S|| "Cuida tus espaldas Bill, porque en el espacio que dejaste, Tom y Hazel se acercaron más de lo que imaginabas, cambiando el curso de todo lo que creías seguro."
•Tom Kaulitz Fanfic
•La obra contiene lenguaje vulgar.
•Contenido +18.
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Hazel Beckett.
Estaba nerviosa, cuando ingrese de la mano de Tom, en la habitación de Bill. No sabía que tenía para decirme, pero quería escucharle. El morocho nos observa desde su sitio, con una mirada diferente a la que nos dedicó anteriormente. Lucia pacifico.
─Hazel.─ murmura, soltando un pequeño quejido al reincorporarse en la camilla. Tom apretó nuestro agarre, y pude sentir como su cuerpo se tensaba. ─Tom.─ hace un movimiento con su cabeza. Muerdo el interior de mi mejilla, angustiada por la situación. Bill hace una pequeñia mueca, y traga saliva. ─Sé que deben odiarme─ murmura, y Tom deja salir un resoplido. Bill lo mira. ─Tú más que nadie, debes odiarme.─ Le dice, con voz baja. ─Todo lo que te hice, todo lo que les cause...─ su voz se entre corta, y se toma unos segundos para recuperarse. ─No sé en qué momento me deje llevar por la ira que sentía de verlos juntos.─ agacha su cabeza. Respiro con dificultad.
─Si lo que intentas es borrar todo con un estúpido perdón, estas equivocado.─ gruñe Tom a mi lado.
─Tom yo...─
─¡No!─ exclama, soltándose de mi mano. ─Aunque tus disculpas fueran sinceras yo no podría perdonarte.─
─Tom, por favor...─
─¡¿Por favor qué?!─ me interrumpe. ─¿No estarás pensando en perdonarlo o si?─ Me observa con enojo. ─Después de todo lo que su estupidez causo, ¿Estarías dispuesta a perdonárselo?─ Me cuestiona, y sé perfectamente a lo que se refiere.
─Tom, por favor, tranquilízate y baja la voz.─ le pido, recordándole que estábamos en un hospital.
─¡¿Que me tranquilice?!─ espeta ofendido. ─¡Casi muero por su maldita culpa!─ Brama, señalándolo. ─Todo lo malo que nos paso fue por su maldita culpa.─ lo acusa, salido de quicio.
─Y quiero hacer algo para remediarlo.─ replica Bill, con esfuerzos. Tom rie. ─Gustav me ha ofrecido ayuda y estoy dispuesto a aceptarla.─
─La ayuda llego demasiado tarde─ masculla Tom
─Tom, déjalo hablar, o espera afuera─ espeto con molestia, sintiéndome un poco mal porque quizá iba a creer que estaba del lado de Bill, cuando no era así. Yo simplemente quería escucharlo, sin que fuera interrumpido.
─No pienso dejarte a solas con este idiota─ murmura tensando su mandíbula. Entrecierro mis ojos.
─Entonces por favor, solo mantente en silencio─ Le pido con más calma, tomando su mano. Asiente, sin sentirse convencido. Le regalo una sonrisa de agradecimiento y me giro hacia el morocho. ─Me alegra que vayas a recibir ayuda─ le digo, con sinceridad. Sonríe y asiente.
