Almuerzo.

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POV Lisa

Bajo del edificio de Jennie con el corazón latiéndome fuerte en el pecho. La brisa de la noche roza mi piel, pero la calidez del recuerdo aún está conmigo. No puedo dejar de pensar en sus labios, su mirada y la forma en que me hizo sentir que, por primera vez, no solo fui alguien más en la vida de otra persona.

Cuando llego a mi coche, mi teléfono suena.

—Hola, Minnie.

—Hola, Lala. ¿Ya estás en casa? Porque voy para allá. Llevo la cena y unas cervezas.

—Sí, ya casi llego.

—Vale, te espero afuera.

Suspiro y arranco. El camino a casa es tranquilo, pero mi mente está llena de imágenes de Jennie: su risa, sus besos, y la promesa de nuestra próxima cita. No me esperaba verla otra vez después de lo que pasó, pero aquí estoy, con una oportunidad que jamás imaginé tener.

Al llegar, veo a Minnie esperándome en la puerta de mi edificio con una sonrisa traviesa en el rostro. La saludo, y subimos juntas a mi departamento.

—Y bien, Lisa, ¿no me vas a contar qué tal estuvo? —pregunta apenas cruzamos la puerta.

—¡Estuvo increíble, Minnie! —respondo sin poder ocultar mi entusiasmo—. Me gusta tanto... De hecho, mañana voy a almorzar con ella.

Minnie abre los ojos con sorpresa y una sonrisa astuta.

—¿En serio se verán otra vez? Pensé que solo sería una noche.

Me río, negando con la cabeza.
—Bueno, fue anoche… y hoy también.

—¡Oooh! Entonces, Limario ha tenido una doble jornada, ¿eh? —bromea Minnie con una carcajada—. Y dime, ¿la dejaste sin caminar?

—¡Minnie! —gruño, sintiendo el calor en mis mejillas.

—¿Qué? No cualquiera puede estar con Limario. Es un honor —dice, riendo aún más fuerte.

Respiro profundo y, con un poco de seriedad, confieso:

—Sabes que ella fue mi primera vez, Minnie.

Minnie me mira con una mezcla de ternura y diversión.

—Lo sé, por eso te hice leer el Kamasutra hace años. Te dije que, cuando llegara el momento, estarías más que preparada.

—No me hiciste leer el Kamasutra, Minnie. Me enseñaste videos porno.

Ella se encoge de hombros, sin un ápice de vergüenza.

—Es lo mismo. Además, funcionó, ¿o no?

Rodé los ojos, aunque una sonrisa se asoma en mis labios.

—Sí, funcionó. Y sí, la veré mañana. Jennie me dio una oportunidad, con la condición de que no vuelva a subir nada más a OnlyFans. Y lo acepté sin dudarlo.

Minnie suelta una carcajada, asintiendo con aprobación.

—¿Cómo no ibas a aceptar? Esa mujer es sexy, millonaria y… es una Kim. Lo llevan en la sangre; no comparten nada de lo suyo.

—No me importa que sea Kim —le respondo firmemente—. Tampoco pienso compartirla. Anoche se lo dejé claro. Después de mí, no podrá estar con nadie más.

—Uf, sí, eso lo tengo clarísimo —dice Minnie con una sonrisa burlona—. Le dejaste un vacío que nadie más va a poder llenar.

—¡Minnie!

—Está bien, está bien. No te enojes —dice riendo—. Solo bromeo. Pero, oye, vamos a cenar. Mañana tienes trabajo, y luego tu gran cita.

Nos sentamos a cenar entre bromas y conversaciones ligeras. Minnie no deja de molestarme, especialmente con lo que Jennie dijo sobre la “anaconda”.

Only Fans You Signed Up (Jenlisa Gip) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora