⭑𝙷𝙴𝙻𝙴𝙽⭑
El round número nueve ha comenzado.
Mi corazón se encuentra en medio de un colapso, no tengo idea sí está latiendo muy rápido o muy lento, pero estoy segura de que sus acciones no forman parte de un funcionamiento normal. Mis manos temblorosas se empuñan de vez en cuando y también doy vueltas en el mismo sitio, estoy desesperada, quiero que esto termine.
El entrenador y Chase tienen sus codos recargados en la orilla del cuadrilátero, sus dedos están clavados en su cueros cabelludos y sus ceños se fruncen cada vez que el puño del contrincante se estampa en el rostro de JJ, quiero subir y detener la pelea, no me importa que el rubio me odie por el resto de su vida.
—¡Ahí lo tienes, JJ, no lo dejes salir! —exclama Billy en el momento en que JJ acorrala al rival en una esquina.
Cierro los ojos mientras ruego porque esa maldita campana suene pronto, sin embargo, parece que los segundos se han vuelto eternos, Chase me mira, tiene los labios apretados y su expresión es de suma preocupación.
La campana suena anunciando que el noveno round ha terminado, Billy sube de inmediato y Chase se le une, dudo un momento si debo hacer luego de unos segundos también termino subiendo.
Y de inmediato me arrepiento de mi decisión, la cabeza de JJ está recargada en uno de los cuatro postes del ring, de las puntas de su cabello caen gotas de sudor, y luego estas resbalan por su pecho y abdomen hasta perderse en la pretina de su short, su rostro está enrojecido y un poco hinchado, en su ceja derecha hay una herida que no luce nada bien, y mientras Billy limpia la sangre que se combina con su sudor, Chase le da un poco de agua.
—Estás bajando la guardia, si te descuidas va a lograr conectarte un buen golpe —aconseja Billy, y luego se pone frente a él, toma sus hombros y los aprieta un poco. —Es el último round, toma todos esos malos momentos y úsalos a tu favor —JJ ni siquiera tiene fuerza para responder, así que sólo asiente con la cabeza.
—Puedes hacerlo, hermano, no te rindas —Chase agita el cabello mojado de su mejor amigo, JJ me mira, el azul de sus ojos es muy intenso, igual que el mar cuando se agita durante una tormenta.
Me acerco y me pongo en cuclillas frente a él y mis antebrazos se posan en sus rodillas.
—¿Por qué me miras así?, ¿Tan mal me veo? —aprieto los labios y asiento con la cabeza, sonríe dejándome ver sus dientes y los hoyuelos tan marcados que se forman en sus mejillas.
—JJ... —la intensidad de su sonrisa disminuye. —Sé que no es el momento adecuado para decírtelo pero —
—¡Por favor despejen el área! —exclama el réferi, me levanto y enseguida JJ hace lo mismo, tomo las cuerdas para bajar pero JJ me lo impide.
—Déjame terminar con esto, después seré todo tuyo —sonríe y da unos pasos hacia atrás, inevitablemente también sonrío, es fascinante que hasta en los momentos más difíciles se mantenga con ese sentido del humor.
☯︎
Hace calor, sin embargo, la humedad que aquí hay, ayuda a equilibrar la temperatura del lugar. El sol se aprovecha del instante en que el aire sacude las verdosas ápices de los árboles, para introducir su luz entre las fuertes hojas que se aferran para no caer.
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𝙰𝙼𝙰𝚁𝙴𝚂𝙲𝙴𝙽𝚃𝙴
Ficção GeralEdward Munson tiene ahora 38 años, pero su esencia sigue siendo la misma, le gusta estar en situaciones de riesgo, como por ejemplo; entre las piernas de la mejor amiga de su hija, Helen Byers.