Se parecen a ti

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— ¡Lisa, muévete! ¡Dios, esto duele muchísimo! —gritó Jennie, inclinándose por el dolor mientras sus contracciones se hacían más intensas.

Lisa reaccionó rápido, sosteniéndola como podía. Sentía cómo Jennie se apoyaba casi completamente en ella, respirando con dificultad.

— ¡Vamos, amor! Falta poco, solo aguanta un poco más —susurró Lisa, aunque sus propias manos temblaban al verla así.

Jennie la miró con una mezcla de sufrimiento e irritación.

— ¡Fácil para ti decirlo! ¡Tú no tienes un ser humano tratando de salir por tus entrañas! —espetó entre jadeos.

— Lala, ¿tienes las cosas de las bebés listas? —preguntó Rosé, acercándose mientras las ayudaba a caminar hacia el ascensor.

— Sí, están en el departamento. ¿Puedes ir a buscarlas, Rosie?

— Claro. Ya mismo. —Rosé le lanzó una mirada rápida de ánimo a Jennie—. ¡Tú puedes, Jen!

— ¡No, no puedo! —gruñó Jennie, aferrándose al brazo de Lisa—. ¡Voy a morirme!

— No, no vas a morirte, amor —dijo Lisa con voz suave, aunque una gota de sudor resbaló por su frente.

— ¡Si llego a vivir después de esto, te juro que tú sí morirás, Lalisa Manobal! —gritó Jennie, sacándole una sonrisa nerviosa.

Jisoo apareció, bajando el teléfono tras hablar con el doctor Bam.

— El doctor está listo. Las espera en el hospital.

— ¡Gracias, Jisoo! —jadeó Lisa, arrastrando a Jennie hacia el ascensor.

— ¡Te odio, Lalisa! ¡Esto es culpa tuya y de tus... malditos 26 centímetros! —gimió Jennie con furia, apretando la mano de Lisa con tanta fuerza que casi la deja sin circulación.

Lisa soltó un gemido ahogado.

— ¡Jennie! ¡Eso no lo digas aquí! ¡Me van a mirar raro!

— ¡Que te miren, me da igual! —gritó Jennie, furiosa—. ¡Voy a matarte en cuanto estas bebés salgan!

Las puertas del ascensor se cerraron, y Lisa trató de ignorar las risitas de las personas que habían alcanzado a escuchar la discusión.

— Lala, voy a arrancarte la lengua... ¡No vuelvas a decir "respira" nunca más!

— Amor, por favor... inhala... exhala... conmigo —intentó Lisa, aguantando la risa pese al dolor en su mano.

— ¡Métete tu respiración donde te quepa! ¡Ahhhh, mierda! —gritó Jennie justo cuando las puertas del ascensor se abrieron en el estacionamiento.

El chofer ya las esperaba, y Lisa prácticamente la levantó para meterla en el auto.

— ¡Acelera! —ordenó Lisa, casi empujando al hombre al volante.

— ¡Aaaaaahhh! ¡Lisa, juro que nunca más volveremos a tener sexo! —rugió Jennie entre lágrimas.

— Está bien, amor, lo que tú quieras... pero primero saca a las bebés, ¿sí?

El chofer pisó el acelerador como si su vida dependiera de ello. Jennie seguía gritando mientras Lisa le sostenía la mano y murmuraba palabras de aliento.

— Amor... ya casi, ya casi... Inhala conmigo. Eso es... ahora exhala. ¡Lo estás haciendo increíble, Jennie!

— ¡Deja de mentirme! ¡Esto es lo peor del mundo! —gimió Jennie, enterrando las uñas en el brazo de Lisa—. ¡Si volvemos a acostarnos, prometo que te dejo estéril!

Only Fans You Signed Up (Jenlisa Gip) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora