Era sábado por la mañana y Jennie despertó sin ganas de afrontar el día. Llevaba toda la noche recriminándose por algo que no quería admitir: pagar para ver a alguien masturbarse no era algo de lo que se sintiera orgullosa. Sin embargo, la tentación había sido demasiado fuerte, y eso la mantenía en una batalla interna constante.
Se levantó lentamente de la cama, sintiendo el peso de la semana en sus hombros, y se dirigió a su despacho en casa. No tenía planes de salir; estaba decidida a refugiarse en su trabajo, como siempre. Pasó horas inmersa en informes, correos electrónicos y documentos legales, haciendo lo imposible para distraerse de esa pequeña voz que la acosaba: "¿Realmente vale la pena pagar por eso?". Pero a medida que el día se oscurecía, ese pensamiento seguía ahí, haciéndola cuestionar sus propias decisiones.
El sonido de fuertes golpes en la puerta del apartamento rompió su concentración.
—¡Ya voy! —gruñó Jennie, claramente molesta—. ¿Quién demonios golpea así la puerta? —murmuró para sí misma mientras caminaba hacia la entrada—. Lo voy a matar...
Abrió la puerta con brusquedad y se encontró con Jisoo, su mejor amiga, quien sonreía despreocupada.
—¿Jichu? —preguntó Jennie, sorprendida.
—¡Jen! Por fin abres, —dijo Jisoo con una risa suave—. Pensé que no estabas.
—Es sábado, Jisoo, —respondió Jennie, aún con tono irritado—. ¿Qué diablos quieres?
—Andamos bravas, ¿eh? —Jisoo soltó una carcajada mientras levantaba una bolsa con comida—. Traje la cena, así que deja de gruñir.
Sin más, Jisoo entró en el apartamento con la confianza que solo una mejor amiga podía tener. Dejó la bolsa en la mesa del salón y se sentó, mientras Jennie, suspirando, cerraba la puerta de mala gana y se sentaba a su lado, cruzando los brazos.
—Dime, Chu, ¿a qué debo tu encantadora visita esta vez? —preguntó Jennie con un tono sarcástico.
Jisoo la miró con un destello de preocupación disfrazado de humor.
—Bueno, desde que te mudaste a Seúl, has estado rechazando todas mis invitaciones para desayunar, almorzar o cenar, todo por tu maldito trabajo. Pero Jen, soy tu mejor amiga, y vine a asegurarme de que estés bien. Y por tu apariencia, —dijo, mirándola de arriba abajo—, opino que no lo estás. Jennie, tienes 28 años. ¡Por Dios! Deberías salir, disfrutar la vida, conseguirte una novia o, al menos, tener sexo de vez en cuando. Te ves fatal.
Jennie dejó escapar una risa sarcástica mientras apoyaba la cabeza en el respaldo del sofá.
—Gracias por tus elogios, Chu. —dijo rodando los ojos—. Pero sabes que no tengo tiempo para esas cosas. Mi trabajo lo consume todo.
Jisoo la observó con una sonrisa ladeada, sabiendo que detrás de esas palabras había más de lo que Jennie quería admitir.
—Lo sé, pero siempre es lo mismo contigo. Trabajo, trabajo, trabajo. Algún día vas a explotar si no te permites vivir un poco. —dijo mientras sacaba los recipientes con comida de la bolsa—. Pero bueno, no insistiré más hoy. ¿Cenamos?
Jennie asintió, levantándose lentamente.
—Voy por el vino, —dijo, resignada pero agradecida por la visita de su amiga.
—Sí, por favor, —dijo Jisoo con una sonrisa victoriosa mientras comenzaba a organizar la comida.
Minutos después, ambas cenaban entre pláticas ligeras, recordando viejos tiempos. Jennie no podía evitar sentir cuánto había echado de menos a Jisoo. No importaba cuánto se esforzara por distanciarse o cuánto se enfocara en su trabajo, Jisoo siempre lograba hacerla sentir más relajada, más... humana.
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Only Fans You Signed Up (Jenlisa Gip)
FanfictionLalisa Manobal decide subir videos en Only fans para poder pagar su carrera universitaria y su apartamento. Sin saber que alguien daría todo por estar con ella y ser su fan número uno... Alto contenido sexual 🔥🔥 La historia no es mía, todos los c...