Capitulo 33: Muy urgente

68 3 0
                                    

Narra Lauren

Desperté poco a poco, totalmente desorientada. Sentí un peso en mi estomago, y vi que un brazo rodeaba este. Recordé la noche pasada, y me sentí extraña, sentía que había traicionado a Camila, y ni siquiera se merecía que pensara en ella.

-Buenos días... -me giré para ver a Karen, con los ojos todavía medio cerrados y mirándome con una pequeña sonrisa.

-Buenos días. -sonreí de igual forma.

-¿Qué tal? -murmuró tumbándose encima de mí, quedando las dos cara a cara. Su cuerpo desnudo, contra el mío, en iguales condiciones.

Rodeé su cintura con mis brazos, y aunque se sentía bien, no se sentía igual que con... Ni siquiera podía pensarlo, era cruel hacer comparaciones y no podía dejar de hacerlas.

-Bien, bien... ¿Y tú? -besó la punta de mi nariz y sonrió.

-Mejor que nunca. -acarició mi pecho tímidamente, pensando sus siguientes palabras. -Tu... ¿te arrepientes? Digo, hace nada seguías sufriendo por Camila y no quiero hacerme ilusiones y luego...

-Karen. -interrumpí. -No me arrepiento de nada, tenlo presente. -ella sonrió y yo también. -Pero no te puedo decir que estoy enamorada de ti, me gustas, sí... pero quiero tomarme las cosas con calma. -ella asintió, comprendiéndolo. -Ya sé que ahora ya hemos tenido sexo, y tomárselo con calma no tiene mucho sentido, pero entiendes a qué me refiero, ¿no?

-Sí, sí... Te entiendo y tienes toda la razón. Tampoco quiero que nos casemos mañana... Quizás pasado o así. -las dos reímos, y ahora me sentía mejor de que ella me hubiese entendido tan bien.

Sin duda era una chica increíble.





Narra Camila

Tras la pelea de hacía un par de semanas con Dinah, me sentía todavía peor. Todo lo hacía mal, ni siquiera podía aceptar la culpa de haberle roto el corazón a Lauren. Era una jodida estúpida.

Incapaz de hablar con Lauren.

Incapaz de disculparme con Dinah.

Incapaz de superar mis miedos.

Tuvieron que pasar esas dos semanas para que yo me armara de valor para pedirle perdón a Dinah, al menos a ella podía tenerla. Era la única que me decía lo que pensaba, creí que me había enfadado yo con ella, porqué había herido mi orgullo, pero realmente me aparté de ella por hacerme ver la verdad que no quería. Por darme una bofetada con sus palabras.

Ese día llegué a casa de Dinah, rezando para no encontrarme con Lauren, pero realmente lo que vi fue peor. Lauren y su compañera de Universidad, Karen, de devoraban a besos en el portal de su bloque. Sentí como mis ojos se aguaban y mi respiración se agitó. Mi pecho dolía como si mil puñales se me clavaran al mismo tiempo. Dolía, dolía mucho.

¿De esto hablaba Ramiro?

Me quedé mirándolas a lo lejos, con el corazón hecho un puño. La había perdido y eso me dolía más que amarla.

Entraron las dos juntas a casa, acarameladas y riéndose por algo, y finalmente solté un sollozo inevitable. Las lágrimas no tardaron en hacer su aparición y todo mi cuerpo temblaba. De rabia, de frustración... Todo contra mí misma. Una mano tocó mi hombro y me sobresalté, Dinah me miraba preocupada, sin entender mi estado.

-Mila, ¿qué te pasa? -ni siquiera recordó mi enfado, simplemente me puso a mi por delante de cualquier estupidez. Y envidiaba eso, demasiado. Yo quería ser así.

-Lauren... -solo fui capaz de responder eso, cuando un sollozo abandono mi garganta y Dinah me abrazó reconfortantemente, frotando mi espalda.

-¿Qué pasa, habéis hablado? -negué en su pecho, sin dejar de llorar y temblar. -¿Entonces? Mila, cálmate.

Encontrarte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora