CAPÍTULO 50: Difícil Decisión

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Lía POV

El viaje hacia Volterra fue como un mal sueño del que no podía despertar. Cada kilómetro que recorría se sentía como una sentencia más pesada sobre mis hombros. Aunque Jacob y los Cullen me habían intentado convencer de que no fuera, yo sabía que enfrentar a Aro era inevitable. Su carta con su advertencia implícita me había dejado claro que no permitiría esta relación con Jacob sin reaccionar. Y si había algo que había aprendido sobre Aro en mi corta estancia en Volterra, era que él no toleraba desafíos.

Recordé cómo había sido mi primera vez en el castillo Vulturi, la frialdad que me había rodeado y la autoridad opresiva de cada miembro de la guardia. Pero esta vez era diferente. Aro no me recibiría con la misma amabilidad fingida. Esta vez yo no era una invitada; era alguien que debía ser reprendido y quizás, castigado. Mis dedos temblaban mientras sostenía el teléfono y revisaba los mensajes de Jacob, quien insistía en que volviera. Sin embargo, este era un camino que tenía que recorrer sola. Mi relación con los Vulturi era mi propia carga y no quería que Jacob o los Cullen terminaran pagando las consecuencias de mis actos.

Finalmente, el avión aterrizó en Pisa y tras un breve trayecto, me encontré caminando nuevamente por las oscuras calles de Volterra. El castillo Vulturi se alzaba frente a mí, imponente y amenazante, como si la misma estructura respirara, esperando para devorarme. Inspiré profundamente, tratando de calmarme y atravesé las puertas de piedra con paso decidido. No podía mostrar debilidad, no cuando Aro estaría observando cada detalle, cada titubeo.

Las puertas del gran salón se abrieron y al entrar, sentí el peso de las miradas. Alec estaba allí con su expresión impasible, aunque en sus ojos podía ver un brillo de preocupación. Renesmee se encontraba a su lado, con el rostro inexpresivo, pero con una mirada fija en mí, tal vez recordando lo que me había traído aquí. Incluso Chelsea estaba presente y en sus ojos brillaba una chispa de satisfacción maliciosa, como si disfrutara anticipando mi caída. Respiré hondo y mantuve mi mirada en Aro, quien me observaba desde su trono de mármol con una expresión enigmática, entre la decepción y la curiosidad.

- Lía.- dijo alzando ligeramente una mano.- Es un placer tenerte nuevamente aquí en Volterra y en nuestro castillo. Aunque, debo decir, no es en las circunstancias que yo hubiera deseado.

Hice una leve inclinación con la cabeza, manteniendo mis emociones bajo control.

- Gracias, Aro. Vengo a hablar sobre... la carta que me enviaste.

Aro asintió lentamente, entrelazando sus dedos mientras su voz tomaba un tono más frío y distante.

- Me alegra que comprendas la seriedad del asunto. A pesar de mi aprecio por tu talento y tu potencial, hay ciertas normas que no podemos permitirnos transgredir. La asociación con... un licántropo, como lo es Jacob Black, representa un desafío a nuestra familia, a nuestra manera de preservar el orden. Los Vulturi hemos mantenido una coexistencia en tensa paz con los lobos, pero no debemos olvidar que ellos no son nuestros aliados, sino nuestros enemigos naturales.

Sentí el peso de sus palabras como una condena anticipada. Intenté sostener su mirada, aunque el temor comenzaba a invadir cada fibra de mi cuerpo.

- Aro... Jacob no es una amenaza para mí ni para los Vulturi. Él y yo...- tomé aire antes de continuar.- No me permitirá que él o los Cullen resulten dañados, porque ellos son mi familia.

Aro rió suavemente, pero en su risa no había ni rastro de humor.

- ¿Familia?- repitió levantándose de su trono y descendiendo los escalones hacia mí.- ¿Crees que en el mundo que hemos construido, puedes elegir a tu familia y tus lealtades sin que haya consecuencias? Lía, lo que defines como tu familia, a esos Cullen y a ese... lobo, no representan más que obstáculos para el futuro que te espera aquí.

Chelsea se adelantó con una sonrisa desdeñosa que apenas podía ocultar su satisfacción. Alec observaba en silencio y Renesmee apenas parpadeaba, como si intentara permanecer neutral ante la situación.

- Aro, no voy a dejar que esta relación con Jacob sea algo que dañe mi lealtad hacia ti o hacia los Vulturi.- dije esforzándome por mantener la calma.

- ¿Lealtad?- repitió Aro con su voz ahora cargada de ironía.- Has tenido la osadía de ponerte en una posición que cuestiona nuestra autoridad, que pone en riesgo nuestra estabilidad. Si de verdad eres leal a nosotros, entonces tendrás que demostrarlo, Lía. Tendrás que hacer algo que evidencie que entiendes lo que significa ser parte de los Vulturi.

Sentí una punzada de temor en mi pecho. Sabía que Aro estaba poniéndome a prueba y que cualquier movimiento en falso podría significar el final, no solo para mí, sino para Jacob y los Cullen. Sabía que no podía ceder, pero tampoco podía oponerme de frente.

- ¿Qué quieres que haga?- pregunté finalmente, tratando de sonar firme aunque la incertidumbre me carcomía.

Aro sonrió satisfecho.

- Es sencillo. Quiero que pongas fin a esa relación. Que demuestres que tu lealtad está aquí y no allá en Forks. Si realmente valoras tu lugar entre nosotros, sabrás qué hacer.

El silencio se hizo en el salón mientras las palabras de Aro se asentaban como una sentencia. Miré a Alec y luego a Renesmee, buscando alguna señal de apoyo. Alec mantenía su expresión impasible, aunque en su mirada podía ver una chispa de empatía. Renesmee, por su parte, evitó mirarme, manteniéndose en su postura distante.

- ¿Y si me niego?- pregunté finalmente, mis palabras eran apenas un susurro.

Aro ladeó la cabeza, observándome con una mezcla de decepción y lástima.

- Si te niegas... entonces me veré obligado a tomar medidas más severas, Lía. No creas que esta es una elección sin consecuencias.

Sentí que el aire me faltaba. Aro estaba exigiendo que renunciara a Jacob, que rompiera cualquier vínculo con él para probar mi lealtad. En ese instante, comprendí que Aro no estaba dispuesto a aceptar ninguna alternativa. Era su manera de mantener el control sobre mí, de asegurarse de que yo pertenecía completamente a los Vulturi, sin reservas, sin distracciones.

Bajé la mirada intentando procesar la magnitud de su demanda. El pensamiento de alejarme de Jacob era desgarrador, pero también sabía que si me rebelaba, Aro no dudaría en castigarme. O peor aún, en dirigir su ira hacia aquellos que me importaban.

- Comprendo.- respondí finalmente, sin levantar la vista.

Aro esbozó una sonrisa de satisfacción y volvió a su trono.

- Excelente. Sabía que no me decepcionarías, Lía. Ahora, te daré un tiempo para demostrar tu compromiso. Espero que uses este período sabiamente y que a tu regreso, podamos dejar este incidente en el pasado y centrarnos en el futuro.

Sin añadir más, Aro hizo un gesto para despedirme. Sabía que no había nada más que decir. A mi alrededor, la guardia permanecía en silencio, como si todos estuvieran aguardando a ver cuál sería mi próximo movimiento. Mientras me alejaba, sentía las miradas de Alec y Renesmee en mi espalda, pero no tenía la fuerza para girarme. Sabía que había tomado una decisión difícil, pero también sabía que, para mantener a Jacob y a mi familia a salvo, tendría que hacer sacrificios que nunca imaginé.

En el camino de regreso al aeropuerto el peso de las palabras de Aro seguía oprimiendo mi pecho. Sabía que enfrentaría una prueba aún mayor, que este sacrificio era solo el principio. Aro había dejado claro que no toleraría desviaciones en mi lealtad y ahora me correspondía a mí decidir hasta dónde estaba dispuesta a llegar por proteger lo que amaba.

...

¿Qué decidirá Lía para poder proteger a sus seres queridos?
¿Aro quedó por fin satisfecho?

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