Capitulo 12: Camila

88 7 1
                                    

Narra Camila.

Todavía seguía con las mariposas en el estomago. ¡Lauren hubiera vuelto a besarme! Mejor todavía, ¡a Lauren le gustó besarme! No podía estar más feliz, a la mierda mi padre, a la mierda los chicos, a la mierda Alex y a la mierda con todo. Me gustaba Lauren y que bien se sentía admitirlo sin ningún miedo. ¿Y qué, que fuera una chica? Las chicas son bonitas, suaves, huelen bien y son más inteligentes que los rasposos y asquerosos hombres. Vale, quizá exagere, lo siento.

Quería hablar con Lauren sobre lo de ayer. Aunque ella no me había contestado mis dos últimos mensajes, sé que no me negaría la palabra, quería ser sincera con ella y haría lo que fuera para que ella lo fuese conmigo.

Llegué a clase y me senté junto a Dinah, ella y yo habiamos encajado perfectamente, nos lo pasabamos bomba juntas. Ella en seguida notó mi cara de felicidad, pero ¿como no estar feliz? Me estaba aceptado a mi misma dejando fluir mis sentimientos por una chica, sin miedo, sin reprimirlos. Dije que lo haría, pero es imposible, con ella no puedo reprimir la felicidad que me produce, ¿y lo mejor? ¡Le gustó mi beso! ¡Quería repetirlo! No me cansaré nunca de decirlo.

-¿Por qué tan contenta Miss sonrisa? -me preguntó Dinah con una sonrisa en los labios.

-Estoy feliz, ¿no puedo? -Contesté juguetonamente.

-Estas especialmente feliz. -Recalcó la segunda palabra.

-Bueno... -Me ví interrumpida por la llegada de Lauren. Se veía agitada, seguro que había venido corriendo como siempre. Que graciosa era y que guapa estaba.

-Mila, sal del trance. -Dinah sacudió su mano delante de mis ojos y yo reí nerviosa. Lauren se sentó delante de mí y se giró hacia nosotras. Ni siquiera me miró. Auch.

-¿De que habláis? -Preguntó todavía sin mirarme.

-Mila está muy feliz hoy... Estoy segura de que el motivo empieza por "una cita" y termina por "con Alex" - Dinah rió y Lauren levantó su mirada hacía mi como un rayo, yo la aparté incomoda, hacía la mesa que tenía delante. -En la fiesta no hablamos de ello, pero hoy no te salvas, ¿como fue? ¿Te gustó? ¿Se sobrepasó? Porqué de ser así lo mato... ¿Te besó? ¿Te gustó tu primer beso?

-¡Dinah! -exclamé para que se callara.

-Perdón... -se disculpó y yo suspiré, todavía sintiendo la mirada de Lauren en mí. -Pero... ¿Que tal el beso? -Preguntó emocionada volviendo al ataque.

-¡No hubo beso, Dinah ahora dejame vivir! -Contesté exasperada, Lauren quitó la mirada de mi y se giró.

-¿Como que no? ¿Por qué? -habló bajito por qué la maestra había llegado.

-Porqué no y punto.

-Mila... ¿Te gusta alguien más verdad? -Soltó de golpe y yo me giré a verla sorprendida, ella me miraba como si supiera algo más.

-No... -Levantó una ceja. -Bueno, sí, pero no te diré quien. -Volví la vista al frente.

-Ni falta que hace... -Susurró con una risilla, preferí ignorarla, era poco probable pero... ¿Y si lo sabía...?

Las clases habían terminado, Lauren casi ni me había dirigido la palabra, pero no me iba a rendir. Hablaría con ella ahora, así que me fui a buscarla.

-¡Camila! -La voz de Ally me detuvo a medio pasillo cuando me dirigía a la salida, me acerqué a ella que estaba con las demás, pero faltaba una, la única que quería ver en estos momentos. -¿Pensabas no decirnos nada? -Me reprendió.

-¿Sobre qué? -Pregunté perdida.

-¡De aquí una semana es tu cumpleaños! -Exclamó Normani.

-¡Oh, eso! -repondí entendiendo. -¿Y qué más da? Nunca le he dado especial importancia...

-¿Como que no? ¡Cumplirás dieciocho! -Gritó Dinah como si de mi muerte se tratara.

-Uau, emocionante. -Fingí emoción con las manos.

-Eres idiota. -Contestó Dinah con una sonrisa en los labios, yo también sonreí.

