Capítulo 56: "Bajo la Luz Celestial"

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El cielo estaba en calma, el aire impregnado de una energía luminosa que parecía vibrar alrededor de ellos. Gabriel, la arcángel de la luz celestial, se había comprometido a entrenar a Izuku, y ambos se encontraban en una vasta pradera dorada, rodeados por un paisaje que brillaba con la esencia del cielo. A medida que el sol se elevaba, el ambiente se tornaba aún más mágico, reflejando la esencia de su entrenamiento.

Propuesta de Entrenamiento

Gabriel, con su armadura brillante y sus alas iridiscentes, se acercó a Izuku. Su mirada era intensa, pero también había en ella una calidez que resultaba reconfortante.

—Izuku, entiendo que desees luchar por la humanidad, pero para hacerlo, necesitas fortalecer tus habilidades. Quiero enseñarte los secretos de la luz celestial —propuso Gabriel, su voz resonando como un eco en la pradera.

Izuku asintió, sintiendo una mezcla de emoción y responsabilidad. La perspectiva de aprender de una entidad tan poderosa era abrumadora, pero también un gran honor.

—Estoy listo, Gabriel. Haré todo lo posible para absorber lo que me enseñes —respondió, su determinación palpable.

Comenzando el Entrenamiento

Gabriel sonrió, una luz cálida brillando en sus ojos.

—Muy bien. El primer paso es entender que la luz no solo es un poder, sino también un concepto. La luz celestial representa la claridad, la verdad y la protección. Debes aprender a invocar esas cualidades dentro de ti —dijo mientras extendía su mano, creando una esfera de luz brillante que flotaba entre ellos.

Izuku observó con atención la esfera, notando cómo pulsaba con energía pura.

—Para empezar, concéntrate en la luz que hay dentro de ti. La luz solar que ya controlas, combínala con la esencia de la luz celestial. Conéctate con tu interior, y permite que la luz fluya a través de ti.

La Conexión Creciente

Izuku cerró los ojos y respiró profundamente, sintiendo su energía solar resonar en su interior. Se imaginó como un conducto de luz, permitiendo que la brillante esfera de Gabriel se fusionara con su esencia. En su mente, visualizó un torrente de luz dorada que brotaba de su ser, fluyendo con la energía celestial.

Gabriel observó, notando el esfuerzo que Izuku ponía en su entrenamiento. Su conexión con él crecía, y una fascinación emergía en su corazón. Había algo especial en él, una chispa que brillaba intensamente incluso en la oscuridad.

—Excelente, Izuku. Ahora, quiero que intentes crear tu propia esfera de luz celestial —indicó Gabriel, su voz llena de aliento.

Izuku, con el corazón palpitante, extendió su mano y se concentró. Con un esfuerzo concentrado, una esfera brillante comenzó a formarse en su palma. La luz pulsaba en diferentes tonalidades, reflejando tanto su energía solar como la influencia celestial de Gabriel.

—Lo lograste. Ahora, debes aprender a utilizar esa luz —dijo Gabriel, admirando el esfuerzo de Izuku.

Las Siete Técnicas de la Luz Celestial

A lo largo de su entrenamiento, Gabriel le enseñó siete técnicas fundamentales relacionadas con la luz celestial:

1. Esfera Radiante: La capacidad de crear esferas de luz que pueden ser utilizadas tanto para atacar como para proteger.

2. Luz Sanadora: Una técnica que permite canalizar energía celestial para curar heridas, purificando el cuerpo y el espíritu.

3. Destello Cegador: Un ataque que emite una luz intensa capaz de deslumbrar y desorientar a los enemigos.

4. Escudo de Luz: Una barrera que refleja ataques y proporciona protección a los aliados cercanos.

5. Rayo de la Verdad: Un rayo concentrado de luz que atraviesa las sombras, revelando la verdad y desvelando ilusiones.

6. Cálido Abrazo: Un aura de luz que otorga a los aliados una mayor resistencia y fortaleza durante la batalla.

7. Luz Purificadora: Una técnica avanzada que elimina la oscuridad y la corrupción, sanando el entorno y restaurando la armonía.

Fortaleciendo el Vínculo

A medida que Izuku practicaba cada técnica, la conexión entre él y Gabriel se volvía más profunda. Había momentos en que Gabriel lo guiaba con paciencia, mientras que en otros, se reía al ver los intentos torpes de Izuku. La atmósfera se tornaba cada vez más cercana, transformando la relación maestro-alumno en una amistad basada en el respeto mutuo.

—Eres un aprendiz excepcional, Izuku. No solo has absorbido las técnicas, sino que también has hecho de ellas algo tuyo. Tu luz brilla con una autenticidad que muchos dioses envidiarían —dijo Gabriel, sonriendo con aprecio.

—Gracias, Gabriel. Esto significa mucho para mí. Siento que cada técnica que aprendo me acerca más a lo que quiero lograr —respondió Izuku, su voz llena de gratitud.

Refuerzo de Compromisos

Mientras la tarde avanzaba y el cielo comenzaba a teñirse de naranja y rosa, Gabriel se detuvo un momento para reflexionar.

—Izuku, quiero que sepas que mi decisión de unirme a ti en la lucha por la humanidad ha crecido con cada momento que hemos compartido. Tu luz es inspiradora, y me siento afortunada de poder luchar a tu lado.

—Gracias, Gabriel. Saber que estás a mi lado me da una gran fortaleza. No solo luchamos por los humanos, sino por un futuro mejor, donde todos puedan coexistir en paz —respondió Izuku, sintiendo el peso de su compromiso.

Cierre del Entrenamiento

Con el sol ocultándose en el horizonte, Izuku y Gabriel finalizaron su entrenamiento por el día. Aunque agotados, ambos se sentían revitalizados por el vínculo que estaban forjando. Mientras se dirigían hacia un claro iluminado por las estrellas, Izuku miró a Gabriel y, con una sonrisa en su rostro, dijo:

—No puedo esperar a ver cómo usaremos estas técnicas en la batalla.

Gabriel le devolvió la sonrisa, sus ojos brillando con un destello de luz celestial.

—Y yo tampoco, Izuku. Juntos, llevaremos la luz a la oscuridad y lucharemos con todo lo que somos.

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