Capítulo 18: Viaje en carretera.

130K 11.6K 15.8K
                                    




(Leo)

Había estado teniendo una semana difícil. Estaba tan estresado con el trabajo que mis hombros y espalda comenzaban a doler. Apenas había logrado conciliar el sueño por unas pocas horas, demasiado preocupado con lo que aún no se había hecho.

¿Qué otra cosa podría hacer un hombre en mi lugar para liberar estrés?

La respuesta era obvia, pero incluso en ese momento me resultaba imposible relajarme como era debido.

La madre naturaleza era una perra.

Y yo no contaba con el tiempo y el ánimo suficientes para salir a buscar a alguien que pudiera reemplazarla al menos en estos días.

Era la primera vez que accedía a un acuerdo de este tipo, por lo que era completamente nuevo en ello. Había estado en clubes nudistas con amigos muchas veces y la mayor parte de mi vida sexual se basaba en acostones de una sola noche. Sin embargo, no era lo mismo que literalmente pagarle a alguien para que tuviera sexo sólo conmigo.

Lo veía como algo bastante jodido de hecho, cómo una persona de buena gana se rentaba a sí misma unas cuantas horas por unos miles de billetes; cómo le mostraba afecto a un extraño tan a la ligera. Pero yo no era nadie para juzgar—especialmente cuando yo había hecho un arreglo para tener esos servicios todo el tiempo a mi disposición—. Sólo necesitaba abrir mi mente un poco y verlo como un negocio. Jade era profesional, igual que yo, sólo que en un campo diferente.

Y vaya que era profesional.

Me propuse revisar unos cuantos contratos y justo cuando me disponía a comenzar con el trabajo, el idiota hizo su gloriosa entrada en mi oficina. De tan sólo verlo me sentí irritado.

— ¡Buenos días alegría!—saludó con excesivo entusiasmo abriendo los brazos, como si fuera el mejor puto día de su vida.

Como la base de toda buena amistad, lo mandé al carajo en el instante en que abrió la boca y él se sentó cómodamente en mis sillas de cuero, colocando sus gigantescos y repugnantes pies en mi escritorio de madera.

Joe realmente necesitaba mejorar su sentido de la jerarquización y el respeto hacia sus superiores.

Era un imbécil que la mayor parte del tiempo me hacía dudar de su salud cognitiva. Casi siempre había tenido la sensación de que padecía algún tipo de retraso.

—Eso se ve aburrido como la mierda—remarcó inclinándose más hacia mi escritorio.

—Al menos yo hago algo productivo, no soy un parásito.

Predeciblemente, él mordió el anzuelo.

— ¡Hey!—se quejó—YO también soy productivo.

—Respirar, comer, cagar y coger no es precisamente algo productivo—repuse sin despegar la vista del contrato que revisaba.

— ¡Es productivo! Me encargo de que en el mundo continúe mi irremplazable y asombrosa estirpe.

Bufé al borde de la carcajada.

—Me compadezco de Madison. Sigo pensando que no debió arrepentirse.

Joe me miró con los ojos entrecerrados, indignado.

—Estás celoso—dijo de pronto, en ese tono triunfal que tanto me molestaba—. Celoso porque yo sí tengo una novia y no soy un marica.

— ¿A quién llamas marica imbécil?—le dediqué una mirada fulminante antes de negar con la cabeza—.Después de que te acompañé en esa estúpida borrachera de mierda para evitar que terminaras atropellado como un perro, ¿así es como me agradeces?

Jade [+18] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora