Capitulo 26: Yo no me pongo celosa

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Narra Camila

Tres días habían pasado. Tres eternos y asquerosos días sin ella, sin ni siquiera saber de ella. Quería llamarla, quería mensajearme con ella durante día y noche, pero mis miedos ganaban todo. Cada día me hartaba más de esquivar el amor... Dios, solo quería tenerla entre mis brazos y decirle que yo... Mierda Camila, ya basta.

-¡Mila mueve tu trasero y ayúdame a traer esto! -me sobresalté ante los gritos de Dinah. Me senté en su sofá ya que había estado tumbada y me aclaré un poco las ideas. Me dirigí a la cocina pero me detuve al verla hablando por teléfono. -...¿y tanto te costaba llamar? Bueno, vale. -hubo una pausa bastante larga. -¿¡Qué dices!? -Soltó una risa. -¿Que hacía ella allí? -después de muchos "ajá" volvió a hablar, riendo. -Bueno pues dile a Julia que echo mucho de menos sus gemidos en plena noche. -rió. -no, en serio dile que aprenda a controlar eso, era horrible. -silencio otra vez. -Vale, ya hablamos, no te lo pases muy bien con Julia. -dijo picaramente. -Adiós Lauren. -Ella colgó y mi corazón cayó en ese momento. ¿Lauren? Y en ese caso... ¿Quien demonios era Julia? Me quede ahí parada, estática. -¡Dios Mila me has asustado! -dijo después de girarse.

-Lo siento... -murmuré sin poder dejar de pensar en su conversación con Lauren.

-Ayúdame a llevar eso y vayamos al salón a comer. -pasó por mi lado, dejándome sola.

Tras unos segundos en mi mundo, reaccioné y llevé las cosas al salón. Comí con Dinah hablando de cosas banales, fingía escuchar cuando en mi cabeza solo había una cosa, Lauren. Quería ignorarlo, quería ignorar el nudo en la garganta que tenía desde que el nombre de Julia se menciono en la cocina, maldita sea...

No preguntes, no son celos. No preguntes, no te importa. No preguntes. No preguntes. No preguntes.

-... y bueno el otro día me lleve una sorpresa con...

-Dinah... -interrumpí sin mirarla. Me moría de vergüenza. -¿Quien es Julia?

-¿Eh? -la miré y me miraba divertida.

-Lo sabes... Solo dímelo. -dije molesta.

-Vaaaaaaya... Pues Julia es una amiga de Lauren, una muy muy muy buena amiga. -se burló. -¿por qué? ¿Celosa? -levantó una ceja sin quitar esa sonrisa estúpida de su cara.

-No, yo no me pongo celosa. -dije lo más indiferente que pude.

-Entonces, ¿por qué preguntas? -seguía riéndose de mí la muy...

-Porqué puedo y tenía curiosidad. -levanté los hombros.

-Ay, Mila, Mila, Mila, Camila, Milita, Camilita... -me palmeó la espalda. -Suerte que era solo sexo... -rió. -¿Quien se está enamorando de una jovencita de ojos verdes, eh, quien? -preguntó como si le hablara a un bebé.

-Nadie Dinah, deja de decir tonterías, por Dios. -contesté más molesta todavía.

-Bueno... Si eso quieres creer... -rió ella sola.

-Solo quería saber, no seas pesada.

-Claro, eso no eran celos, para nada... -no dejaba de reírse de mí.

-Que te den. -me levanté. -me voy de aquí.

-Ey, ey, ey. -se levantó detrás de mí. -No te enfades.

-Entonces, para.

-¿Por qué te molesta tanto? Solo estoy jugando... A parte...

-A parte nada. -interrumpí. -Ella no me gusta, solo para el sexo y deja el tema. -resopló y rodó los ojos.

-Vale, me callo. -y así fue.

Sé que me comporté muy antipática con Dinah, pero, ya tenía la cabeza hecha un desastre, solo faltaba ella. Más tarde le pedí perdón y ella me dijo que no me preocupara. Los días siguientes pasaron bastante lentos, no saber de Lauren, ni tenerla cerca ni nada, me estaba matando. Quería oír su rasposa voz y su risa de bebé, tenerla entre mis brazos y besarla... Sí, besarla y mucho.

Los celos me carcomían, seguía pensando en Julia... ¿Por qué Dinah tuvo que hablar de sus malditos gemidos? Estaba que me tiraba de los pelos, solo quería que Lauren llegara de su viaje y que retomáramos lo que Dinah nos hizo dejar a medias. Quería que con sus cariños me demostrase que todo seguía igual.

Y ese día llegó. El día de su llegada.

Estábamos todas en su casa, sentadas en el sofá y listas para recibirla. La verdad es que yo estaba algo nerviosa. Llevaba una falda de tubo que a penas me dejaba respirar, y eso me incomodaba todavía más. A veces echaba de menos mis pantalones viejos.

-Camila, ¿estas bien? -preguntó Normani.

-Sí, sí... Solo algo inquieta.

-¿Por qué?

-Tengo muchas cosas en la cabeza... Tonterías... -mentí.

-¿Segura? -asentí. -Está bien...

-¡Oh, por cierto! -exclamó Ally. -Lauren me llamó y me contó sobre su encuentro con Julia, ¿creeis que...? Bueno, eso. -gran ayuda Ally.

-Quien sabe, al fin y al cabo Lauren es libre, puede hacer lo que quiera. -contestó Dinah, lanzándome una mirada burlona.

-Chicas, cuando venga se lo preguntamos. -dijo Normani indiferente. - Además ya sabeis como es Lauren, sin ataduras.

-Pero Julia fue especial, nos la presento y todo. -parecía que ese día Ally no queria cerrar su bendita boca.

-Bueno -interrumpí, harta de comerme la cabeza con el tema. -¿esta noche salimos todas, al final?

-Mila, eso ni se pregunta. -aclaró Normani.

-Quizá Lauren llegue cansada, por eso preguntaba. -mentí.

-Pues la arrastramos de los pelos. -contestó Dinah y todas reímos.

Se escuchó la puerta abrirse, y mi corazón se disparó. Ya había llegado mi pesadilla favorita.

-¡Chicas! -exclamó feliz cuando nos vio.

Madre mía, estaba tan preciosa. Y con su sonrisa de oreja a oreja, se veía tan feliz, y yo solo rezaba para que no fuera por Julia.

Mientras las chicas la abrazaban, ella me miró algunas veces regalandome una tierna sonrisa, sacándome una tímida a mí. Momentos más tarde, se acercó para envolverme en un abrazo también, embriagandome de su perfecto aroma, la había echado mucho de menos.

-Hola Camz. -susurró en mi oido, todavía abrazandome.

-Hola... -contesté algo timida. El corazón me iba a mil. Lauren hacía mágia en mí.

Me soltó del abrazo y me miró con una sonrisita. Pude notar que sus mejillas estaban algo coloradas y me derretí en aquel momento.

-Bueno Laur, tienes que saber que esta noche hay fiesta. Sin peros. -interrumpió Dinah.

-Pero... -se quejó Lauren.

-¿Qué he dicho? Sin peros. -devolvió con un tono de falsa autoridad. Lauren rió negando con la cabeza.

-Esta bien, pero me lo tomare con calma, la verdad estoy algo cansada.

-¿Cansada de qué? ¿De zampar la comida de tu madre, y pasarte las tardes en el sofá mirando peliculas con tu familia? -dijo Normani sarcásticamente, arrancándonos una risa a todas.

-Estúpida. -contestó Lauren todavía riendo.

-Ah, tienes algo que contarme Lauren, tu y yo hablaremos luego. -Dinah le guiñó a Lauren y esta se sonrojó con una timida sonrisa.

¿Que habia sido eso? Una oleada de... ¿celos? Se apoderó de mí. Sentía rabia e impotencia. Sabía que se referian a Julia, y encima Lauren se sonrojó de ese modo y yo sentí que perdía el norte. Quizá Ally tenía razón, y esa chica fue verdaderamente especial. ¿Por qué hacia esto? ¿Tan poco significo para ella el último día que estuvimos juntas? Esos besos que nos dimos y esas miradas cargadas de complicidad... ¿A caso solo lo sentí yo? Estaba frustrada con Lauren, me sentía como si me hubieran clavado una daga en el corazón. ¿La estaba perdiendo?
















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