Capitulo 6: Un poquito

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-Lauren, contesta. -su voz era seria por primera vez desde que se conocieron, y eso a la pelinegra le puso todavía más nerviosa.

-Camila... -pensó durante unos segundos, tratando de inventar algo. -Yo...

-Ni se te ocurra mentirme, ¿como puedes ser tan cobarde, Jauregui? -su voz desprendía enfado, realmente estaba enfadada.

-Es que... A mi... Yo no... -ni siquiera miraba a Camila, tenía la mirada puesta en los apuntes que estaban delante.

-¡Habla de una vez! -A Lauren le descolocaba la situación, no era normal ver a la morena seria, tenia la cualidad de reír ante todo lo malo y ahora estaba tan enfadada.

-Yo no soy... A mi no me gustan las chicas... -miró a Camila quien tenía los ojos abiertos como platos, y siguió hablando. -No quería que fuera incomodo... No sé porque te bese,supongo que fue el alcohol, pero... no me gustan las chicas, lo siento...

-¡A mi tampoco me gustan las chicas! -dijo sonrojada, por el pensamiento que Lauren tuvo de ella. -No... no sé por qué piensas algo así... -estaba muy avergonzada.

-Bueno... tu me besaste, ¿que querías que pensara? -se encogió de hombros.

-¿Perdona? Tu iniciaste ese beso, dijiste que querías besarme. -replicó, y Lauren al recordarlo se puso muy roja y todavía más nerviosa.

-¡Y tu accediste! -vio que Camila iba a responder con algo, pero decidió terminar con la conversación, si no lo hacía, vomitaría ahí mismo por los nervios que tenía. -Mira... ¿Y si lo olvidamos todo? Digo, ambas somos chicas, y heterosexuales, bebimos un poco de más... Y bueno nos besamos -se encogió de hombros- Tampoco es como si hubiéramos matado a alguien. -finalizó. Las palabras de indiferencia de la chica, afectaron bastante a la otra, por un momento sintió que quería llorar, pero como siempre, sonrió.

-Esta bien, olvidemoslo. -las dos de miraron y sonrieron. -¿Amigas? -le ofreció su mano. 

-Amigas. -se dieron un apretón de manos y se sonrieron. Terminaron su merienda en silencio, ninguna sabia que decir.

-No era tan difícil decírmelo, ¿no? -rompió el hielo.

-Estaba un poco asustada, la verdad. -"¿Lauren Jauregui? ¿Asustada? Esto es nuevo" pensó Camila. -A demás... También esta el tema de que... Bueno... fue tu primer beso. -las dos se miraron fijamente unos segundos, Lauren vio que la morena apartó la vista y se sintió mal. -Lo siento, se que querías que fuera con alguien especial, lo siento mucho en serio. -dijo sinceramente, mientras Camila volvió su mirada a ella sonriente.

-A veces creo que mi vida es un chiste. -soltó una risita. -Siempre me había imaginado mi primer beso con un chico guapísimo, bajo el cielo lleno de estrellas y él diciéndome que me amaba o alguna cursilería... y es gracioso, si te pones a pensar, mi primer beso ha acabado siendo, con una chica, -empezó a contar con los dedos de las manos, y seguía hablando divertida- que no me soporta, que a veces no la soporto ni yo... -rieron las dos- que no me ama y ni siquiera me quiere un poquito, y para el colmo de los colmos, ¡en un baño! -fingió dramatismo y Lauren se echó a reír, cosa que impulsó a Camila a seguir con su dramatismo. Amaba la risa tan difícil de sacar de la pelinegra. -¿te das cuenta? Teníamos la noche estrellada, la estuvimos admirando minutos antes de la catástrofe, ¡pero terminamos en un estúpido baño! Ese día los planetas de alinearon para que todo me saliese al revés de como lo imaginé. -hizo un puchero que enterneció a Lauren, quien seguía riéndose por la manera que tenía Camila de convertir todo, en algo gracioso, Camila tenia la cualidad de hacerla sentir bien y segura.

-Eres única, Cabello. -dijo entre risas mientras Camila, se emocionaba por dentro ante estas palabras.

La tarde pasó volando, y aunque Lauren no lo admitiría aunque le arrancaran la piel a tiras, hacía tiempo que no se divertía así con nadie. Descubrió una Camila inteligente, soñadora, optimista y muy, pero que muy payasa. Por otro lado, la morena descubrió una Lauren tierna, su ropa oscura y su fachada de "soy la más chunga del barrio" no había colado con ella. Sabía que la pelinegra tenía un fondo muy distinto y oculto, a aquel que iba mostrandole a la gente, y tenía ganas de descubrirlo. Aquella tarde no solo aclararon cosas, aquella tarde ambas sintieron una conexión entre ellas, algo distinto, incluso sus miradas eran distintas a las que daban a los demás, pero solo se limitaron a sentirlo.

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