Capitulo 29: Te pongas lo que te pongas

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Narra Camila

-¡Sofi, levántate de una vez! -Grité desde la cocina mientras le preparaba el desayuno.

Tenía que llevarla al colegio, y las tareas se me estaban acumulando, debía hacerle el desayuno, despertarla, asegurarme de que llevara todo lo necesario... Era una mañana de estrés constante.

-¡Ya voy! -contestó.

Termine el plato de huevos con bacon, y empecé a hacerle un ColaCao calentito. Deje todo servido en la mesa, y fui a ver como iba.

-Pero... ¡Pero será posible! -exclamé al verla todavía durmiendo a pata suelta. -¡Levanta! -retire las mantas de encima de ella.

-Mmmh... hace frío, Mila. -se hizo un ovillo y gruñí desesperada. Entonces el timbre sonó. 

-Te juro que aunque sea a rastras, hoy vas al colegio, Sofía. -espeté enfadada, señalándola con el dedo indice, antes de salir a atender la puerta. Entonces, el timbre volvió a sonar. -¡Que ya voy!

Abrí la puerta, y allí estaba Lauren, con una sonrisa tierna, y un par de cafés en la mano. Desde lo sucedido, Lauren y yo pasábamos más tiempo juntas, nos besábamos, hacíamos el amor, salíamos juntas... pero todavía no habíamos hablado de ser pareja, ni nada parecido. Y la verdad lo agradecía, no quería pensar en ello.

-¿Y esa cara de ogro? -preguntó divertida.

-Bff, ni me hables. -contesté mientras la dejaba pasar e iba hasta la cocina, dejando los cafés en la mesa. -Sofi no se quiere levantar, me trae de cabeza. -murmuré frotándome las sienes.

-Mamá Camz tiene problemas, ¿Mmh? -dijo tierna, mientras quitaba mis manos, para acariciarme las mejillas.

-No me digas mamá, me hace sonar vieja. -cerré los ojos disfrutando sus caricias, y coloqué mis manos en su cintura.

-Es que por un momento, has sonado como mi madre. -murmuró divertida.

-Espero que no te recuerde a tu madre cuando me besas. -bromeé.

-No, solo cuando hacemos el amor.

-¡Lauren! -exclamé abriendo los ojos y estallando en risas, igual que ella. Escuchando su preciosa risa, y viendo sus ojitos achinarse. 

-Es broma, es broma. -me besó tiernamente en los labios. -Solo pienso en ti, siempre. -confesó encima de mis labios, haciendo que mi corazón se acelerará. Volvió a besarme, alargando el momento, fundiendo nuestras bocas lentamente. Sus manos se enredaron en mi pelo, y las mías apretaron su cintura, atrayendola hacía mí. Y fue cuando sentí su lengua pidiendo permiso, cuando supe que teníamos que parar.

-Lauren... -susurré en sus labios, sin que ella a penas me dejara, intentando reanudar nuestro beso. -Lauren, tengo que ir a ver a Sofi...

-Oh, sí, claro, perdón. -contestó mientras finalmente se apartaba, con un leve rubor en sus mejillas. -Te he traído café, por cierto. Está calentito todavía.

-Eres la mejor. -besé cortamente sus labios con una sonrisa, y me fui a ver a Sofi.

Sin duda me gustaba estar así.


Narra Lauren

Llegué a casa y me tiré en el sofá, últimamente, no podía estar más feliz. Camila me tenía loca, simplemente todo lo que hacía me encantaba. Sus gestos, sus manías, sus tonterías... Todo. Deseaba que lo bueno que teníamos ahora, nunca terminara.

-Vaya, ¿te has reemplazado la cara por una de idiota? -preguntó Dinah.

-¿Eh? ¿Por qué dices eso?

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