CAPÍTULO 28: Una misión en juego

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Alec POV

El crepúsculo apenas comenzaba a teñir los cielos de Volterra cuando Aro me convocó a la gran sala. Ya sabía de qué se trataba; después de todo, Aro Ilevaba días insinuando una misión importante fuera de los muros del castillo, y había insistido en que Chelsea y yo fuéramos los encargados de llevarla a cabo. Mi deber estaba claro, y aunque la idea de pasar días enteros junto a Chelsea no era de mi agrado, los deseos de Aro siempre estaban por encima de cualquier otra consideración.

Al entrar en la sala, el sonido de las puertas resonó, atrayendo la atención de todos. Aro estaba al fondo, con su sonrisa enigmática, flanqueado por Marcus y Caius. Chelsea ya estaba presente, lanzándome una mirada expectante.

- Alec, querido, justo a tiempo.- comenzó Aro, invitándome a acercarme con un gesto de la mano.- Como te habrás dado cuenta, esta misión requiere de habilidades especiales, y sé que tú y Chelsea pueden cumplir con las expectativas.

Asentí.

- Dime qué necesitas que haga, Aro.

Aro sonrió, complacido.

-Estamos enfrentando una pequeña pero peligrosa insurgencia en el norte de ltalia. Un grupo de neófitos ha comenzado a causar estragos en la región, desafiando nuestras reglas y poniendo en peligro nuestra discreción. Hemos tratado de persuadirlos, pero parece que prefieren seguir el camino de la anarquía.

Fruncí el ceño, comprendiendo la gravedad de la situación.

- ¿Quieres que los detengamos y demos un ejemplo?

- Exactamente.- respondió Aro con una sonrisa.- Pero recuerda, Alec, no se trata solo de eliminarlos. Quiero que compruebes si estos neófitos actúan por cuenta propia o si hay alguien detrás de ellos.

Chelsea sonrió de manera maliciosa, como si la misión fuera un juego emocionante.

- Será un placer, Aro.

- Confío en que ambos actuarán con prudencia y sin demora.- Aro hizo un gesto de despedida.- Pueden partir al anochecer.

___

Horas después...

Nos encontrábamos fuera de los muros del castillo, avanzando a gran velocidad entre las sombras. Chelsea iba a mi lado, aungue se mantenía en silencio la mayor parte del tiempo, algo inusual para ella. Aungue sus intenciones solían ser obvias, había aprendido a lidiar con su presencia; la experiencia en la guardia me había enseñado a poner el deber por encima de cualquier inconveniente personal.

- ¿Entonces, Alec?- rompió el silencio de repente, mirándome de reojo.- ¿No es interesante salir del castillo después de tanto tiempo? Es como una bocanada de aire fresco.

La miré sin inmutarme.

- No es como si estuviera aquí para disfrutar el paisaje, Chelsea.

Ella dejó escapar una risa ligera.

-Vamos, no finjas que no disfrutas un poco de la libertad. ¿O es que la "niñera" de la híbrida ha comenzado a aburrirse?

lgnoré su comentario, pero sentí la irritación crecer en mi interior. Chelsea parecía disfrutar con cada insinuación, y sabía que este tipo de comentarios eran su forma de tratar de desestabilizarme. Sin embargo, decidí no darle el gusto de ver que me afectaba.

- Lo importante es cumplir con lo que Aro ha ordenado. No olvides eso, Chelsea.- respondí cortante.

Ella alzó una ceja, como si mi respuesta fuera predecible.

- Por supuesto, Alec. Aunque espero que no te tome por sorpresa cuando me encargue de hacer las cosas a mi manera.

Llegamos al lugar indicado, un pequeño pueblo a las afueras de Florencia. Nos movimos con sigilo entre los callejones, rastreando los indicios de los neófitos. Podíamos olerlos, el aroma espeso y descontrolado que los delataba. Si bien su rastro estaba disperso, parecía reciente.

MI ETERNIDAD ESTÁ JUNTO A TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora