Capitulo 22: Películas

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Narra Lauren

Habían pasado dos semanas desde lo mío con Camila, y desde entonces nuestros encuentros se habían hecho muy seguidos. Ella seguía huyéndome, teníamos sexo y como si del ébola se tratara, se vestía y se iba con un simple "hasta luego". Estaba bien, tampoco eramos nada, nos comportábamos como amigas normales hasta que había una cama de por medio. Me solía sentar mal cuando se iba, me apetecía hablar, abrazarla, quizá verla dormir junto a mi... Pero estaba mal, iba en contra de mis normas y de las suyas. Yo no buscaba amor, y aunque Camila me encantara en todos los sentidos, la vida era demasiado corta para desperdiciarla sufriendo por eso.

Llamé a la puerta de su casa. Su hermana estaba en el colegio, así que teníamos vía libre. La puerta se abrió y por la cara de Camila pude ver que algo no iba bien.

-Hola... -murmuró algo nerviosa.

-Hola, ¿pasa algo? -ella se echó a un lado y entré a su casa. Cerró la puerta y quedamos frente a frente.

-Me acaba de venir el periodo. -dicho esto, estallé en risas y ella me golpeó el hombro para que parase.

-Creía que iba a ser algo serio. -dije todavía riéndome. Pero entonces entendí el por qué de su nerviosismo. No había sexo, por lo tanto estábamos las dos solas sin otras intenciones de por medio. -Quieres... No sé... -esta vez era yo la nerviosa. -¿Quieres que me vaya?

-Mmm... -dubitó. -No... Ante... Ante todo somos amigas, ¿no? Comportémonos como unas... ¿Qué quieres hacer? -se podía notar a mil kilómetros que ella estaba incomoda.

-¿Miramos una película? -me encogí de hombros.

-Una película, sí, esta bien. -esa chica era un manojo de nervios.

Después de atropellar sus palabras como un coche de carreras, se dirigió hacía el cajón al lado de la televisión y empezó a sacar todas las películas, murmurando cosas que apenas entendía. Verla tan tensa, comportándose torpemente me recordó a la Camila de diecisiete años que conocí y me hizo sonreír. Me acerqué por detrás y pude ver la batalla mental que tenía por encontrar una buena película, así que decidí ayudarla.

-Esta parece buena. -dije tomando una película entre mis manos. -Salen buenos actores.

-¿Quieres ver esa? Bien, entonces veremos esa, si, esa. -guardó desordenadamente las películas en el cajón y puse una mano en su hombro, haciendo que ella se sobresaltara.

-Cálmate, Camz. -le sonreí y ella me dio una media sonrisa. -¿Que te pasa?

-Na...Nada. -nos quedamos mirando y acaricié su mejilla para intentar calmarla. -¡Palomitas! Voy a hacer palomitas. -se apartó de mi y fue directa a la cocina. 

Bufé y me enterré en el sofá. Camila estaba siendo extremadamente rara, vale que estábamos solas sin sexo de por medio pero, tampoco era para ponerse como una loca. Aunque se veía tan tierna así, encima iba con su pijama y sus pantuflas... Suficiente, Lauren, los sentimientos no están permitidos aquí.

Minutos más tarde salía con un bol lleno de palomitas y dos refrescos. Un poco más y aprendía a hacer malabares. Me reí por lo bajo mientras le ayudaba a cargar con las cosas. Pude ver como se sonrojó cuando mi mano rozó la suya al coger un refresco. Nos sentamos en el sofá una al lado de la otra y empezamos a ver la película. Al principio su pierna bailaba de arriba a abajo, pero poco a poco se fue tranquilizando. 

Había pasado por lo menos una hora. Camila parecía muy concentrada en la película, pero yo la encontraba bastante aburrida, así que era hora de divertirse. Ella estaba tumbada con las piernas en mi regazo, así que cogí una palomita disimuladamente y se la tire a la cara. Camila se sobresaltó al instante, pero al ver que era una palomita me miró desafiante y yo reí.

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