XVII

45 6 0
                                    

El sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos, mientras Jeonghan caminaba por los campos de la granja con una cámara en mano. Habían pasado varios días desde que él y Seungcheol habían hablado más allá de un par de mensajes. Hoy, finalmente, Seungcheol lo había invitado a pasar la tarde juntos, una propuesta inesperada pero bien recibida.

Jeonghan no estaba seguro de qué esperar, algo había cambiado en las últimas semanas. Había un aire diferente entre ellos, como si una nueva energía se estuviera formando, aunque ninguno de los dos se animara a ponerle un nombre. Las conversaciones por mensajes de texto eran distendidas, sí, pero siempre parecían rozar el borde de algo más profundo, algo que no se atrevían a decir en voz alta.

Mientras caminaban lado a lado, Jeonghan sentía cómo el viento cálido acariciaba su rostro y el sonido del campo llenaba el silencio cómodo entre ellos. Levantó su cámara para tomar una foto de las flores silvestres que crecían al borde del camino, buscando capturar ese instante efímero antes de que el sol desapareciera completamente. Cada imagen que capturaba lo llevaba a pensar en el contraste entre su vida en Seúl y los momentos que había compartido en Jeonju.

—¿Sigues con tu proyecto de capturar "la esencia de lo rural"? —preguntó Seungcheol, rompiendo el silencio con una sonrisa divertida, observando a Jeonghan con un destello de curiosidad.

Jeonghan bajó la cámara y le lanzó una mirada divertida.

—¿Qué? ¿Te parece una mala idea? —respondió con una ceja arqueada, aunque su tono estaba lleno de sarcasmo juguetón.

Seungcheol se rió entre dientes, negando con la cabeza.

—No es eso. Solo me pregunto qué encuentras tan fascinante aquí, es un lugar tan... común.

—Común para ti, tal vez —replicó Jeonghan, volviendo a enfocar la cámara en el horizonte—. Para alguien que ha vivido toda su vida en la ciudad, esto es como ver otro mundo. Un mundo que se mueve más despacio, pero que tiene su propia belleza.

Seungcheol lo observó por unos segundos en silencio. Había algo en la manera en que Jeonghan miraba todo, como si lo viera por primera vez, que lo desconcertaba. Quizás esa era la razón por la cual lo había invitado hoy.

Tal vez, sin darse cuenta, Jeonghan le estaba mostrando una parte de su vida que nunca había notado.

—Ven, te mostraré el mejor lugar para ver el atardecer —dijo finalmente Seungcheol, dirigiéndose hacia un pequeño montículo al borde del campo. Su voz sonaba casual, pero había un trasfondo de intención en sus palabras que Jeonghan no pudo pasar por alto.

Siguió a Seungcheol, con la cámara colgada de su cuello. La figura del sol comenzaba a desaparecer lentamente, tiñendo todo con un resplandor entre dorado y naranja. A medida que caminaban, Jeonghan no pudo evitar sentir cómo una especie de calma se apoderaba de él. Seungcheol, siempre tan firme, tan seguro, era ahora una presencia constante a su lado, pero no imponente. Había algo diferente en él, como si, por primera vez, estuviera permitiéndose bajar la guardia.

Llegaron a la cima del montículo y Jeonghan se quedó sin aliento por un segundo. El paisaje que se desplegaba ante ellos era impresionante: los campos se extendían hasta donde alcanzaba la vista, bañados por la luz dorada del atardecer. Los árboles a lo lejos se erguían como sombras oscuras contra el cielo en tonos de naranja y rosa.

—Es... increíble —murmuró Jeonghan, levantando la cámara para capturar la escena.

Seungcheol, a su lado, sonrió levemente al verlo tan absorto en su mundo.

—Sabía que te gustaría. Siempre vengo aquí cuando quiero escapar de todo por un rato —confesó, su tono más suave de lo habitual.

Jeonghan bajó la cámara por un momento, observando a Seungcheol con más atención. Era raro verlo hablar de algo personal. Aunque Seungcheol siempre parecía tan autosuficiente, tan seguro de sí mismo, había un trasfondo de algo más, algo que Jeonghan no había alcanzado a comprender del todo aún.

Verano en Jeonju || JeongCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora