CAPÍTULO 25: Ascenso Imparable

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Renesmee POV

Cinco años. Habían pasado cinco años desde que llegué a Volterra, y en ese tiempo, me había convertido en alguien que jamás habría imaginado. Al principio, el castillo era solo una prisión de paredes altas y oscuros pasillos, un lugar que se sentía frío e impenetrable. Ahora, caminaba por sus corredores con la certeza de que, de alguna forma, yo era parte de su esencia.

En este tiempo, me aseguré de que todos en la guardia me respetaran... o, más bien, me temieran. No fue fácil, pero lo logré. Luchas, entrenamientos sin descanso, y mis misiones implacables moldearon cada parte de mí. Aro, Sulpicia e incluso Marcus y Caius estaban orgullosos de la guerrera en la que me había convertido. Me gané su aprobación, y no con palabras amables o promesas, sino con hechos; con la fuerza y la lealtad que había demostrado repetidamente.

Mientras caminaba por el corredor central, algunos guardias me lanzaron miradas temerosas, incluso reverentes. Sabían quién era ahora. Aquella híbrida que llegó como una niña asustada era, ahora, una de las mejores peleadoras y miembros de la guardia. Los rumores de mi destreza se habían esparcido y había cumplido mi promesa: me respetaban... y me temían.

La lejanía con Alec había sido otro de los precios de mi transformación. Para convertirme en quien soy, tuve que dejar de lado esa cercanía con él. No podíamos ser los amigos inseparables que éramos antes; debía concentrarme en convertirme en alguien capaz de sobrevivir en este entorno. Y aunque no nos distanciamos hasta el punto de volvernos desconocidos, nuestra relación nunca volvió a ser la misma.

- Renesmee.- una voz me sacó de mis pensamientos.

Me volví y vi a Demetri, uno de los miembros más experimentados de la guardia. Sus ojos brillaban con una mezcla de respeto y algo de cautela.

- Aro quiere verte en la sala principal.- dijo haciendo una pequeña reverencia antes de retirarse.

Asentí, dirigiéndome hacia la sala sin perder tiempo. Me preguntaba qué querría Aro esta vez. Con el paso del tiempo, nuestras charlas se habían vuelto cada vez más estratégicas y menos personales. Me veía como un arma más de su arsenal, y aunque antes eso habría herido mis sentimientos, ahora lo entendía y lo aceptaba. Ese era el precio de la lealtad con los Vulturi.

Al entrar, encontré a Aro, Marcus y Caius conversando en sus tronos. Se giraron hacia mí cuando me acerqué y Aro me dedicó una sonrisa que, incluso después de tantos años, me resultaba algo perturbadora.

- Renesmee, querida.- saludó Aro.- Nos alegra que hayas venido tan rápido. Teníamos algo importante que discutir contigo.

- ¿Una misión?- pregunté con voz firme, aunque no pude evitar sentir una pequeña pizca de curiosidad.

Aro asintió.

- En efecto. Hay una amenaza en el sur de Francia. Un grupo de nómadas ha estado causando problemas y su imprudencia está comenzando a atraer la atención humana. Sabemos que eres la persona adecuada para encargarte de ellos.

- ¿Iré sola?- pregunté manteniendo el tono neutral.

Aro negó con la cabeza.

- Alec te acompañará. Esta misión requiere tanto tu destreza como su don para asegurar que no quede ningún rastro de... incidentes.

Intenté no reaccionar, aunque escuchar el nombre de Alec despertó algo en mí. Había pasado mucho tiempo desde que compartimos una misión, y aunque había aprendido a suprimir mis emociones, la idea de volver a trabajar juntos me hacía sentir extrañamente nerviosa.

- Muy bien.- respondí inclinando ligeramente la cabeza.- Nos encargaremos de que no haya problemas.

Aro sonrió complacido.

MI ETERNIDAD ESTÁ JUNTO A TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora