cap 23. el reloj mágico.

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Era una mañana como cualquier otra, y yo, Stanley, me preparaba para otro día de trabajo. Con mi café en mano y la mochila al hombro, salí apresurado de casa. Pero, en un momento de distracción, me tropecé con una caja vieja que estaba olvidada en la entrada.

"¿Qué demonios?", exclamé mientras caía hacia adelante. Cuando me levanté, miré a mi alrededor y vi que la caja estaba abierta. Curioso, me acerqué a inspeccionar su contenido. Dentro, encontré un reloj antiguo, con una esfera brillante y un diseño intrincado que parecía sacado de un cuento de hadas. Justo al lado del reloj, había un libro desgastado por el tiempo.

Con el café aún humeante en mis manos, no pude resistir la tentación de abrir el libro. Las páginas estaban llenas de ilustraciones coloridas y relatos sobre un reloj mágico que podía transformar a quien lo poseyera en diferentes formas y objetos. La idea me pareció tan loca que no pude evitar sonreír.

Miré el reloj nuevamente, sintiendo una extraña conexión con él. Era como si estuviera destinado a encontrarlo. Sin pensarlo dos veces, decidí guardarlo en mi mochila junto con el libro. Un secreto entre nosotros dos.

Mientras caminaba hacia el trabajo, no podía dejar de pensar en las posibilidades que tenía entre manos. ¿Qué pasaría si realmente funcionara? Era un pensamiento emocionante y aterrador al mismo tiempo. A partir de ese momento, mi vida cotidiana podría cambiar por completo sin que nadie lo supiera.

Fue un día agitado en la oficina. Entre llamadas y correos electrónicos, apenas tuve tiempo para respirar. En un momento de distracción, sentí el peso del reloj en mi mochila y una chispa de curiosidad me invadió. Sin pensarlo, decidí que era hora de probarlo. Así que, mientras tomaba un sorbo de mi taza de café humeante, giré el reloj en mi muñeca.

De repente, un destello brillante me envolvió y, antes de darme cuenta, me convertí en una simple taza de café. La sensación fue extraña; podía ver todo desde una nueva perspectiva, pero no podía moverme. Justo cuando trataba de comprender lo que estaba pasando, un movimiento brusco hizo que la taza donde estaba se volcara.

El mundo se volvió un caos mientras el café hirviendo caía sobre mí. ¡No! pensé con pánico. Pero antes de que pudiera asustarme más, sentí otra vez ese destello mágico y, en un abrir y cerrar de ojos, regresé a mi forma humana.

Miré mis brazos y mi pecho: no había señales de quemaduras ni heridas. El reloj había hecho algo increíble; no solo me había transformado en un objeto, sino que también había curado todas las consecuencias del accidente. Me quedé allí parado, boquiabierto.

"¿Es esto real?", murmuré para mí mismo. No podía creer lo que acababa de suceder. El reloj era realmente mágico; tenía el poder de cambiarme y protegerme al mismo tiempo. Pero entonces una idea aterradora cruzó por mi mente: si alguien descubría esto, podrían querer usarlo para cosas terribles.

Decidí que debía mantenerlo como un secreto absoluto. No quería que nadie supiera sobre el reloj ni sus poderes; las personas podrían volverse locas al saberlo y eso podría llevar a situaciones incontrolables.

Con una mezcla de emoción y temor, guardé el reloj en mi mochila nuevamente. Este pequeño objeto tenía el potencial de cambiar todo... y era mejor que permaneciera en las sombras por ahora.

Esa noche, caí en un sueño profundo, agotado por los eventos del día. El reloj, aún en mi muñeca, brillaba tenuemente en la oscuridad. Sin saberlo, su magia se activó mientras dormía, y cuando desperté al amanecer, me encontré en un cuerpo completamente diferente. ¡Me había convertido en un león!

Miré mis patas robustas y mi pelaje dorado. El terror me invadió al darme cuenta de mi nueva forma. Cuando escuché la puerta abrirse, supe que era Jackson, mi hermano mayor. Venía a buscarme para ir a la estación de policía. Al entrar y ver al imponente león en mi cama, su rostro se llenó de pánico.

El oficial Stanley. Y el criminal de Canterville.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora