Capítulo 34: Jack

84 3 0
                                    

Narra Lauren

Los días pasaban, y Karen y yo estábamos sorprendentemente bien. La verdad es que en un principio no creí que me sentiría tan cómoda con ella, pero hacía las cosas naturales y fáciles.

Por otro lado, tenía todavía las palabras de Camila frescas en mi mente, no podía dejar de pensar en lo que dijo... 'Te amo' con su mirada aterrada, a la vez pareciendo sincera. Pero no podía ser verdad, ella me había rechazado y además, de una manera cruel. Cuando amas a alguien, no le haces daño. Al menos, no a propósito.

Hacía tres días que no la veía y aunque una idiota parte de mi la echara de menos y quisiera preguntarle mil cosas, sabía que no debía. Pero como siempre, el destino nos sale con lo último que queremos que nos pase. Y allí estaba yo, viendo a Camila caminar hacia mi.

Estaba en un parque cerca de mi casa, siempre iba allí a relajarme, a escuchar música o simplemente a pensar. Me tumbaba sobre el césped bien cuidado y pasaba el rato.

Camila estaba distinta, estaba como años atrás, una trenza caía por su hombro derecho, terminando en un jersey azul con letras blancas y unos vaqueros ajustados, que le quedaban condenadamente bien. También traía unas bambas blancas. Era extraño verla así.

-Hola. -saludó ya habiendo llegado a mí, con una sonrisa tímida.

-Hola. -contesté algo seca y desconfiada.

-Vengo en son de paz. Solo quiero hablar. -dijo sentándose a mi lado.

-Está bien, habla. -ella suspiró.

-Sé que lo que te dije el otro día estaba mal. -miró sus manos, nerviosa. -Tu estás con Karen, no debería meterme como si ella no fuera nadie... Está claro que es importante para ti. -su voz sonaba apagada, y sobretodo avergonzada. -Quiero pedirte perdón y que seas mi amiga otra vez. -levantó la mirada hacia mí, dejando todo en mis manos.

-Tienes razón, deberíamos dejarnos de niñerías y superarlo. -dije finalmente, la verdad es que la quería cerca. -¿Amigas? -ella sonrío y asintió feliz. -Pero, ¿puedo preguntarte algo? Si no contestas no pasa nada, lo entenderé.

-Claro, dime.

-Es... Es curiosidad... -me sentí nerviosa. -¿Es verdad lo que me dijiste? -ella abrió los ojos como platos y su rostro se tiñó de un rojo potente, terminando por asentir.

-Sí... -susurró, pero pude oírla. Igual que sentí como mi corazón enloquecía de felicidad.

-¿Y porqué...? -mi pregunta murió en mi garganta cuando un hombre interrumpió.

-¿Señorita Camila? -¿Señorita? ¿Qué formalismos eran esos?

-¿Jack? -se levantó nerviosa, no sin antes darme una mirada aterrada.

-Vaya, está usted muy bonita. -el hombre sonrió, parecía agradable.

-Muchas gracias... -Camila estaba totalmente inquieta, lanzándome miradas seguidamente.

-¿Cómo le fue después de todo lo de Ramiro? Fue una mujer muy fuerte para soportar tantas cosas a tan temprana edad, el día del juicio...

-Jack. -interrumpió, y yo no entendía nada. ¿Qué cosas soportó? ¿Y qué juicio? -aquí no. -y disimuladamente me señaló con la cabeza, pero lo vi.

-Oh disculpe. -el hombre me miró. -debería irme. -le dio una mirada de disculpa a Camila. -Adiós señorita.

-Adiós Jack.

El hombre desapareció y Camila se quedó de pie, sin mirarme.

-¿De qué hablaba ese hombre? -pregunté al fin.

Encontrarte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora