Capítulo 65: "El Rugido de las Diosas"

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La cuarta ronda del Ragnarok ha llegado, y el campo de batalla es un desierto de dunas doradas bajo un cielo rojo ardiente, adaptado para el enfrentamiento entre dos deidades guerreras de renombre: Inanna, la diosa sumeria de la guerra y el amor, y Sejmet, la diosa egipcia de la guerra y la protección. La tensión crece en la arena mientras Heimdall, narrador del Ragnarok, anuncia los nombres de ambas contendientes, cuya simple presencia proyecta una fuerza abrumadora.

Introducción a las guerreras:

Desde el lado de la humanidad, emerge Inanna, una figura imponente y majestuosa con una armadura dorada adornada con símbolos de la antigua Mesopotamia. Su cabello largo y oscuro ondea en el viento, y sus ojos destellan con una mezcla de pasión y furia. Con cada paso que da hacia la arena, la tierra tiembla ligeramente. Inanna representa el fuego y la valentía de la humanidad, una guerrera decidida a proteger a los mortales y su libertad de los juicios de los dioses.

Desde el lado opuesto, avanza Sejmet, irradiando una ferocidad ancestral. Con su melena de leona, su armadura oscura y adornada en oro, la diosa egipcia parece una encarnación de la furia y el poder. Su mirada, intensa y fría, observa a Inanna con desdén. A su alrededor, una poderosa aura de calor eleva la temperatura de la arena, mientras su presencia recuerda el sol abrasador del desierto.

Heimdall, con voz potente y solemne, introduce a las dos guerreras:
"Inanna, diosa de la guerra y el amor, protectora y soberana de la humanidad. Su pasión es tan imparable como las tempestades, su valentía tan feroz como sus amores."
"Sejmet, la destructora, guardiana de Egipto, con el ardor del sol y la ira de la venganza. Su rugido es fuego y su fuerza, imparable."

Inicio del combate:

La arena se transforma en un campo de caos cuando ambas se lanzan al ataque. Inanna levanta su lanza dorada y provoca una poderosa tormenta de arena que oscurece el horizonte y reduce la visibilidad. Dentro de la tempestad, Inanna ataca con una serie de estocadas rápidas, tratando de romper las defensas de Sejmet. La diosa egipcia, sin embargo, despliega su escudo y repele los ataques con precisión. Sus ojos brillan de un rojo intenso, y responde a la embestida de Inanna con un golpe de su lanza, cubierto de llamas solares, que atraviesa la tormenta de arena y empuja a Inanna hacia atrás.

Inanna, recuperándose rápidamente, sonríe con desafío, y de un movimiento convoca un relámpago que se descarga desde el cielo sobre Sejmet. Este rayo impacta el suelo a centímetros de Sejmet, quien apenas logra esquivarlo, mientras su escudo emite chispas al protegerla del impacto. Sin perder tiempo, Sejmet contraataca y carga hacia Inanna en un salto felino, sus garras envueltas en un aura ardiente que alcanza la piel de Inanna, provocándole quemaduras visibles.

Habilidades y poderes en combate:

Sejmet demuestra su dominio del fuego y la ira con un rugido ensordecedor que parece encender la arena a su alrededor. Una ráfaga de calor estalla desde su cuerpo, creando un círculo de llamas que rodea a Inanna, atrapándola. La diosa sumeria, sin embargo, se mantiene firme y, con un movimiento preciso de su lanza, invoca una ráfaga de viento que sofoca parte de las llamas y le permite escapar del cerco de fuego.

A medida que la batalla avanza, Inanna despliega una técnica especial llamada “Tormenta de Sumeria,” en la que lanza proyectiles de energía pura en todas direcciones, como si fueran relámpagos que se desatan desde su lanza. Sejmet recibe algunos impactos, pero los soporta con una expresión imperturbable, dejando en claro que su resistencia es tan formidable como su fuerza.

Un enfrentamiento de ideologías:

Durante una breve pausa en la batalla, ambas deidades intercambian palabras cargadas de significado y de orgullo. Sejmet observa a Inanna con una mirada de desprecio y le dice: “Humanidad… son débiles y temerosos. No merecen compasión, sino purga. Sólo los fuertes deben sobrevivir.” Su voz es fría y devastadora, como un eco de sus propias creencias sobre la justicia divina.

Inanna, manteniendo su postura, responde: “La humanidad puede ser frágil, pero también es capaz de amar, crear y superar. No entiendes el verdadero significado del poder; no se trata de destruir, sino de proteger.” Con estas palabras, carga nuevamente hacia Sejmet, quien recibe el impacto de lleno, y el choque de sus energías provoca una explosión que lanza partículas de arena al aire, creando una tormenta alrededor de las dos guerreras.

El clímax de la batalla:

Inanna, exhausta pero decidida, usa sus últimas reservas para liberar un último ataque devastador. Levantando su lanza hacia el cielo, canaliza el poder de los antiguos reyes de Mesopotamia y crea un ciclón de arena que se arremolina a su alrededor, mezclándose con electricidad y energía pura. “¡Por la humanidad!” grita, y lanza el ciclón directamente hacia Sejmet, quien apenas tiene tiempo de levantar su escudo.

El ataque impacta de lleno, y por primera vez, Sejmet cae de rodillas, cubierta de heridas y respirando con dificultad. Sin embargo, la diosa egipcia no está dispuesta a perder. Con una última demostración de su poder, Sejmet se levanta, y sus ojos brillan con un fuego inextinguible. Canalizando la furia del sol, desata una ola de fuego que rodea a Inanna, cubriéndola de llamas incandescentes. Inanna, debilitada y sin defensas, cae al suelo, su cuerpo consumido por el fuego de Sejmet.

Final del combate:

Mientras las llamas se apagan y el polvo se asienta, Heimdall declara solemnemente el fin de la cuarta ronda, con Sejmet como la vencedora. A pesar de la victoria, la diosa egipcia muestra signos de agotamiento extremo y heridas visibles; el combate le ha dejado secuelas profundas.

La multitud observa en silencio, asombrada y conmovida por el sacrificio de Inanna. En el lado de la humanidad, Izuku cierra los ojos con tristeza, sintiendo la pérdida de una aliada leal. En el lado de los dioses, incluso Zeus muestra una expresión sombría, reconociendo el honor y la valentía de una guerrera caída.

Especificaciones del combate:

Duración del combate: 56 minutos.

Técnica final de Inanna: Tormenta de Sumeria.

Ganador del combate: Sejmet, aunque gravemente herida.

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