Capítulo 7:Verdades y mentiras.

114K 13.2K 1.9K
                                    

(Alison)

—Bien chicos, es todo por hoy. Nos vemos la siguiente clase.

—¿Alison?

La voz de Gwen me regresó a la Tierra. Estaba moviendo una mano frente a mi rostro.

—¿Sí?

—Dios Alison, ¿En qué demonios estás pensando? Perdiste toda la clase—.Se recargó en mi mesa y me escudriñó con sus ojos aceituna.

—¿Ah sí? ¿Lo hice?— Respondí vagamente, guardando mis libros.

—Así es. Ni siquiera recibí mi abrazo diario. No te he visto en dos días idiota, deberías estar encima de mí justo ahora.

—Lo siento.—Dije encaminándome junto a ella a la salida-. Estaba pensando.

—Wooow, no sabía que pudieras pensar—. Víctor apareció de pronto a nuestro lado, causándome un dolor cerebral con su camiseta naranja fosforescente.

—Cierra la boca imbécil, no puedes pensar. Te da una hemorragia.

Ah, Gwendolyn, la reina de todas las cosas con tacto y la sutileza.

—Alison estaba pensando en un chico. ¿No Ali?— Me lanzó una mirada sagaz y yo la maldije mentalmente.

¿CÓMO LO SABÍA? Ella me asustaba. Algunas veces.

—No, claro que no. —La contradije inmediatamente y ese fue un error —. Estaba pensando en la tarea de la doctora Flint.

Y como la persona perspicaz y astuta que ella era, no me creyó.

Ni siquiera yo lo hacía. Las interrogantes hervían en mi cabeza y cada vez que parecía que había encontrado una respuesta, al final resultaba ser vaga e infundada, lo que generaba más preguntas.

—Con que un macho, ¿Eh? ¿Quién?—Víctor me dio un golpecito con el codo y yo quise que la tierra me tragara.

—Gwen sólo está diciendo estupideces porque no tiene nada mejor qué hacer.

—¡Claro que tengo mejores cosas qué hacer!—Saltó mi amiga enseguida, ofendida.

— ¿Enserio Sherlock? ¿Cómo qué?— La presionó el muchacho con una sonrisa divertida en los labios.

-Como hacer rituales Al-que-no-debe-ser-nombrado.

Víctor y yo nos echamos a reír ante tales tonterías. Ambos tenían ese efecto en mí: podían mejorar incluso el más deprimente de mis días y estaba eternamente agradecida con ellos por eso. Aún cuando su presencia no me distraía lo suficiente del nudo que aparecía en mi estómago cada vez que el tema de Leo venía a flote en mi mente, hacían un gran trabajo.

—Al menos tengo una excusa de por qué no quiero verlos.—Argumentó la castaña—.No como cierta personita que conozco que sigue sin querer salir con nosotros los fines de semana.— Me miró con ojos acusadores e hice mi mejor esfuerzo por ignorarla.

—Es porque ya tengo planes los fines de semana.

—Quedarte tirada en el sofá viendo American Horror Story o Game of Thrones no son precisamente planes.—Intervino Víctor y por un momento me sentí mal por ocultarles algo tan grande a quienes me han confiado todo.

— No estuve en el sofá. Salí con Tamara. —Mentí.

— ¡Ah! Sales con ella, ¿Y a nosotros nos abandonas?—De nuevo apareció la Gwen ofendida, con un dedo recriminatorio y una mirada asesina. —Eso no es justo y lo sabes. No es...Espera. ¿Bebiste?

Me escrutó con la mirada y por un segundo estuve segura de que ella podía ver hasta lo más recóndito de mi alma.

—Err... ¿Sí?— Por favor Dios, que no note que le estoy mintiendo.

—¡Qué carajos te pasa mujer!—Acotó mi amigo sobresaltado de pronto—.¡Sabes lo que pasa cuando bebes!

Yo los miré incrédula. Podía ser que en eso tuvieran razón. Me habían visto ebria algunas veces (principalmente en días escolares), y si exceptuábamos el hecho de que cantaba a todo pulmón letras de Christina Perri y peleaba con quien tuviera enfrente, era bastante normal.

—No te preocupes-traté de tranquilizarlo—.Estaba segura en el bar.

—¿A quién le importa tu seguridad?—Gwen me miró asustada—. Estoy preocupada por la seguridad de los demás. Con esos ataques de Mike Tyson que tienes, pudiste haber herido a alguien.

—Ella tiene razón. —Apoyó él señalándola.

Y mientras ellos me hacían reír, me olvidé por un momento del nudo que tenía dentro de mi estómago y de esa incómoda sensación que llevaba asentada en mi pecho desde la última vez que vi al hombre de ojos penetrantes y rostro anguloso.

En el fin de semana siguiente me acostumbré a retomar mi rutina de siempre, dejando entrar a hombres de todo tipo: altos, bajos, crueles, rígidos, impotentes sin remedio e insípidos.

Me encontré a mi misma comparándolos con Leo y sumergiéndome en mis cavilaciones mientras era tomada por diferentes hombres de diferente manera y tenía que admitir que me escocía un poco el haber perdido a tan buen cliente y a semejante dios del sexo.

Este negocio era así. Los veías una sola vez en tu vida y no sabías de ellos nunca más, y él había sido una peculiaridad, una alteración momentánea en el sistema.

Y definitivamente no me arrepentía de haber roto la regla de oro si él había sido la causa.

¡Hey! ¿Qué tal? Lo sé, lo sé, no ha habido interacción pero ya, no me maten porqueeee habrá capítulo doble 🌚 Y en ese sí habrá lo que quieren 😏 Gracias a anapaulaojedacoronel (ella sabe por qué) y a todos aquellos los que votan y comentan; también a todos los lectores fantasma que me harían muy muy feliz si votaran o comentaran.
Ya saben, entre más votos más rápido actualizo 😌.
Nos vemos pronto 💕.
KayurkaR.

Jade [+18] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora