Capítulo 46: Una Reunión Familiar

5 0 1
                                    

El día amaneció con un cielo despejado, pero el ambiente estaba cargado de tensión y expectativas. Izuku y Artemisa, tras reclutar a Nix y formar un grupo formidable, decidieron que era el momento de dirigirse a los dominios de Hestia, la diosa del hogar y la familia, para pedir su apoyo en la inminente lucha del Ragnarok. Sabían que Hestia no solo era una deidad poderosa, sino que también representaba valores fundamentales de unión y amor familiar.

La Sede de Hestia

Los dominios de Hestia eran un lugar sagrado, un hogar donde la calidez y la luz siempre brillaban, independientemente del clima exterior. La arquitectura era un reflejo de su esencia: cálidos tonos de dorado y madera, con columnas esculpidas que contaban historias de las familias que habían encontrado refugio en su presencia. Al acercarse a la entrada, Izuku y Artemisa sintieron una sensación de paz y seguridad, como si estuvieran regresando a un lugar donde pertenecían.

Izuku tocó la puerta con suavidad, y en un instante, esta se abrió con un suave chirrido. Allí, en el umbral, se encontraba Hestia. Su presencia irradiaba una luz suave, casi reconfortante. Tenía el cabello castaño oscuro, suelto y brillante, que caía sobre sus hombros, y sus ojos reflejaban la bondad y el amor que tenía por todos los seres vivos.

“Bienvenidos, mis queridos,” dijo Hestia con una sonrisa acogedora. “¿Qué los trae a mi hogar?”

La Solicitud de Ayuda

Izuku se adelantó, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. “Hestia, hemos venido a pedir tu ayuda. La humanidad se enfrenta a un gran peligro con el Ragnarok, y necesitamos tu apoyo. Tu presencia en la batalla podría cambiar el rumbo del destino.”

Hestia los observó con una mirada comprensiva. “Entiendo la gravedad de la situación, pero antes de ofrecerte mi ayuda, debo poner a prueba tus creencias sobre la familia y lo que realmente significa para ti.”

Artemisa se tensó, pero Izuku sintió que estaba preparado para cualquier desafío. Hestia era conocida por su enfoque en los lazos familiares, y sabía que debía demostrarle que valoraba esos vínculos por encima de todo.

La Prueba de Hestia

“Imagina un hogar,” comenzó Hestia, “un lugar donde la familia se une, se apoya y se cuida mutuamente. ¿Qué significa para ti un hogar, Izuku?”

Izuku reflexionó por un momento. “Un hogar es más que un lugar físico. Es donde uno se siente seguro y amado. Es un espacio donde puedes ser tú mismo, donde cada miembro se preocupa por el bienestar del otro. Para mí, mi madre ha sido siempre mi hogar. Y ahora, con mis amigos y aliados, hemos formado una nueva familia.”

Hestia asintió, sus ojos brillando con interés. “Eso es hermoso, Izuku. Pero, ¿qué harías si tu hogar se viera amenazado? ¿Cómo defenderías a los que amas?”

La Visión de Izuku

“Haría lo que fuera necesario,” respondió Izuku con determinación. “Me enfrentaré a cualquier adversidad. No permitiré que el miedo o la oscuridad destruyan lo que hemos construido juntos. Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por aquellos que considero mi familia.”

Hestia sonrió, claramente satisfecha con su respuesta. “El amor y la devoción son fuerzas poderosas, Izuku. Has demostrado que comprendes el verdadero significado de la familia. Pero, ¿qué hay de Artemisa? Ella también debe ser parte de esta prueba.”

Artemisa, que había permanecido en silencio, dio un paso adelante. “Para mí, la familia es también el apoyo que brindamos a los demás. He aprendido a cuidar de los que me rodean, a proteger a aquellos que no pueden defenderse. Estoy lista para luchar por ellos y por los ideales que defendemos.”

La Historia de Hestia

“Tus palabras resuenan con la esencia de mi ser,” dijo Hestia, asintiendo. “Soy Hestia, la diosa del hogar y la familia, y siempre he creído que la verdadera fuerza radica en los lazos que compartimos. En la mitología, se cuenta que fui la primera de los dioses, nacida de Cronos y Rea. A pesar de mi linaje, elegí no involucrarme en las luchas de poder que dividieron a los dioses. Mi deseo siempre ha sido ofrecer un refugio seguro a todos, un lugar donde puedan sentirse en paz.”

Mientras Hestia hablaba, Izuku y Artemisa escuchaban atentamente. La historia de Hestia era una lección de sabiduría y humildad. “A lo largo de los años, he visto cómo el amor y la unidad pueden vencer incluso a los desafíos más difíciles. Mi propósito es proteger esos lazos. Sin embargo, he tenido que alejarme de la lucha, porque mis habilidades se centran en la protección, no en la guerra.”

La Decisión de Hestia

“Pero el Ragnarok es un desafío diferente,” continuó Hestia, “y puede que no haya más refugio para las familias. Debo estar segura de que estás preparado para lo que esto implica, Izuku.”

“Lo estoy,” afirmó Izuku. “No solo por mí, sino por todos los que dependen de nosotros. Lucharé por ellos y por la unidad que representa la familia.”

Hestia sonrió de nuevo, su mirada llena de calidez. “Tu valentía y tu compromiso son admirables. Estoy lista para unirme a ti, pero ten en cuenta que la guerra traerá dolor y sacrificio. La familia no siempre es un lugar seguro, pero siempre estará en mi corazón. Protegeré a los que necesitan refugio, y lucharé a tu lado.”

La Fuerza de la Unión

Con una profunda sensación de alivio y gratitud, Izuku y Artemisa se sintieron más fuertes al saber que Hestia se unía a su causa. La luz de la diosa del hogar les otorgó una nueva perspectiva sobre la batalla que se avecinaba. La unión de sus fuerzas simbolizaba no solo una alianza en la lucha, sino también la creación de una familia más amplia, unida por ideales y la protección de aquellos que amaban.

“Gracias, Hestia,” dijo Izuku, su voz llena de emoción. “Con tu ayuda, sé que podemos enfrentar lo que viene.”

Hestia asintió, su presencia irradiando confianza. “Nunca olvides el poder del amor y la unidad. Serán tus armas más poderosas en la batalla. Siempre estaré aquí, velando por ustedes y por aquellos a quienes protegen.”

Un Nuevo Comienzo

Con la promesa de Hestia resonando en sus corazones, Izuku y Artemisa abandonaron los dominios de la diosa, sintiéndose más esperanzados que nunca. La unión de su grupo se fortalecía con cada nueva adición, y juntos estaban listos para enfrentar el desafío del Ragnarok, sabiendo que su familia, ampliada por la bondad de Hestia, les proporcionaría la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. La lucha por la humanidad estaba a punto de comenzar, y con cada paso que daban, se acercaban más a su destino.

El Dios del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora