XII

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Era una mañana tranquila cuando Jeonghan decidió pasearse por el mercado. Desde que había llegado al pueblo, visitar el mercado se había convertido en una especie de ritual.

Le gustaba cómo la gente del pueblo lo saludaba amablemente y cómo el ambiente rural le daba una paz distinta a la de la ciudad.

Pero esa mañana, el mercado estaba más animado que de costumbre. Se escuchaban conversaciones entusiastas y sonrisas en todas partes. Jeonghan pronto se enteró de por qué.

—Este festival será increíble, como todos los años —decía una mujer mientras examinaba unas verduras—. Habrá actuaciones de los grupos locales y el show de fuegos artificiales de siempre.

Jeonghan frunció el ceño, intrigado. ¿Festival? Nadie le había mencionado nada sobre un evento así, y sin querer parecer demasiado curioso, decidió investigar un poco. 

Después de algunos pasos, llegó al puesto de la familia Choi, esperando ver a Seungcheol. Pero, en su lugar, encontró a Jun organizando las frutas y verduras.

—¡Hey, Jeonghan! —Jun lo saludó alegremente—. ¿Vienes por frutas o verduras?

—Ambas, pero en realidad quería preguntarte sobre algo más —respondió Jeonghan, inclinándose levemente para no parecer tan ansioso—. Escuché que habrá un festival. ¿Qué es exactamente?

Jun sonrió con picardía, como si lo hubiera adivinado antes de que Jeonghan preguntara.

—Claro, el festival de temporada. Es una tradición en el pueblo, lo celebramos cada medio año. Hay puestos de comida, juegos, presentaciones artísticas... todo lo que puedas imaginar. Es uno de los eventos más grandes del año aquí.

Jeonghan sintió cómo una chispa de emoción se encendía dentro de él. Un festival en el pueblo, pensó, imaginando las luces y el bullicio que probablemente envolverían el lugar. Pero más allá de la emoción por el evento en sí, su mente rápidamente viajó hacia alguien en particular.

¿Seungcheol estará allí? La idea lo hizo sonreír, y sin pensarlo demasiado, decidió preguntar.

—Entonces, ¿tu hermano... estará en el festival también? —preguntó casualmente, intentando que no se notara su interés.

Jun le lanzó una mirada de complicidad.

—Oh, seguro que sí. De hecho, todos los años trabaja un rato en nuestro puesto familiar durante el festival. Pero supongo que no lo hace por mucho tiempo; siempre quiere disfrutar del evento también.

El corazón de Jeonghan dio un brinco. ¿Así que Seungcheol trabajará en el puesto?  Fingiendo que el tema no le importaba demasiado, Jeonghan le agradeció a Jun la información, compró un par de cosas y regresó a casa.

.

Al llegar, no pudo esperar para contarle la noticia a Soonyoung. Su primo estaba en el jardín, ocupado podando unas plantas, cuando Jeonghan irrumpió emocionado.

—¡Soonyoung! —llamó, prácticamente corriendo hacia él—. ¡Habrá un festival en el pueblo!

Los ojos de Soonyoung se iluminaron, y dejó las tijeras de podar para volverse hacia él.

—¡Oh! Sí, el festival de temporada. Yo fui al último cuando llegué aquí, y fue increíble. Había tanta comida, música y actividades. ¡Es algo que tienes que ver!

—Podríamos ir juntos, ¿no? —sugirió Jeonghan, intentando sonar despreocupado. Pero una parte de él realmente quería que Soonyoung no le insistiera demasiado, porque en el fondo su deseo era ir con alguien más.

Soonyoung, que conocía demasiado bien a su primo, lo miró con una sonrisa astuta

—¿De verdad quieres ir conmigo? ¿O estás esperando encontrarte a alguien en particular?

Jeonghan trató de disimular su nerviosismo.

—Bueno, supongo que... sería bueno ver a algunas personas.

—Ajá. Algunas personas... como Seungcheol, tal vez —comentó Soonyoung, cruzando los brazos y mirándolo con una sonrisa de complicidad—. Vamos, admítelo. Te gusta, ¿no?

Jeonghan suspiró y bajó la mirada.

—Solo... me parece interesante y... atractivo.

Soonyoung soltó una carcajada, y Jeonghan no pudo evitar sonreír, aunque su rostro se sonrojaba

—¿Sabes? No tienes que esconderlo. La verdad es que hacen buena pareja.

—¡Soonyoung! —protestó Jeonghan, pero no podía negar que la idea le gustaba. Se pasó la mano por el cabello, sintiendo cómo la ansiedad y la emoción se mezclaban en su pecho.

Entonces, como si recordara algo importante, Soonyoung lo miró con cierta seriedad y dijo.

—Hablando de eso, necesito tu ayuda con algo... o más bien, con alguien.

Jeonghan lo miró curioso, y Soonyoung continuó, un poco nervioso.

—Es sobre Minghao. Me siento algo avergonzado desde la vez que hablé de las "vacas sociables" en el mercado. ¿Crees que él piense que soy... raro?

Jeonghan se rió recordando ese momento, pero luego le dio una palmada en el hombro.

—No te preocupes. A Minghao le caes bien, estoy seguro. Solo sé tú mismo y trata de actuar con naturalidad. ¿Por qué no te acercas a él durante el festival?

—Tienes razón —asintió Soonyoung, animado—. Quizá este festival sea mi oportunidad.

La tarde pasó rápidamente, pero Jeonghan no podía dejar de pensar en Seungcheol y en el festival. Sabía que si quería pasar tiempo con él, tendría que dar el primer paso. Quizás debería invitarlo yo mismo, pensó, aunque una parte de él se sentía un poco desilusionada de que Seungcheol no le hubiera mencionado nada sobre el evento.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, su teléfono vibró. Al verlo, el corazón de Jeonghan dio un brinco: era Seungcheol.

Tomó una respiración profunda antes de contestar, intentando sonar lo más tranquilo posible.

—¿Hola?

—Hey, chico de ciudad, ¿qué tal? —La voz cálida y familiar de Seungcheol lo llenó de una tranquilidad que apenas podía describir.

—Bien, ¿y tú? —respondió Jeonghan, tratando de sonar despreocupado.

Seungcheol rió suavemente al otro lado de la línea.

—Escuché que has estado preguntando por el festival.

Jeonghan rió, sintiéndose avergonzado de ser tan evidente.

—Bueno, sí... me enteré de que habrá juegos, comida y todo eso. Suena genial.

—Sí, es divertido. Aunque, bueno, yo trabajo en el puesto de mi familia todos los años —explicó Seungcheol—. Pero este año pensé en hacer algo diferente. Quería saber si quisieras ir conmigo. Termino temprano, así que después podríamos dar una vuelta.

La invitación lo tomó por sorpresa, y Jeonghan sintió cómo una oleada de emoción recorría su cuerpo. Trató de contener su entusiasmo y respondió de la manera más casual posible.

—Claro, suena bien. Me encantaría.

—Perfecto. Nos vemos en el festival entonces. Y no llegues muy tarde, que las filas en los puestos de comida se hacen largas —bromeó Seungcheol, en su tono sarcástico y juguetón de siempre.

Jeonghan no pudo evitar reír.

—Trataré de llegar a tiempo. Nos vemos allí.

Al colgar, Jeonghan se dejó caer en la cama, con una sonrisa amplia en el rostro y el corazón latiendo rápido. Todo el nerviosismo y la emoción se arremolinaban en su interior, llenándolo de una mezcla de anticipación y felicidad que hacía mucho no experimentaba.

Verano en Jeonju || JeongCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora