más. El sonido de la puerta cerrándose tras de mí fue como una especie de señal, como si en ese instante se rompiera un lazo invisible con ese recuerdo.

Seguí caminando un poco más hasta encontrar un banco en una plaza, medio escondido entre los arbustos y árboles que se elevaban en un rincón algo solitario. Me senté ahí, con el vaso de café en una mano, sintiendo cómo el calor se iba transmitiendo lentamente a mis dedos. A mi alrededor, todo parecía estar en calma, y aunque estaba rodeado por gente que pasaba de vez en cuando, me sentía solo, en el buen sentido. Era como un paréntesis, un momento donde podía perderme en mis propios pensamientos sin que nadie interrumpiera.

Saqué el celular casi por inercia, como si fuera una extensión de mis manos, y empecé a deslizarme por las redes. Vi algunas publicaciones de amigos, algunos memes, las típicas fotos de gente disfrutando de su vida. Pero, de repente, me encontré con la página vacía de mi perfil. No había subido nada en semanas, y sentía que todo estaba tan... normal. Miré alrededor, y sin pensarlo demasiado, decidí tomarme una foto. Nada demasiado especial, simplemente yo sentado en ese banco con el café, el celular en la mano, una mirada distraída, como si intentara capturar ese momento en el que la ciudad pasaba por mí, pero yo me quedaba quieto, a mitad de camino entre la nostalgia y el presente.

Revisé la foto por un segundo, pensando si debía subirla o no. Era raro verme en Instagram, casi como si hubiera dejado de compartir momentos personales, como si todo lo que subía ahora fuera tan poco sincero, tan superficial. Pero esta vez, sentí que quería que alguien viera ese momento. Así que, después de dudarlo unos segundos, la publiqué en mi historia. No había filtros, no había ninguna edición, simplemente yo, en un rincón de la ciudad, tomando un café, pensando en cosas que no iba a escribir en ninguna parte.

@RodriCarreraaa Via Instagram Stories ⋙⋙

Terminé el café despacio, dejando que el tiempo pasara sin apuro

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Terminé el café despacio, dejando que el tiempo pasara sin apuro. Sabía que, en algún momento, volvería a abrir Instagram para ver si alguien había visto la historia, si algún rostro familiar había pasado por ahí, si alguien había dejado una reacción o un mensaje. Aunque no iba a admitirlo, en el fondo tenía una pequeña esperanza de que, entre todas esas personas que veían la historia, estuviera Valen.

                                        (...)

Me levanté del banco después de un rato. El café ya no estaba tan caliente, pero lo terminé de a sorbos, como si alargar el momento me permitiera mantener la calma un poco más. No quería volver a casa todavía. Había algo en esa caminata que me hacía sentir... no sé, presente. Como si el solo hecho de caminar, sin un destino en mente, me diera un descanso del peso de todo lo que no decía en voz alta.

Avancé por las calles que empezaban a llenarse de gente, con pasos tranquilos, dejando que el murmullo de la ciudad y el ruido de los autos me acompañaran. Estaba tan metido en mis pensamientos que el sonido de mi celular vibrando en el bolsillo me tomó por sorpresa. Saqué el teléfono con una mano mientras con la otra sostenía el vaso vacío, dispuesto a tirar la notificación a un lado como siempre, pero entonces vi su nombre.

Instagram:"¡Mira la nueva Historia de @Riccardival !"

Me detuve en seco. Sentí una especie de sacudida interna, una punzada en el pecho que me hizo apretar el celular un poco más fuerte de lo necesario. ¿Valen? ¿Había subido algo? No era algo común. Sabía que había bloqueado a mucha gente de su vida, a mí incluido, pero esa notificación estaba ahí, directa, imposible de ignorar. Mi pulso se aceleró, y durante un par de segundos pensé en no abrirlo. Era como si al verlo, al darle ese lugar en mi día, estuviera dejando entrar de nuevo todas esas cosas que me había esforzado por enterrar.

Pero, obviamente, no pude resistir.

Toqué la notificación, y la pantalla cambió. Apareció su historia, una foto que ella había subido. Al principio no pude distinguir mucho; mis ojos fueron directo al fondo, como si quisiera absorber todos los detalles de un solo golpe. La ventana de un micro, un paisaje que parecía un atardecer con colores tan intensos que casi parecía irreal. El cielo pintado de naranjas y rosas se reflejaba en el vidrio, y se podía ver la carretera pasando rápido, como si la vida misma estuviera en movimiento constante.

La imagen era hermosa, pero lo que más me impactó no fue eso. Fue ella. Ella lo había subido. Valen estaba viajando a algún lugar, y aunque la foto no decía nada explícito, sentí que podía adivinar un poco lo que pasaba por su mente. Podía imaginarla mirando por esa ventana, con los auriculares puestos, probablemente escuchando música, dejando que los pensamientos fluyeran al ritmo del paisaje que pasaba. ¿Qué estaría pensando? ¿Sería feliz?

Pasé un dedo sobre la pantalla, como si al hacerlo pudiera acercarme un poco más a esa escena. La cabeza me empezó a dar vueltas. Por un lado, estaba la sensación de querer saber más, de querer preguntarle dónde estaba, si estaba bien. Y por otro, estaba el peso de lo que nunca nos habíamos dicho, de todo lo que había quedado suspendido entre nosotros desde hace años.

El corazón me latía fuerte. Me quedé parado ahí en medio de la calle, con la gente pasando a mi alrededor, pero sentía que todo se había detenido por un instante. Valen. A veces creía que había aprendido a dejarla ir, pero ahora, con esa simple foto, me daba cuenta de que no. No del todo.

Cerré la historia y guardé el celular en el bolsillo, como si al hacerlo pudiera evitar que ese recuerdo siguiera persiguiéndome. Pero no era tan fácil. Sabía que su imagen, esa foto y todo lo que me hacía sentir, iba a quedarse conmigo el resto del día, como siempre.

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Lo di todo, lo di todo JAKKAJS

Martes virgen

Espero que anden bien, Disfruten del capitulo

Estoy creando ideas para la proxima historia, pero me va a tomar unos dias 

XD 

Ya saben, Voten, Comenten que onda y nos vemos con otro cap

<3

𝐂𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐓𝐢 - 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora