Only Fans You Signed Up (Jenlisa Gip)

5:45.

Departamento de Jennie

— Amor, ya llegué...

No se escuchó respuesta. Lisa fue a la cocina, pero no había nadie. Entonces fue a la habitación y encontró a Jennie acostada, llorando.

— ¿Por qué llegaste tarde, Lalisa Manobal? ¿Acaso me estás engañando con la mesera del restaurante?

— Amor, te dije que estaba con Minnie.

— Eso fue hace media hora, y ya son las 4:34 de la tarde. ¿Dónde estabas? Si siempre tardas media hora de la casa de Minnie hasta aquí.

— Jennie, solo me retrasé cuatro minutos porque había tráfico. ¿De verdad crees que podría engañarte en ese tiempo?

— Tienes razón, amor... perdón. Es que tengo miedo de que me dejes. ¡Mírame, estoy gorda!

Lisa sonrió y se acercó para abrazarla por detrás, apoyando la cabeza en su cuello.

— No estás gorda, amor, llevas a nuestras hijas. Además, sabes cuánto te amo. Te amo por darme una familia, por aceptarme tal como soy. Nunca podría fijarme en otra persona que no fueras tú. Eres perfecta para mí.

— Te amo mucho, Lisa. Gracias por hacerme sentir segura. — Jennie se giró para besarla, conmovida por sus palabras.

— Te amo más, amor.

Pasaron las horas, y ambas se levantaron para almorzar. Las pequeñas en el vientre de Jennie parecían tener hambre.

En la mesa

— Amor, sabes que tenemos que pensar en los nombres de las bebés. — dijo Jennie.

— Sí, también te iba a preguntar. ¿Qué tienes en mente?

— Estuve pensando en Lexie Manobal Kim. ¿Qué piensas?

— Lexie... humm, me gusta mucho. Suena hermoso.

— Bien, yo escogí un nombre. Te toca a ti, amor.

— Pensé que podríamos llamar a la otra Lara Jane Manobal Kim.

— ¿Lara Jane?

— Es tu segundo nombre, amor. ¿No te gusta?

— ¡Claro que sí! Me encanta. — Jennie la abrazó, sonriente.

— Bueno, amor, ve a ducharte mientras yo lavo y limpio la cocina. Ya es tarde, casi son las 9 de la noche.

— Vaya, que rápido pasó el tiempo. Bien, voy a ducharme.

Jennie fue al baño mientras Lisa recogía y limpiaba lo que habían usado en el almuerzo. Cuando terminó, decidió ir al baño para ver si Jennie seguía allí. Al abrir la puerta, la encontró tocándose la panza mientras les hablaba a sus hijas.

Lisa se sentó en el borde del inodoro para escuchar sin que Jennie se percatara.

— Hola, mis amores. Sé que están inquietas, moviéndose y dando pataditas. Solo faltan tres semanas para que nazcan. Sé que les gusta que mami Lili les hable, ¿verdad? Pronto la conocerán, y ella las ama muchísimo. Tenemos suerte de tenerla, ¿no creen? Yo la amo con todo mi corazón, es todo lo que siempre soñé. Me respeta, me cuida, y cuando ustedes crezcan, espero que encuentren a alguien tan maravilloso como ella. Las amo tanto, mis pequeñas.

Lisa se levantó y abrazó a Jennie por detrás, acariciando suavemente su vientre.

— También las amo con todo mi corazón, mis tres bebés.

— L-lisa, ¿desde cuándo estás ahí? — Jennie se ruborizó.

— Lo suficiente para saber que estoy con la persona correcta.