Capítulo 32: Te amo

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Ethan abrazaba a Mary y besaba sus labios una y otra vez, hasta que de repente dejo de hacerlo. Ella lo miró confundida. Él también la miraba, con ternura, amor, y algo más, deseo. Tal vez... tal vez era hora de avanzar un poco en la relación. Ethan se acercó lentamente, y depositó en los labios de Mary varios besos cortos. Ella no se quedó atrás, alargaba e intensificaba los besos, a la vez que sus tímidas manos se aferraban al torso de su amado.

Ethan dejó los labios de Mary para besarle la comisura de la boca, y luego la mandíbula y, luego, el cuello, produciéndole cosquillas a Mary. Luego, continuó mordiendo su oreja, provocando que ella le arrugara la camisa al apretar los puños. A él no pareció importarle, porque la acercó más, si es que era posible tenerla más cerca, y volvió a atacar su cuello, el cual ella cedió inmediatamente.

-Ethan... -gimió ella, con los ojos cerrados. Ethan rió al ver la cara fruncida de Mary, pero dejó su cuello luego de besar la marca que acababa de estampar en él.

-¿Segura de esto? -preguntó levantando lentamente la camiseta de Mary.

-¿Después de lo que acabas de hacer, todavía debo responder? -preguntó ella.

-Por favor -pidió él, mientras que ella rodó los ojos.

-Estoy más que segura.

Él sonrió y volvió a besarla. Sus manos acariciaron el abdomen de Mary, ella sólo reía.

-¿Es que todo te da risa a ti?

-No te burles de mi, estoy nerviosa -dijo sacando su labio inferior, como una niña pequeña, lo que hizo reír a Ethan.

-No me burlo de ti, mi vida. Es sólo que a veces olvido lo frágil e inocente que eres.

-¿Frágil? ¿Inocente? -inquirió ella, riendo.

-De acuerdo, de acuerdo -la abrazó nuevamente-, olvida lo que dije.

-Bien.

-Escucha, iremos a tu paso, ¿Confías en mí?

Ella asintió.

-Cierra los ojos.

Mary obedeció.

Él comenzó a quitarle la blusa, y ella no opuso resistencia, aunque se tensó levemente mientras la prenda se deslizaba por su torso. Mary estaba aterrada, pero sabía que Ethan la cuidaría y no le haría daño. Confiaba plenamente en él. Además, no quería que los recuerdos del pasado, los recuerdos de su padre, le impidieran ser feliz en el presente. Ethan la miró y ella a él. Mary intentó cubrirse la cara por la vergüenza que sentía por su cuerpo, pero el sostuvo sus manos.

-No te cubras, eres hermosa.

Mary se consideraba a sí misma demasiado delgada, y si bien no era plana, sus curvas no eran las de una modelo; más bien tenía una contextura delgada normal.

-De acuerdo.

-Lo digo en serio. Eres muy hermosa -dijo besando cada parte de su cuerpo, provocandole más cosquilleos a Mary.

Cuando Mary estuvo más tranquila, Ethan se quitó la camisa, pero entonces la tranquilidad de ella se fue al diablo. Lo miraba como si tuviera enfrente a un dios griego. Ethan era alto y ancho de hombros, y aunque no era deportista, su cuerpo era musculoso. Él arrojó su camisa al piso y siguió con el resto de las prendas. Poco tiempo después, ambos intercambiaron una mirada para confirmar que estaban listos para continuar. Ethan besó a Mary antes comenzar. Ella soltó un gemido, de dolor o de sorpresa (el recuerdo de su padre, abusando de ella, lastimándola, era una herida en proceso de cicatrización), pero luego comenzó a dejarse llevar y a disfrutar del momento. Ethan la amaba y ella lo amaba a él, estaban juntos, y harían todo lo posible por seguir juntos.

Ethan iba cada vez más rápido; el antiguo dolor había desaparecido dando paso al placer. Ambos gritaron el nombre del otro cuando sintieron que estaban en el paraíso.

Él cayó rendido junto a Mary, la abrazó y besó su frente. Por primera vez en muchos años, sentía que alguien la quería, además de su hermano y sus amigos. Ahora conocía realmente lo que era el amor. Ella sonrió satisfecha, y lo besó.

-Te amo.

-Yo también te amo, Ethan.

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¡Hola de nuevo! Wow, este capítulo fue todo un reto para mi. Es la primer escena de este tipo que escribo, y no se ni cómo lo hice, espero que bien. Pero en fin, lo logré, e incluso traté de ser lo más sutil posible, no me gustan las escenas explícitas.

¡Hasta el próximo capítulo!

Sálvame del DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora