Capítulo 49: La Convocatoria de Freya

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En el Camino a Asgard

Después de reclutar a Morrigan, Izuku Midoriya y Artemisa sintieron un renovado sentido de propósito. Sabían que el Ragnarok requería un arsenal divino, y la diosa Freya, con su poder sobre el amor y la guerra, sería una adición invaluable a su equipo. Con su corazón decidido, se dirigieron a Asgard, el hogar de los dioses nórdicos. El viaje no fue sencillo; atravesaron tierras y mares, donde la historia de los dioses se contaba a través de cada susurro del viento.

La Mitología de Freya

Freya es una de las deidades más poderosas y veneradas de la mitología nórdica. Conocida como la diosa del amor, la belleza y la guerra, Freya encarna la dualidad de la vida. A menudo se la representa como una guerrera feroz, capaz de liderar a los valientes en la batalla, y también como una figura de ternura y compasión. Su nombre significa "señora", lo que denota su estatus elevado entre los dioses y las diosas.

Una de las características más fascinantes de Freya es su conexión con los gatos. Se dice que viaja en un carro tirado por estos animales, simbolizando la independencia y la fuerza femenina. Además, Freya tiene la habilidad de practicar la magia, específicamente el seidr, un tipo de magia que puede influir en el destino y la realidad. Se considera que es una de las primeras en dominar esta práctica, lo que la convierte en una figura enigmática y poderosa en el panteón nórdico.

Freya también tiene un vínculo especial con los muertos; se dice que elige a la mitad de los guerreros caídos en la batalla para llevarlos a su hogar en Folkvangr, donde cuida de ellos hasta el Ragnarok. Esta conexión con la vida y la muerte la posiciona como una figura clave en el equilibrio entre estos dos estados.

El Viaje a Folkvangr

Al llegar a la entrada de Folkvangr, Izuku y Artemisa sintieron la presencia de una energía palpable en el aire. Era un lugar de belleza indescriptible, lleno de flores y árboles que parecían susurrar secretos de tiempos antiguos. El cielo estaba pintado con tonos de oro y púrpura, como si la propia Freya estuviera dando la bienvenida a sus visitantes.

“Debemos encontrarla,” dijo Artemisa, observando a su alrededor. “Freya es conocida por su conexión con los que han caído en batalla. Aquí, su presencia debería ser fuerte.”

Mientras avanzaban, se sintieron atraídos por una cabaña adornada con símbolos de guerra y amor, que parecía emanar calidez y poder. Al acercarse, la puerta se abrió de par en par, revelando un interior acogedor y luminoso. En el centro de la habitación, Freya los esperaba, su presencia radiando una majestuosidad que hizo que el aire se llenara de anticipación.

La Primera Impresión

Freya tenía una belleza que era casi sobrenatural. Su cabello dorado caía en ondas suaves sobre sus hombros, y sus ojos azules destilaban sabiduría y compasión. Vestía una túnica de tonos claros, adornada con símbolos nórdicos, y a su lado había un par de gatos que la miraban con admiración.

“Bienvenidos, viajantes. He sentido su llegada,” dijo Freya, su voz suave y melodiosa. “¿Qué les trae a mis dominios?”

Izuku, sintiendo la presión de la mirada de la diosa, dio un paso adelante. “Freya, venimos en busca de tu ayuda. El Ragnarok se acerca, y la humanidad necesita a los dioses que se levanten para luchar a su lado.”

Freya lo miró con curiosidad. “¿Y qué hace que piensen que la humanidad merece mi intervención? He observado su historia, llena de conflictos y ambiciones. ¿Por qué deberían contar con mi apoyo?”

El Mensaje de la Esperanza

Artemisa tomó la palabra, su voz firme pero llena de respeto. “No se trata solo de la lucha; se trata de proteger lo que amamos. La humanidad ha demostrado ser capaz de grandes sacrificios, y necesitamos a alguien con tu poder y compasión para guiarnos en esta batalla.”

Izuku, decidido a conectar con Freya, comenzó a hablar de su propia historia. Narró sus luchas, sus amigos, y cómo cada uno de ellos había demostrado valentía y lealtad en los momentos más oscuros. “No solo estamos luchando por nosotros; luchamos por un futuro donde la vida y el amor puedan prevalecer sobre la oscuridad. Tu apoyo podría cambiar el destino de nuestra lucha.”

Freya escuchó atentamente, sus ojos fijos en Izuku. A medida que hablaba, notó la sinceridad en su voz y la pasión que emanaba de él. Era un sentimiento que resonaba con su propia esencia, la búsqueda de amor y valor en medio del caos.

La Historia de Freya

Conmovida, Freya decidió compartir parte de su propia historia. “He visto muchas guerras a lo largo de los siglos. He perdido a aquellos que amaba, y he llorado por los caídos en la batalla. Sin embargo, también he visto la esperanza florecer en los corazones de los hombres y las mujeres. En cada batalla, hay quienes luchan no solo por sí mismos, sino por aquellos que los rodean.”

Sus palabras eran un eco de la experiencia vivida; cada victoria y cada derrota pesaban en su corazón. “La guerra es un ciclo sin fin. Pero, incluso en medio de la destrucción, hay belleza en el sacrificio. A veces, son esos actos de amor los que definen la humanidad.”

La Prueba de Freya

A pesar de la conexión que sentía, Freya no estaba lista para comprometerse. “Si desean mi apoyo, tendrán que demostrar que son dignos de ello. Enfréntenme en combate. Solo a través de la lucha podré ver su verdadero valor.”

Izuku y Artemisa se miraron, comprendiendo que este era un momento crucial. Sin dudarlo, aceptaron el desafío. Sabían que este combate no solo era una prueba de fuerza, sino también una oportunidad para mostrar su valentía y determinación.

El Duelo de Poderes

La batalla comenzó con una ráfaga de energía. Freya, con la gracia de una guerrera, se lanzó hacia adelante, sus movimientos fluidos como el agua. Izuku, sintiendo el poder de la diosa, canalizó toda su energía en sus ataques, esquivando con destreza cada uno de sus golpes.

Freya utilizó su magia de seidr, invocando la naturaleza a su alrededor. Los vientos soplaron con fuerza, y la tierra tembló bajo sus pies. Las flores del campo se levantaron como un ejército, lanzándose hacia Izuku en un ataque sorpresivo. Sin embargo, Izuku, con su aguda percepción y rapidez, esquivó y contraatacó, mostrando una habilidad y determinación que sorprendieron a Freya.

Mientras la batalla se intensificaba, ambos luchadores se encontraron en un punto de impasse, rodeados de luz y sombras. La energía de sus poderes se entrelazaba en el aire, creando una atmósfera electrizante que resonaba con la historia de innumerables guerreros.

El Momento Decisivo

A medida que la lucha avanzaba, Izuku se dio cuenta de que no solo se trataba de ganar o perder, sino de establecer una conexión más profunda. En un instante de claridad, se detuvo, alzando la mano en señal de tregua. “Freya, esto no es solo un combate. Es una oportunidad para demostrar que el amor y la valentía pueden surgir incluso en los momentos más oscuros.”

Freya, sorprendida por su sinceridad, hizo una pausa. “¿Ves la guerra de esta manera? ¿Como un acto de amor?”

Izuku asintió, sus ojos fijos en ella. “La lucha no es solo por poder; es por proteger a aquellos que amamos. Lo que buscamos no es solo victoria, sino un futuro donde el amor prevalezca.”

La Decisión de Freya

Movida por la profundidad de sus palabras, Freya sintió que una chispa de comprensión iluminaba su corazón. “Tal vez la humanidad aún tenga esperanza. Has demostrado no solo habilidad, sino un entendimiento del sacrificio y del amor que se encuentra en la lucha.”

Con una sonrisa, Freya dio un paso adelante, extendiendo su mano hacia Izuku. “Acepto tu propuesta. Lucharé a tu lado en el Ragnarok. Juntos, seremos un faro de esperanza en medio de la oscuridad.”

La Unión de Fuerzas

Con el acuerdo de Freya, la satisfacción llenó el corazón de Izuku y Artemisa. Sabían que su equipo estaba cada vez más fuerte, con la inclusión de una diosa que poseía la capacidad de cambiar el rumbo de la guerra. La unión de sus poderes traería un nuevo sentido de esperanza y determinación en la lucha por la humanidad.

“Gracias, Freya. Juntos, enfrentaremos lo que venga,” dijo Izuku, sintiendo la fortaleza de su nuevo aliado.

Mientras se preparaban para regresar, Freya sonrió, sabiendo que el futuro sería un campo de batalla, pero también un lugar donde el amor y la valentía florecerían en medio del caos.

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