-Yo también te quiero. -Reímos. -Bueno chicas, tengo que irme tengo cosas que hacer. -Me despedí y reanude mi busqueda.

Estuve rato buscandola en vano. Quizá ya se había ido. Me daba rabia que me huyera siempre que teniamos un acercamiento así, primero fingió no acordarse y ahora simplemente ignoraba mi existencia. Será terca. Quería verla sonreirme de una maldita vez, con sus ojazos verdes enchinados por su preciosa sonrisa, sus labios eran tan... Besables. Suspiré. Me tenía a sus pies.

Mi corazón cayó y las lagrimas se acumularon en mis ojos ante la estampa que estaba viendo. Lauren estaba besando, que digo besando... ¡se estaba comiendo a un chico! Por las pintas pude deducir que el chico era el que estaba cerca de ella la noche anterior, un drogadicto que se debía fumar hasta las margaritas del patio de su abuela. Me quedé mirando como se comían mutuamente, sus cuerpos excesivamente cercay las manos del chico vagando por todo el cuerpo de Lauren. Me sentía celosa y enfadada conmigo misma. A veces vivo demasiado en los mundos de yupi, ¿como pude creer que Lauren me correspondería? La rabia invadió mi cuerpo y me fui de allí. Lo único que quería era encerrarme y estar sola.

Llegué a casa y cerré la puerta principal de un portazo, apoyandome en ella y suspirando con frustración.

-¿Se puede saber que haces? -Mi padre apareció de la nada y me sobresalté.

-Nada, perdona... -Intenté salir de ahí pero me cogió del brazo.

-El otro día ví a ese chico en la puerta, ¿cuando lo traeras?

-Nunca, no me gusta él. -Respondí cortante y él apretó su agarre en mi brazo haciendo que doliera. Estaba enfadada, no era un buen momento para hablar con mi padre.

-Me da igual si es él o no, quiero que traigas a un chico a esta casa y a tu vida, y te olvides de las asquerosidades que tienes en mente con esa chica. -Dijo furioso.

-Ya te lo dije... Es solo mi amiga. -Contesté casi en un susurro, tenía miedo.

-No le miras el trasero a tus amigas o les pones apodos maricones como "Camz" -la última palabra la dijo despectivamente. -Por Dios, dais asco las dos juntas... -Mi enfado iba creciendo por segundos. -No sabes a cuanta gente decepcionarias, piensa en Sofi, ¿crees que le haría gracia tener una hermana así de enferma?

-Sofi me quiere... Sea lo que sea. -Me armé de valor para contestar.

-Escuchame bien. -Se acercó tanto a mi que me dejo sin respiración, el corazón se me salía del pecho. -Tu no vas a ser una desviada, ¿entiendes? Se normal, joder, ¿tanto te cuesta dejar de darme problemas? -Gritó, ahora sí, estaba enfadado, pero yo más.

-¡Dejame en paz! -Grité y me deshice de su agarre. -No estoy enferma, ¡tú lo estas! Yo amo de verdad, tu no, y soy lesbiana, no una enferma, jamás, ningún hombre entrará en esta casa y te dira "soy el novio de Camila" ¿me entiendes? ¡Jamás! -Uau, eso fue intenso hasta para mí. Lesbiana, era la primera vez que lo decía y se sentía genial, soltar lo que pensaba se sentía genial. Mi padre me miraba sorprendido y furioso, hasta que sentí lo que esperaba, un golpe en mi mejilla.

-¡Retiralo! -Gritó mientras yo me estabilizaba, poniendo una mano encima de mi mejilla golpeada.

-Aunque lo retirase, no cambiaría lo que siento, ¡me gustan las chicas! ¡Me gusta ella! -Salí corriendo escaleras arriba y me encerré en mi habitación con pestillo.

Él golpeaba la puerta con fuerza, yo me deslize por ella quedandome sentada con las rodillas en mi pecho. Empezó a chillar todo tipo de bestialidades y me tapé las orejas. Las lagrimas no tardaron en bajar por mis mejillas, lloraba por Lauren, lloraba por mi padre, lloraba por mí, porqué nunca podría ser feliz en aquella casa. Tenía tantos sentimientos encontrados, y las lágrimas me ayudaban a calmar el dolor que sentía en mi pecho. Poco a poco los golpes cesaron, la casa se calmó. No me moví del lugar, oí llegar a Sofi con mi madre, oí como cenaban, oí como se fueron a dormir, oí el silencio, hasta que por fin, me dormí olvidandome de todo.

Encontrarte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora