Prueba de fuego.

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Domingo, 8:00 p.m.

— Amor… me siento mal —dijo Lisa, mientras tamborileaba nerviosamente con los dedos sobre el volante—. ¿Y si cancelamos la cena con tus padres?

Jennie la miró con tristeza desde el asiento del copiloto, y sus ojos empezaron a empañarse.

— No quieres ir, ¿verdad? —murmuró, su voz temblando—. Perdón… siento que te estoy llevando a la fuerza… yo… yo…

De repente, rompió en llanto, cubriéndose el rostro con las manos.

— No, amor, no llores —dijo Lisa, girando hacia ella y tomándola de las manos—. Vamos, haría cualquier cosa por ti… Sabes que te amo.

Jennie le dedicó una sonrisa débil, aunque sus ojos seguían brillando por las lágrimas.

— Yo también te amo, Lisa.

Lisa suspiró profundamente y encendió el motor. No había marcha atrás.

En la Mansión Kim

— ¡Wow! —exclamó Lisa al ver la enorme casa rodeada de jardines perfectamente cuidados—. Qué hermosa casa, Jen.

Jennie asintió, aún impresionada por la magnitud de la propiedad, a pesar de haber crecido en ella.

— Sí, es increíble, ¿verdad? A veces ni yo creo que crecí aquí. Pero vamos, amor, mis padres nos esperan.

— Claro, amor. (Diosito, no me dejes morir).

Entraron por las majestuosas puertas de la mansión, y un mayordomo las guio hacia el comedor, donde Jiyoon Kim, el padre de Jennie, y Mary ya estaban sentados, esperándolas.

— Bienvenidas —dijo Jiyoon con voz grave—. Las estábamos esperando.

Jennie se acercó y abrazó brevemente a su padre.

— Papá, qué bueno verte.

— Bueno, cariño, eres tú la que nos ha olvidado. Tu madre tuvo que ir a verte para enterarse de tus… novedades.

— Sabes que estaba ocupada levantando la empresa, papá. No quería que nuestro apellido siguiera manchado.

Jiyoon asintió lentamente, sin dejar de observar a su hija.

— Lo sé, Jennie. Pero aun así debiste haberte tomado un descanso. Por cierto, tu madre me contó que ella es tu novia.

Lisa, sintiendo que el sudor le bajaba por la espalda, se adelantó.

— Hola, señor. Buenas noches. Soy Lalisa Manobal, pero puede llamarme Lisa. Es un gusto conocerlo.

Jiyoon le tendió la mano, y Lisa la estrechó con firmeza.

— Buenas noches, Manobal.

— Siéntense —intervino Mary—. La cena ya está servida.

Todos tomaron asiento en silencio, con los sirvientes trayendo los platos uno tras otro.

— Me alegra que vinieran juntas —dijo Mary, mirando a su hija con una sonrisa apenas perceptible.

— Señora, me alegra verla de nuevo —respondió Lisa, tratando de sonar tranquila.

El silencio duró poco. Jiyoon no tardó en poner a prueba a Lisa.

— Dime, Manobal, ¿en qué trabajas?

Lisa sintió un nudo en el estómago. Sabía que esta pregunta llegaría.

— Soy asistente en la empresa de Lloyd...

Only Fans You Signed Up (Jenlisa Gip) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora