Gran evento.

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El nuevo día había comenzado y Lisa se encontraba entregando las revistas a la señora Fran Grant, quien la felicitó por su buen trabajo. El alivio de haber cumplido una tarea más la hizo sonreír. Sin embargo, tenía que ir a la universidad, donde la esperaba otro día lleno de clases y trabajos pendientes.

Ya en la cafetería de la universidad, Lisa estaba sentada junto a su amiga Allison, quien le preguntaba con curiosidad sobre su nuevo empleo.

—Lisa, ¿qué tal te va con tu otro trabajo? —preguntó Allison, con ese tono que sugería que estaba más interesada de lo que dejaba ver.

Lisa hizo una pausa antes de contestar. Sabía que su "otro empleo" no era algo de lo que pudiera hablar abiertamente, pero confiaba en Allison lo suficiente para darle al menos una respuesta general.

—Eh, pues... de momento bien, —respondió Lisa con una leve sonrisa—. Gano buen dinero.

—Me alegra oír eso, —respondió Allison, con un toque de alivio en su voz—. Espero que pronto tu situación económica mejore.

—Sí, yo también lo espero, —dijo Lisa, mirando su café con un aire pensativo. Sabía que su situación económica estaba lejos de mejorar, a menos que tomara decisiones difíciles.

El día continuó y, por fin, llegó la última clase. Como de costumbre, el profesor Namjoon dejó una cantidad absurda de tarea, lo que arrancó un suspiro de resignación de Lisa.

—Voy a morir, Al, —se quejó Lisa mientras recogía sus cosas.

—Vamos a morir, —respondió Allison, imitando su tono dramático—. El profesor Namjoon parece que disfruta vernos sufrir.

Lisa soltó una pequeña carcajada y de repente recordó la promesa que le había hecho a Allison días atrás.

—Bueno, mejor dejemos de pensar en la tarea por un rato. —dijo Lisa mientras guardaba su cuaderno—. Vamos por la pizza que te prometí.

—¡Sí, vamos! —respondió Allison con entusiasmo.

Lisa la observó con diversión, riendo al ver cómo el ánimo de su amiga cambiaba completamente con solo mencionar la palabra "pizza".

—Mira, hasta te cambió la cara. —rió Lisa—. Parecías deprimida y de repente, resucitaste.

—¡Oye! La pizza es lo mejor del mundo, —dijo Allison con una sonrisa traviesa—. Además, me lo debes. No lo olvides.

—Lo sé, lo sé. —Lisa suspiró, recordando el estrés que había pasado pensando que perdería su empleo—. Pensé que mi jefa me despediría.

Allison frunció el ceño, pero luego sonrió.

—Sí, he escuchado que la señorita Kim puede ser bastante exigente... —dijo Allison mientras se mordía el labio—. Pero también es justa y muy bonita. ¿No crees?

Lisa se quedó callada un momento. Los recuerdos de Jennie Kim, con su elegancia fría y sus ojos verdes que parecían atravesarla, inundaron su mente. No podía negarlo.

—Sí, tienes razón. Es muy hermosa, —admitió Lisa, recordando cómo esos ojos esmeralda la habían mirado durante la entrevista. Jennie Kim era la clase de mujer que no pasaba desapercibida. Su mente vagó brevemente hacia ese lunar en su cuello, ese pequeño detalle que parecía más íntimo de lo que debería haber notado...

—¿Lisa? —Allison la llamó—. ¿¡Lisa!?

Lisa parpadeó, sacudiéndose de sus pensamientos.

—¿Sí? —respondió, un poco aturdida.

Only Fans You Signed Up (Jenlisa Gip) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora