Capitulo 3: Secretos

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Esa mañana Camila había salido temprano de casa, madrugar no era lo suyo, ni mucho menos, pero no había manera de dormir cuando a su hermana pequeña le daba por practicar con la trompeta sin importar la hora. Pero en fin, un día es un día. La morena iba caminando lento por su zona, eran las siete de la mañana y todavía quedaba una hora para entrar a clases. Pateaba una lata de refresco, una y otra vez mientras avanzaba, hasta que la lata chocó con alguien. Camila levantó la vista para disculparse, pero las palabras se atascaron en su garganta cuando ahí estaba ella, Lauren. La miró de arriba a bajo, su corazón latía con fuerza sin saber porque. Llevaba unos tacones negros y un vestido a conjunto, corto y ajustado, muy ajustado. Sus curvas se marcaban a la perfección. Tenia el pelo más ondulado de lo normal que caía por sus hombros, sus ojos estaban pintados con eyeliner y una sombra negra que hacían que el verde de sus ojos destacará más, si eso era posible. Camila no dejaba de mirarla con la boca entre abierta por la sorpresa, Lauren la miraba con un poco de miedo en sus ojos, pero entonces empezó a andar para hacer como si nada hubiera pasado.

-Espera. -Camila puso su mano en el hombro de la otra chica. -Estas... Em... ¿de donde vienes?

-No es asunto tuyo. -intentó seguir su camino, pero la frenó otra vez.

-¿Siempre vas a ser así conmigo? Solo quiero saber porque vas tan... tan... arreglada. -soltó por fin.

-Lauren exhaló. -He estado de fiesta, ahora voy a casa a cambiarme y luego a clases. -mintió. Se quedaron en silencio unos segundos mirándose. -Si me dejas, claro. -refiriéndose a la mano de Camila que seguía en su hombro.

-Oh, perdona. -Apartó la mano y la otra caminó unos pasos, entonces se giró otra vez.

-Oye -Camila giró para verla. -de esto... ni una palabra a nadie, no digas que me has visto así vestida y eso, ni que he ido de fiesta.

-¡A la orden! -se puso la mano en la frente y hizo un gesto como si fuera un soldado. Río. -será nuestro secreto. -sonrío.

Lauren giró sobre sus pies y caminó hacia su casa. "Nuestro secreto" susurró y una sonrisa se le dibujo en la cara.

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Era la hora de la comida y Lauren estaba tumbada debajo de un árbol, descansando ya que no había dormido en toda la noche.

-Hey, no te he visto en el comedor, te he traído algo, creo que es lo que más te gusta porque es lo que comes siempre. -se encogió de hombros y le lanzó un donut en el vientre.

Lauren abrió los ojos y miró hacia arriba, Camila estaba sentada, apoyada contra el tronco del arbol. Era raro que estuviera allí, ellas prácticamente eran conocidas, pasaban mucho tiempo juntas porque ahora la morena ya formaba parte del grupo, era cierto que hablaron ese día en la habitación de Lauren, pero tampoco fue tanto, y no habían vuelto a hablar más que cuatro palabras tontas. Se sentó al lado de Camila y desenvolvió el donut para comérselo.

-Vaya, que sano,un donut para comer. -soltó irónicamente. 

-Es mejor que nada, además no pretenderás que te traiga un plato de macarrones, con sus cubiertos y esas cosas... -miró fijamente a Lauren, quien seguía mirando el donut mientras se lo comía.

-No pretendo nada, porqué no te he pedido nada. -contestó seca dándole una mordida al dulce.

Camila suspiró molesta, no entendía cual era el problema de la chica para comportarse así con ella, pero lo que tenía claro era que debía llevarse bien con ella, para sentirse totalmente integrada en su nuevo grupo de amigas. Pasaron un rato sin decir nada, la chica de los ojos verdes ya se había terminado su comida pero seguía ahí sentada en silencio, por algún motivo no era un silencio incomodo.

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